Natalia la miraba asombrada, desde hacía mucho tiempo eran amigas y nunca habían visto jugar con el hombre, realmente eran como el día y la noche, mientras ella era luz y claridad, ecuanimidad, paz; Natalia era oscuridad, dolor, espinas y dolor, realmente eran muy diferentes. Y era por esta razón que no daba crédito a lo que escuchaba sus oídos.
_ ¿Qué te casaste? _ Murmuró impactada por las palabras de Cecilia_ ¿Con quién? ¿Cuándo?
_ No sé, con un tal Karsten_ cambió la mirada y miró el gran campus_ todo lo que obtuvo hasta el día de hoy se lo debo a su padre y mi exigen que cumpla con mi parte pactada.
La carcajada de Natalia se descompuso a la joven que con su mirada la quería matar, Natalia no podía creer la descabellada noticia, era ridículo _ ¡No me vengas con esa! _ reía a carcajadas sin poder contenerse _ por poco te creo. Oye estamos en el siglo veintiuno, quién tiene acuerdo de matrimonio hoy en día.
Cecilia miraba como su amiga se limpiaba las lágrimas producto de la risa, suspiro resignada.
_ Pues eso díselo a mi madre, que firmó un acuerdo legal donde yo cumplí los veinticinco años cumplía con este hombre_ agarró el bolso y saco el documento y sé lo dio a su amiga _ dentro de un mes cumplo los veinticinco.
Natalia tomó el documento incrédula lo leyó y su rostro palidece al entender el contenido de lo escrito.
_ ¡Esto es como un contrato de matrimonio! _ la miro_ no puedes anular o demandar, que se yo ....
_ No, mi madre se comprometió a eso o de lo contrario devolver hasta el último céntimo de dinero _ sospechado con tristeza_ ¿Cómo voy a devolver tanto dinero?
_ Entonces, ¿Estás casada? _ Natalia se puso ahora sería entendía la gravedad del asunto.
_ Si, y en un mes me reúno con él para arreglar el asunto, aunque tengo la esperanza de convencerlo de que desista de tan descabellada idea _ dijo las palabras no muy convencidas _ No quiero nada de esas personas.
_ Y yo que pensaba que tenía problemas, yo he costado un montón desplumar a mi nuevo viejito_ río con sarcasmo_ yo he costado mucho sacarle dinero, él muy majadero solo quieres mis favores sin costo y como no quiero que se dé cuenta de mi “profesión "_ Dijo con amargura y sospechoso mirando a su amiga que estaba más pálida y delgada _ Sí que estas en problemas ... y yo que pensé que tenía serios problemas.
Cecilia la escuchaba y siempre le molestaba la forma de expresarse de su amiga sobre las personas que ella explotaba.
_ ¡No hables así! ___ La reprendió su amiga_ son seres con sentimientos.
_ ¡Tonta! _ Reía a carcajadas de su amiga_ siempre eres tan puritana.
Las dos chicas hablaban sin percatarse de la presencia de Karsten que estaba a la espalda de ellas y escuchó cuando Natalia hablaba de desplumar a un viejito, lo que confirmó aún más sus sospechas y más decidido enamoraría a Natalia, sin importar la extraña reacción que siempre tenía él cuando tenía a su amiga cerca.
Natalia era una mujer morena, con una melena negra brillante, tenía una sonrisa matadora, que dejaba sin aire a cualquiera, cintura pequeña y unas caderas redondas, y unos pechos bien proporcionados, pero no quería enamorarse, sólo la seduciría para demostrar a su padre lo fácil que era ella y después se marcharía con Salomé. Su comportamiento era reprochable, era el de un canalla, pero era algo que debía hacer.
Al siguiente día Cecilia tuvo más problemas de lo que ella hubiera soñado.
Un hombre muy bien vestido se presentó a la pequeña vivienda para informarles que está había sido vendida como muchas otras del sector y que por lo tanto tenían que desalojar la vivienda al igual que sus vecinos. Les daban de plazo un mes.
_ Pero, como nos vamos a ir así_ decía Marta furiosa ante el elegante caballero_ hemos vivido aquí por más de diez años.
_ Lo siento mucho señora, pero la compañía compró todas las viviendas y las van a derrumbar para hacer un centro comercial_ el hombre le mostraba un papel_ la compañía le da un auxilio para el nuevo arriendo, claro en otro sector.
_ Mamá, no sacas nada con enojarte_ ella miraba el monto del dinero en el cheque que el hombre le entregaba. La cantidad no era muy grande pero les ayudaría para comenzar en un nuevo lugar ___ esto nos ayudará.
La joven pensaba como poco a poco se iba hundiendo más y más en la desgracia. Todo giraba a su alrededor amenazando con arrasar con su vida y la tranquilidad que antes tenía.
Horas más tarde, el contrato de la costura de unos pantalones que Cecilia se había programado le fueron retirados, cancelando el contrato, dejándola con un palmo de narices.
Abrumada y muy triste decidió salir a caminar un rato para despejar un poco sus pensamientos, era un barrio bastante corriente, había de todo.
Metió sus manos en los bolsillos y cabizbaja caminaba.
_ Hola, nena_ la voz pastosa la hizo mirar nerviosa_ ¿Por qué tan solita?
Ella apresuró sus pasos, pero el insolente hombre le cerró el camino y la acorraló en una pared de una esquina. Su apariencia desaliñada y el mal aliento causo en ella estragos de aversión y se llenó de temor.
_ ¿Qué, muy tímida? _ Se burlaba_ yo te quito toda la timidez, sólo un rato y verás....
_ ¡Déjame ir _ la interrumpió ella con furia _ o comenzaré a gritar! _ lo miró para desafiarlo y demostrar que no le tenía miedo.
_ No, me gustas _ levantó la mano para acariciar su rostro, pero una voz ronca lo detuvo y se giró.
_ ¡Deja a mi novia! _ Karsten lo desafió, y a la vez extendió la mano a Cecilia para alejarla de la cercanía del hombre, ella se veía aterrada _ ven mi amor.
Ella lo miró y suspiró agradecida por su aparición en ese lugar, y rápido salió de la prisión que le habían hecho, tomando su mano sin pensarlo dos veces, y rápido se unió a él, sin soltar su mano.
El hombre frustrado por la llegada inesperada del otro, los miró con incredulidad, ellos por su rigidez corporal no parecían cercanos, por eso ideó una última estrategia, solo con la intensión de mortificar a la joven.
_ No, ustedes no son nada_ les sostuvo la mirada a Karsten, demostrando que estaba dispuesto a disputar a la mujer.
_ Mira, si creéis o no ese es tu problema _ la acercó y la ciño con fuerza a su cuerpo, en esos momentos nació en él un sentimiento de protección hacia ella, no quería que nada le pasara.
Esta acción causó un estremecimiento en el virginal cuerpo de la joven, sobre exaltando la.
_ ¡Bésala! _ gritó y frunció el ceño, leyendo cada uno de los movimientos de la pareja_ bésala a ver si ella se deja_ se burló al verla sonrojar.
_ La beso porque a mí me da la gana y no porque tú me lo digas_ Karsten que estaba excitado por la cercanía de la mujer, trataba de sobre llevar lo mejor que él podía la extraña situación, en la que se había metido por elección propia.
Él se giró quedando frente a una temblorosa y sonrojada mujer. Su enorme mano acarició las abochornadas mejillas y su dedo pulgar lo pasó con sensualidad por el labio inferior, lo cual produjo en ella un gemido audible de expectación. Inclinó su cabeza y su boca cubrió con cuidado los labios de Cecilia que del mismo nerviosismo los entre abrió y lo recibió con deleite.
Tal vez fueron segundos o minutos pero ambos se deleitaban con la caricia de los labios que cada uno le impartía al otro.
Karsten levantó la cabeza y vio el brillo en los ojos negros de Cecilia y eso lo llenó de satisfacción, acrecentando su ego, estaba tan excita como él.
_ ¿Satisfecho? _ le preguntó al hombre, que para ese momento no le quedaba ninguna duda, y sin responder se marchó unos pasos, pero de vez en cuando los volvía a mirar con mucha curiosidad.
Él aún sostenía a Cecilia entre sus brazos y no apartó su mano de la esbelta cintura y la acercó más a él _ ¿Estás bien?
_ Sí, sí muchas gracias _ le murmuró para que el otro hombre que se estaba alejando no escuchara.
_ Bueno, por favor la próxima vez me esperas, no quiero que deambules sola por ahí _ dijo en voz alta para que lo escucharan y se encaminó con ella por la calle sin soltarla.
La mano grande y pesada reposaba en la cintura de Cecilia, haciéndola sentir diminuta, él era un hombre enorme y cierto calor que comenzó con el beso empezó a circular por todo su cuerpo, algo que ella no identificó, pero la estaba enloqueciendo.
_ Gra…cias, Gustavo_ decía nerviosa por todo lo que estaba sucediendo dentro de ella _ ¿Qué haces por aquí?
Cecilia necesitaba distraer su mente, el aroma masculino la fue embriagando, dejándola débil y más confundida. Él la miro con curiosidad genuina., el beso la había afectado.
_ Soy inversionista y miraba unos lotes que la empresa con la que trabajo por un tiempo, quiere comprarlos pero parece que me perdí _ él miró hacia atrás y observó que el hombre se había marchado del todo _ lo siento, pero ese hombre.....
_ No, por el contrario, gracias, me pego un susto de muerte _ le sonrió y él vio nuevamente ese brillo en sus ojos negros, los cuales estaban bordeados por una pestañas muy negras y tupidas y tenía una sonrisa dulce, diáfana.
Él sin darse cuenta acariciaba la cintura de la joven, estaba relajado al lado de ella, y su cuerpo vibraba cada vez más intenso, pero ella se apartó con brusquedad, él arrugó el ceño, no le gustó que ella se apartara.
_ ¿Y tú vives por aquí?_ miraba el sector era bastante precario, algo se despertó en él por ella, quería mantenerla más tiempo a su lado _ ¿Es peligroso?
_ No, no es peligroso, pero siempre hay alguien que se la da de don Juan....._ trataba de huir de él, se sentía extraña a su lado___ bueno me voy, gracias.
Él buscaba la forma de alargar el tiempo para estar a su lado.
__ ¿Vas a ir?____ él le preguntó de pronto.
_ ¿Ir? ¿A dónde ?_ la interrogante asomó también en su rostro.
_ A la fiesta, en la que me invitó Natalia _ se metió las manos en la chaqueta y saco una tarjeta con la dirección de la empresa y su nombre completo _ si vas a Sídney, y necesitas cualquier cosa llama y dices tu nombre, yo me encargo de lo demás_ le sonrió.
Cecilia tragó en seco, sus ojos escanearon el rostro, luego el cuerpo y por último las larga piernas, y volvió a tragar. Era un hombre muy alto y fornido, además de tener un cuerpo de ensueño, tenía un rostro muy hermoso _ volvió a tragar.
_ Gracias, pero no lo creo_ suspiró triste al recordar su desdichado futuro, al lado de su nuevo esposo y se negó a recibir la tarjeta _ pronto me iré.
Él miraba con cierta intensidad.
_ ¿Te puedo pedir un favor hoy en la fiesta?_ trato de comprometerla para hacerla ir a la fiesta. Él observaba con gran interés el cuerpo de la mujer, no era alta, su cintura era pequeña, su cabello anulado n***o, caía sobre sus hombros, tampoco era bella, pero era vivaz, tal vez si se arreglaba un poco, ella no era el tipo de mujer que a él le gustaba, entonces ¿Por qué le llamaba poderosamente la atención?
_ ¿Un favor? _ ella repitió como máquina grabadora.
_ Si, te lo digo allá _ le sonrió había logrado interesarla, allá se inventaría cualquier excusa para poder acercarse un poco más a la joven _ entonces, nos vemos " mi novia" _ detuvo un taxi y se marchó.
Cecilia dejó salir una bocanada de aire que contenía sin darse cuenta, sus manos estaban heladas y sudadas, su corazón no había dejado de latir de forma desesperada en su pecho, ladeó la cabeza y murmuró_ ¡Oh, Dios, que beso! ¡Ese hombre es arrollador! __ sacudió la cabeza para despejarla del atontamiento que sentía en esos momentos__ No seas tonta, solo te estaba ayudando de ese hombre, y por sí lo olvidas tú le tienes rabia_ trataba de convencerse.