Hablando tranquilamente con los chicos, Kendall reía con las historias que les contaban ambos omegas respecto a sus comienzos con sus respectivos alfas, de vez en cuando, su mirada vagaba hacia el pequeño Darío, observando al cachorro comer felizmente las galletas con chispas de chocolate que Spencer había preparado para los dos menores en su maratón de serie favorita infantil.
—¿Por qué a todos le es tan difícil de creer que mi alfa antes me rechazaba? —se quejó Taylor cuando Kendall le observó inseguro tras escuchar su historia.
—Ese alfa adora cada lugar en el que pisas y lo hace también con esas hermosas gemelas que le has dado, realmente quieres que las personas que no estuvieron ahí para presenciarlo crean que Boris te evitaba como a una plaga —expresó Spencer, observándole diverti
