CAPÍTULO DIEZ Lorna caminaba rápidamente por el campamento con un sentido de urgencia mientras los hombres de Duncan le abrían camino. Merk caminaba a su lado junto con Sovos y seguidos de una docena de hombres de las Isas Perdidas, guerreros que se habían separado de los otros y habían viajado desde la Bahía de la Muerte y de vuelta al continente por el desierto, pasando Leptus. Lorna los había podido guiar hasta ahí sabiendo que Duncan la necesitaba. Al acercarse, Lorna vio que los hombres de Duncan la miraban con asombro. Abrieron camino para ella hasta que finalmente llegó al pequeño claro en el que estaba Duncan. Había guerreros preocupados arrodillándose a su alrededor, todos gravemente alarmados por su moribundo comandante. Vio a Anvin y a Aidan llorando con Blanco a sus pies, que