Fueron muchos sus intentos de buscarlo, pero con tanta gente era muy difícil, además, por ser la estrella de la noche, muchas personas estaban deslumbradas con su belleza y a la expectativa de su siguiente show. Decidió continuar su noche con tranquilidad, pues si el hombre entró una vez al lugar era muy probable que lo hiciera de nuevo. Algunos clientes le invitaban cocteles y tragos costosos, parecía ser que su belleza tenía mas poder del que se imaginaba. El jefe estaba muy feliz con su gran debut, muchos de sus amigos se le acercaron para felicitarlo por su nueva bailarina. También mostraban su interés en pasar a un lugar mas privado con Esmeralda, como eran tantas las solicitudes, Víctor dejó que ella eligiera, así no se le haría tan difícil. Por suerte tenía cerca de dos horas para pensarlo, esperaba en ese tiempo volver a ver a aquel hombre, y porque no, estar con él. Hizo su segundo show en medio del ruido y las luces, bajó hasta el lugar donde estaban las mesas para saludar mientras bailaba a todos los clientes, pudo percatarse de que al final del pasillo estaba su objetivo. Se acercó de manera disimulada, cuando llegó a él le preguntó su nombre, con una sonrisa el sujeto le respondió: Soy Ángel y estoy encantado de conocerte. Sin dejar de mirarlo se fue alejando al ritmo de la música, sugiriéndole que podía pasar algo más entre ellos. Ángel se acercó a Víctor para separar un rato a solas con Esmeralda, pero este se lo negó, ya tenían muchas solicitudes, así que ella era la encargada de elegir. Cuando llego ese momento, aunque su respuesta era evidente, tenía que disimular un poco para que los demás no se sintieran mal, hizo cara de pensativa pero finalmente eligió al apuesto Ángel.
Se fueron de la mano a una de las habitaciones, para su sorpresa él era un hombre muy diferente a los demás, pues no iba directamente por el sexo. Empezó preguntándole cosas de su vida, entre ellas la razón de trabajar en un lugar como esos, también se interesó por su origen, quería saber de qué lugar de Bogotá había salido tan hermosa mujer. Por su parte, Esmeralda estaba un poco intrigada, le recordó que todo el tiempo que pasaran hablando se le cobraría de la misma manera como si estuvieran haciendo algo s****l. Pero eso no le importaba a Ángel, la razón de entrar con ella a ese lugar radicaba en conocerla un poco, pues estaba muy joven para estar en esos caminos y esos temas era mejor hablarlos en privado. Ángel además de ser comprensivo era tierno, ella jamás pensó encontrarse con una persona que no quisiera únicamente su cuerpo, o al menos en ese bar. La chica no quería dar información sobre su vida, no sabía a ciencia cierta si tenía que guardar algo de cautela, pues a pesar de él era tan amable no dejaba de ser un desconocido en quien aun no tenía confianza. El la abrazó, se recostaron en la cama mientras acariciaba su hermoso cabello, le empezó a contar de su vida para que ella también entrara en confianza. Su historia no era como en las películas, había nacido en un barrio muy humilde y con altos índices de delincuencia. Sus amigos lo influenciaban para que saliera a trabajar con ellos, sus trabajos no eran precisamente legales, de hecho, estuvo muchas veces a punto de ir a la cárcel, por eso sabía que la situación de la chica podía ser difícil y se veía obligada a trabajar en un lugar como esos. De pequeño veía la vida como una posibilidad de ayudar al mundo, pero sus necesidades y las de su familia hicieron que se fuera por el mal camino, al lado de sus aliados robaba y vendía drogas para poder llevar comida a su hogar. Con los años el estudio dejó de ser parte de sus intereses, y más aun viendo la poca probabilidad de empleos legales que había en el país, sus amigos lo influenciaban constantemente para que continuara por el camino “fácil”, pues solo de esa manera podría conseguir dinero suficiente de manera rápida, así lo hizo, por eso en la actualidad tenía lo suficiente como darse una vida tranquila, aunque no negaba que era un hombre ambicioso que deseaba abarcar más cosas.
Esta confesión causó muchas inquietudes en Esmeralda, pues eso significaba que aún era un delincuente, sin rodeos se lo preguntó adicionándole sus dudas sobre la manera en que procedía, ya que con su prontuario era muy factible que incluso ya hubiera matado personas. Ángel antes de responderle le recalcó que no debía tenerle miedo, pues por muchas cosas malas que hiciera jamás le hacía daño ni a mujeres ni a niños y las pocas veces que infringía la fuerza sobre otro hombre lo hacía porque no le quedaba otra opción. Le reconoció que sí había matado ya algunas personas, pero que todas se lo merecían, entre su lista no había nadie inocente, pues en los robos callejeros no atentaban contra la vida de las víctimas, solo los lastimaban o les hacían perder la consciencia por medio de productos químicos. No atracaban en su propio barrio ni en los cercanos, se iban para las zonas más estrato en Bogotá, pues esas personas no perderían tanto como las del común ante un robo. Así pasaron varios meses, hasta que el camino de las drogas tocó su puerta, esto podía dejarle más ganancias incluso, además no le estaba haciendo daño a nadie, las persona que compraban se destruían a sí mismas por voluntad propia. Empezó cargando pequeñas dosis de marihuana, el mejor día para vender era el sábado en las esquinas de los barrios y las discotecas cercanas. Con el tiempo ya los clientes lo tenían identificado y le compraban solo a él, así empezó a conocer más personas y su negocio creció de manera significativa, lo que aumentó la variedad de productos para la venta, ahora tenía también cocaína y cartones de LSD. Se había vuelto todo un comerciante, sus padres ya estaban empezando a sospechar que andaba en malos pasos, pues llegaba con mucho dinero a la casa además de todos los lujos que se ponía para impresionar. Con el dinero sus intereses empezaron a cambiar, ya no quería vivir en el mismo barrio, su propósito era ir a algún lugar más seguro con su madre, así que se fueron al centro de la ciudad, allí tenía Ángel mas oportunidades de vender sus productos, pues los muchachos de las escuelas y universidades frecuentaban mucho esa zona y eran consumidores regulares.
Después de llevar varios años en el negocio, pasó de ser el dealer a surtir a las nuevas generaciones que lo reemplazarían en su papel de vendedor callejero. Se asoció con algunas personas muy peligrosas que manejaban el mercado en varias zonas de la ciudad, con esta nueva modalidad le quedaba más dinero y tiempo, pues solo era salir a entregar los muchachos la mercancía para que ellos la vendieran, luego iba a por el dinero y les pagaba lo correspondiente. Ya no se exhibía tanto, estaba bajo la sombra de sus trabajadores y le rendía cuenta a personas muy poderosas. Así, fue consiguiendo cada vez más dinero y lujos, hasta el nivel de ubicarse en uno de los mejores lugares de la ciudad: la zona norte de Bogotá, su madre vivía como una reina, viendo todas las comodidades que tenía no se sentía capaz de cuestionar los métodos de su hijo. Cuando cumplió 30 años ya estaba totalmente realizado, al menos según los parámetros que desde niño se había exigido, pero con el tiempo eso se iba modificando, ya no le bastaba con tener un apartamento lujoso y carros, también quería fincas y yates. Estos últimos aun no los había podido conseguir, pero era su nueva meta, trabajaba día a día por eso, pues sostener su nivel de vida se había vuelto un reto, ahora solo esperaba una nueva y mejor oportunidad para seguir cumpliendo sus sueños. Ya tenía 35 años, aunque no se le notaban mucho, pues su negra barba lo hacía ver mucho más joven y apuesto, si seguía al ritmo que llevaba en la actualidad era muy probable que a sus 40 tuviera todo lo deseado por el momento. Solo había una cosa que no había podido tener, a saber, el verdadero amor de una mujer, en su adolescencia tuvo novias que amó con locura, pero entre más dinero tenía, más mujeres se le acercaban por interés. También era consciente de que era un tipo apuesto, y si a eso se le sumaba su modo de vida aparentemente perfecto, corría el gran peligro de ser utilizado por ellas. Por eso no se afanaba, cuando una chica se le acercaba tomaba la situación con muchas precauciones, pues a pesar de todo era muy sensible y tenía creencias románticas.
Esmeralda estaba conmocionada por su historia, de alguna manera se sentía un poco identificada, a pesar de ser situaciones y modos diferentes de obrar, las historias tenían un punto central que las unía: la falta de oportunidades en el país. Teniendo en cuenta que el apuesto hombre se había abierto mentalmente ante ella de esa manera, decidió hacerlo también, le contó su verdadera historia y le habló sobre el barrio donde actualmente vivía, casualmente era cercano al lugar donde Ángel pasó sus primeros años de vida. Se sintió conmovida por su historia y vio que también tenía oportunidad de salir de esa situación tan lamentable en la que se encontraba. Tal vez no por los mismos medios, pero el bar le podía proporcionar mucho dinero si se concentraba en trabajar. Sin embargo, la razón por la que Ángel le contó su historia radicaba en la intención de ayudarla a salir del bar en caso de que fuera muy difícil para ella trabajar de esa manera, estaba dispuesto a darle un puesto en su organización, que si bien era ilegal, no implicaba un contacto s****l con desconocidos. Esta era una decisión muy difícil para Esmeralda, en gran parte él tenía toda la razón, sería mucho más cómodo no tener que estar con personas que no le inspiraban nada. Pero en cuanto a los riesgos del trabajo tenía más peligro trabajar con Ángel, aunque ella quería salir de pobre no estaba dispuesta a hacerlo a costa de su libertad. Ella era un poco nerviosa y haciendo cosas ilegales era muy factible que algún policía o investigador experto la descubriera solo por su manera nerviosa de expresarse. Por esa razón, rechazó la llamativa oferta, prefirió ensayar en el bar unos días primero, en caso de que realmente se le hiciera muy difícil lo buscaría para hablar de negocios.
Ángel aceptó el punto de vista de Esmeralda, al tiempo le reiteró su amistad, estaría frecuentando algunas veces el bar para que pudieran hablar, si ella quería que se vieran en otro momento en un lugar diferente, también estaría disponible, su belleza lo había impactado de manera profunda y tenía la sensación de que era una mujer que llegaría muy alto. Se dieron un abrazo de despedida, primero salió él, afuera estaban algunos clientes frecuentes del bar ansiosos por sabe cómo le había ido con la hermosa chica, Ángel los miró con sonrisa burlesca y les dijo: “Es mas importante lo que tiene por dentro que por fuera”, con esas palabras se acercó a la caja, pagó y se fue a su casa. A los pocos minutos salió Esmeralda con una gran sonrisa, todas sus amigas pensaron que su relación s****l con el apuesto hombre había sido todo un éxito, le pedían detalles, pero ella solo podía hablar de cosas cualitativas, aunque no podía dejar que los demás se dieran cuenta de lo que realmente había pasado. Se termino la noche y Víctor se ofreció a llevarla hasta su casa, en el camino le coqueteaba, pero ella estaba muy ocupada pensando en su nuevo amigo. Al llegar a su hogar vio que su madre estaba muy preocupada, le explicó que nada malo le había pasado, por el contrario, todo lo bueno estaba por llegar.