No sabia que responder en ese momento, en su rostro mostraba qué en verdad estaba arrepentido y desesperado pero no me sentía cómoda aun.
-”Aún no dimitri, te amo pero no te has ganado mi perdón “-
-”Entiendo, seguiré esperando “-
Dijo con tristeza en sus palabras, aun tenía la mirada asi abajo, se notaba qué tenía vergüenza por sus actos del pasado.
-”Por cierto, durante estos días que estuve durmiendo, como le dieron de comer a mis bebés “-
-”Pues compramos leche de fórmula pero no la quisieron, ninguna leche y eso que un pediatra las recetaba, comían muy poco, tuvimos que extraerte leche de tus pechos pero casi no salía, era poca para los dos bebés, a pesar de que son pequeños tienen un apetito “-
Dijo dimitri riendo, nunca levantó la mirada del suelo mientras con su dedo pulgar masajeaba mi mano con suavidad , me dio tristeza verlo así, apreté su mano a lo que él me miró confundido, yo solo le sonreí y él también me sonrió.
Unos minutos después alexandro entró junto con mis bebés en ambos brazos, eran tan pequeños, con ayuda de dimitri me senté y estire mi brazo para abrazar a uno y el otro me lo acostaron en mis piernas, mis lágrimas de felicidad salieron, tan pequeños y frágiles, tenía el cabello de dimitri, piel blanca y suave, les di un beso a cada uno en su frente, que empezaron a moverse y a llorar era obvio tenían hambre.
-”Me pueden ayúdame a bajarme la bata por favor “-
En un movimiento rápido alexandro me desamarro la bata dejando al descubierto mis pechos, mi bebé con ganas succionaba, habían pasado hambre estos días que casi se ahogaba, al terminar uno tome a otro bebé y dándole mi otro pecho al igual que su hermano, succionaba con ganas.
No me había percatado de que dimitri y alexandro no me quitaban la mirada de encima y no era a mi, ni al bebé si no a mis pechos.