El diputado Luis ese día se levanto temprano , tenía una cita especial en la cafetería del mejor hotel en el centro de la ciudad de Pasto. Desde su alcoba a través de un amplio ventanal podía observar la majestuosidad del coloso Galera , fiel guardián de las bellas tierras del indómito y valiente Agustín Agualongo.
—reflexiona un poquito tienes que hablar con el delegado de la fiscaliza, antes de que esto se complique más, le insinuó telefónicamente Luis a Petronio.
Los tres viejos amigos, Petronio , Luis y Gabriel se encontraron en el hobby del hotel. La sorpresa fue grande cuando en la cafetería reconocieron la figura especial del Inspector Aguja.
—y usted que hace por acá, doctor Pinchao . le pregunto Luis
—seguí el concejo de su Padre y como nunca es tarde me titule de doctor y ahora me tiene aquí. Ocupo un buen cargo dentro de la fiscalia y mire como es de curiosa la vida , mis jefes decidieron delegarme a mi para este caso especial .
—que sorpresa dijo Luis.
Hablaron bastante . Petronio informo todo lo que estaba pasando . El doctor Pinchao explico todas las implicaciones de orden jurídico que se podían presentar según las decisiones que se tomen . Al cabo de mas de dos horas de conversaciones los cuatro personajes se retiraron del hotel.
El antiguo inspector segundo de Cali , siempre guardo sus reservas acerca de los hechos acontecidos en la finca del Placer. Muchas cosas se habían dicho extraoficialmente , pero nunca se pudo esclarecer de una manera oficial lo que realmente sucedió . Esta era una buena oportunidad que tenía el doctor Pinchao de adentrarse en los acontecimientos y de esa manera aclarar las dudas que él personalmente no había olvidado. En su mente siempre llevaba presente la frase del Magistrado Salomón . Nunca es tarde
—no queda otra sino confesar y colaborar con la justicia . La gente que esta tras de ti es muy peligrosos . Hay que denunciar todo y obtener unos beneficios legales y tratar de defender algo de lo que tienes . Tu has sido un buen trabajador , eso sirve bastante. Le dijo Luis .
—hablare con la demás gente , respondió Petronio .
—yo no tengo nada que ver , no hecho nada , dijo Gabriel.
—como que nada , por salvar tu pellejo me metí en esto. Le contesto Petronio.
Realmente las cosas se estaban aclarando . Los trágicos acontecimientos sucedidos últimamente en la región habían sido producto de un mal entendido , pero a estas alturas otros elementos hacían parte del ya alborotado escenario en la frontera sur.
La casa de la finca de piedra mojadas no sería como antes . Flor le pidió permiso a su Padrino para mandar a levantar nuevamente el rancho en el que ellos antes habían vivido. Nieves y su familia regresaron a cuidar la finca de Petronio.
Patricio invadido por una abrumadora sensación de deuda moral, no quiso volver de inmediato a Cali como se lo habían ordenado su padre ,al contrario decidió quedarse en la ciudad de Pasto . El peligro continuaba y en estas circunstancia de ninguna manera dejaría sola a Flor .
Los tipos de la Paloma , mientras esperaban el desarrollo de los acontecimientos el día de la muerte de Pablo y Ariel habían contratado una posada en las afueras de Atunllacta, para que les prepararan comida.
—que raro , misia Tulia hoy no bajo con el frito al pueblo. dijo el pimba.
—será que también la mataron, comento el Rire
Ese domingo en la tarde mientras degustaban con toda la tranquilidad del mundo, el whisky que Petronio les había regalado y preocupados por lo que escucharon había pasado en el refugio del oso , resolvieron ir hasta la posada de doña Tulia en las afueras del pueblo . Los cuatro amigos eran supervivientes de la mas autentica malicia indígena con la que durante sus días de bohemia hilaban la historia del pueblo.
—vamos a ver que paso con misis Tulia. Dijo el Rire.
—me uno a la buena ideas de mi compadre , acento Torti.
Ese día los cuatro amigos de tierra alta meriodaron la posada de misia Tulia . Aprovechando los árboles de capulí de la huerta de la posada que se encontraba cerca de la posada pudieron acercaron y escuchar parte de unas conversaciones y comentarios que hacían dos de los hombres que estaban pendientes en el patio de la posada y que frecuentemente se acercaban el uno del otro a compartir sus cigarrillos. Los cuatro amigos en silencio se pasaban la botella vacía de whisky que saboreaban con gran felicidad .Su mirada se ocultaba entre las ramas de unas matas de maíz , pero sus oídos estaban presentes. Una palabra que se repitió dos veces uno de los hombres que espiaban quedo grabado en la mente del Rire. Hotel Paris
—estos hijueputas son los matones , decía el Rire.
El Torti pudo apuntar en un arrugado papel que saco del bolsillo trasero y que le servía como agenda las marcas y placas de dos de las camionetas.
Los cuatro amigos de las esquinas de tierra alta , esa misma noche , durante el velorio de Pablo y el Mulato Ariel comentaron a flor lo que sabían.
AL fondo se escuchaban quenas , sampoyas y charangos .Las mesas estaban llenas de recipientes que contenían guayusa y que los asistentes tomaban rápidamente antes de que esta bebida se enfríe. La gente bailaba saya con movimientos rítmicos expresando con el movimiento de todas las partes de su cuerpo una milenaria conversación con la Pacha mama.
Ese sitio era concurrido y era de un viejo amigo de Pablo. En ese lugar se había concretado la cita. Asistieron Patricio , Fernando , Flor con dos amigos de Atunllacta. Flor conocía del Pacto que habían hecho anteriormente Pablo con Fernando , por lo que la reunión era con todos los comprometidos en el problema .
—todos tenemos interés en esto , hagamos lo que tenemos que hacer y nos olvidamos de esto, dijo Flor.
—la información de tus amigos fue correcta , dijo Fernando.
—si, si , el hotel Paris, confirmo uno de los amigos de Flor.
—la vuelta la hacemos mañana señores , dijo Fernando.
La guayusa empezó a calentar los ánimos de los asistentes a la reunión. Flor enseñaba a Patricio y a Fernando como bailar saya. De pronto Patricio llamó la atención de sus amigos,
—señores , quiero pedirles un favor. Como ustedes lo dijeron todos los presente tenemos por que estar aquí , pero no olviden con que clase de gente nos vamos a meter. Es por eso que he llamado a mi Padre , ya que el esta también buscando lo mismo que nosotros.
Todo s quedaron callados , mirándose entre si. De pronto en medio de la gente que bailaba saya entro un grupo de hombres fornidos abriéndole el paso a dos señores . Los dos jóvenes amigos de Flor se apresuraron a sacar sus armas.
—tranquilos todos , dijo Flor.
—señores les presento a mi padre y a don Jonás., dijo Patricio.
A la guayusa de la mesa entro a acompañarla una botella de whisky. Al fondo se escuchaba ojos azules de los Karkas .
—la información es correcta , sabemos donde están . decía Fernando.
Con los muchachos solo se sentaros don Roque y Don Jonás , el dueño del puerto , los demás acompañantes se camuflaron entre los movimientos rítmicos de la gente que continuaba bailando saya hasta el delirio. Los ojos de los gavilanes de Atunllacta miraban atentamente , a los dos veteranos del norte. Brindaron guayusa con whisky . La figura gorda simpática de don Jonás rompió el hielo . Ese día Todos bailaron saya.