Justo cuando estaba en camino hacía el auditorio para ver la presentación de León, mi abogado me llamó, Tadeo quería verme para negociar lo de la demanda antes de irnos a la corte. Ahora estaba conduciendo hacía las oficinas generales de Banmex donde nos veríamos con nuestros respectivos abogados. Sabía perfectamente el camino hacía su oficina, había venido en contables ocasiones en el pasado. Una de mis aspiraciones era que cuando fuera la señora Peralta, trabajaría aquí con Tadeo, sería una de las economistas más famosas de todo el país por que tendría en mis manos al Grupo Financiero Banmex, pero eso ya quedo en el olvido. Miro a mi alrededor, los oficinistas me miran con sorpresa, como si hubieran visto un fantasma, tal vez creyeron que a estas alturas aún estaba desmoronada en mi cam