Encuentro inesperado

2074 Words
Al día siguiente Esmeralda se sentó con su madre en la sala con la intención de decirle la verdad sobre su nuevo trabajo, pues no podía pretender que las cosas seguirán siendo como antes teniendo en cuenta la cantidad de dinero que estaba a punto de ganarse en el bar. No sabía de qué manera dar el primer paso en la conversación, estaba un poco asustada, decirle a su madre una verdad de ese tamaño podía desencadenar en algún problema, pero era mejor que ella le contara antes de que se diera cuenta por medio de otra persona.  Inició hablándole sobre la moral, lo relativo que se había vuelto hablar del bien y del mal, explicándole que era necesario tener en cuenta el contexto de las situaciones para obrar de la mejor manera. Por suerte doña Blanca no era religiosa, muy de vez en cuando entraba a la iglesia cuando tenía muchos problemas, pero no había un interés muy fuerte en lo que respecta a las prácticas místicas. También hizo que su madre cayera en cuenta de lo inseguro que era el barrio, de lo difícil que era para ella como hija verla trabajar hasta altas horas de la noche por un dinero que no alcanzaba para mucho. Si trabajaba como mesera en el bar tendría que mantener todo el día allá, eso implicaba alejarse de sus estudios y amigos. En cambio, con el trabajo de bailarina trabajaría solo en las noches, además el p**o era mejor y por menos esfuerzo. Blanca no decía nada, solo la miraba y analizaba si sus palabras estaban cargadas de tristeza o felicidad, notando que este último sentimiento brotaba por sus poros. Era evidente que algo muy bueno le había pasado la noche anterior, pues desde que llegó se veía muy pensativa, por eso decidió preguntarle, no le recriminó su decisión de ser bailarina, pero si mostró su insatisfacción por no haberle contado antes de tomar un dictamen definitivo.  Esmeralda se disculpó, luego de eso empezó a contarle como le fue en su primera vez con un cliente, ese no era un tema que esperaba tratar, pero debido a lo raro que fue su encuentro con Ángel quería mostrarle que no siempre sería buscada para sexo. Su madre estaba muy asombrada, su hija había tenido mucha suerte, si le hubiera tocado otra persona posiblemente tendría un trauma, aunque ella no le contó que para poder entrar a trabajar se había tenido que meter con el jefe. Su madre, a pesar de ser consciente de la emoción que le despertaba el extraño sujeto, le recomendó que se alejara, ya que era evidente que no estaba metido en cosas legales y podía traerle problemas. Esmeralda hizo caso omiso a las recomendaciones de su madre, sentía mucha intriga y quería conocer más a su nuevo amigo, aunque tampoco buscaba aparentar un interés evidente, así que estaba dispuesta a esperar que él diera el segundo paso. Se sentía más tranquila ahora que su madre sabía toda la verdad, ya no tendría que estar diciendo mentiras todos los días, además podía incluso pedirle consejos por su experiencia con los hombres. Hizo algunas tareas en el día para quedar libre en la noche, pues tenía un show al lado de su amiga María. Cuando llegó al bar todos la felicitaron, muchos de los clientes que la vieron hicieron recomendaciones a sus amigos sobre el lugar, ella estaba feliz. Debido a que era un logro suyo, Víctor decidió darle un incentivo económico, de esa manera hacía que sus trabajadoras se motivaran a ser mejores cada día. Luego de eso todas las chicas se empezaron a organizar para salir al escenario, Esmeralda estaba a la expectativa de volver a ver a su hombre, así probablemente no tendría que estar con otra persona y podían hablar nuevamente. Cuando salió a bailar miraba a todas las personas recatadamente esperando encontrar nuevamente a su objetivo, lastimosamente ese día no lo vio. Estaba un poco desconsolada, pensó que su amistad con Ángel sería muy cercana y sus encuentros más frecuentes. Posteriormente se sentó en la barra, mientras estaba ahí notaba que un hombre de pelo gris y con aspecto opulento no dejaba de mirarla. Por eso, se le acercó para preguntarle cuál era su interés en ella, pensó que posiblemente la reconoció de alguna parte o simplemente estaba encantado con su belleza. Para su sorpresa, el motivo estaba encaminado a la primera opción, el sujeto le mencionó que ella tenía un parecido innegable a unas personas que conocía, las cuales eran de la alta alcurnia. Sin embargo, no quería hablar por hablar, por eso pensaba que era necesario comprobar su teoría. Esmeralda negó cualquier vínculo con personas de su clase social, además la única familia que tenía era su madre, pues a su padre nunca lo conoció. En ese momento llegó Víctor, quería saber si el hombre estaba interesado en tener un show privado con Esmeralda, pero este se negó, solo iba al bar a divertirse, pero nunca a estar con alguna de las trabajadoras debido a que estaba casado y sabía respetar a su mujer. Víctor decidió cortar la conversación entre ambos y enviar a la joven a un cuarto donde la estaba esperando un cliente. Esmeralda estaba muy nerviosa, no sabía con quien se iba a encontrar allí adentro. Le pareció un poco incomodo que su jefe no se hubiera tomado el trabajo de al menos avisarle con anticipación de quien se trataba, se sentía como un borrego cuando va para el matadero. Sus manos estaban un poco temblorosas, pero trató de controlarlo para que el tipo no lo notara, unos segundos antes de abrir la puerta de la habitación cerró sus ojos mientras pensaba en la vida que le podría dar a su madre, tomo aire y lo boto suavemente por la boca, luego de eso abrió rápido la puerta. De inmediato vio en la cama recostado a un hombre de unos 87 kilos y estatura promedio, tenía ropa muy fina, un reloj de oro, zapatos de charol y poco cabello. Su edad podía estar entre los 50 años, pues a pesar de que su cara no se veía tan vieja las entradas en su frente sugerían que ya llevaba sus buenos años en la tierra. Lo saludó muy amablemente, él se paro de la cama y tomó su mano para besarla, se presentó primero, su nombre era Nicanor, era un mexicano que llevaba algunos años en Colombia por asuntos de negocios. Estaba realmente impactado con su belleza, le mencionó que a pesar de que el dinero por sus servicios se pagaba en caja le daría algo más, pues no todos los días se encontraban en los lugares de diversión mujeres tan naturales y tiernas. Esmeralda se sentía muy alagada, fue incluso ella quien tomó la iniciativa, de manera rápida lo empujó a la cama y puso su cuerpo sobre él. Nicanor estaba impactado, le parecía una perfecta combinación una cara tierna y una mente perversa. Empezaron a besarse y el acto transcurrió con normalidad, aunque Esmeralda no se sentía bien tenía que simular que le estaba gustando, de esa manera su cliente estaría feliz y le daría una buena retribución. Hubo un momento en el que pudo ver su propio rostro, pues en el techo de la habitación había un gran espejo que reflejaba la cama completa. Se entretuvo en medio del acto, estaba pensando si realmente valía la pena pasar por esas incomodidades por dinero, pues la imagen que veía de su rostro ojeroso con un hombre de mucha más edad encima no le parecía nada estética. Su mayor motivación era su madre y la idea de darle la vida que se merecía antes de que el tiempo se la arrebatara, así que decidió seguir dándole un uso cuantitativo a su cuerpo. Cuando todo terminó se quedaron un rato en la cama, él la miraba por medio del espejo con ojos de enamorado, estaba tan feliz que le hizo una gran propuesta. Le mencionó que era un hombre de negocios, muchas veces tenía que ir a eventos donde se necesitaba acompañante para quedar bien ante los demás, si ella lo acompañaba quedaría bien posicionado y le pagaría por horas el tiempo que lo acompañara. Los eventos no eran aburridos, además había comida y bebida, el único requisito era que se hiciera pasar por su novia y que usara ropa muy elegante. Esmeralda vio una gran oportunidad, aunque veía algunas limitaciones, ella no tenía ni ropa ni zapatos elegantes y si las personas del lugar eran de clase muy alta podían descubrir que nada de lo que usaba tenía una marca reconocida. Nicanor sonrió con ternura, al tiempo le especificó que él estaba dispuesto a cubrir todos sus gastos para que fuera la mujer más hermosa de la noche. Ella ya se estaba imaginando todas las cosas lindas que podría comprar, pero se sorprendió aun más cuando supo el valor de su p**o, Nicanor le ofreció quinientos mil pesos colombianos por la hora. Sin duda era una oferta que no podía rechazar, aunque le surgieron miles de dudas sobre la procedencia del dinero, ella nunca se imagino que una persona estuviera dispuesta a pagar tanto solo para verse bien ante los demás. Pero sobre ese tema no pudo sacar mucha información, el hombre era muy reservado con esos asuntos, incluso aprovecho para advertirle que tenía que tener mucha discreción y que no quería que le preguntara nada, ella solo se limitaría a acompañarlo y a aparentar ser su pareja. La necesitaba con urgencia, el evento era al día siguiente en la noche, Nicanor tenía una reunión de negocios en un casino del norte de Bogotá, ese día el casino estaba reservado solo para él y sus socios, mientras él hacía negocios ella podría disfrutar de las atracciones. Esmeralda aceptó sin mas reparos, además recordó que su jefe le prometió dos días libres a la semana, podía entonces tomarse ese día para producir más dinero. Nicanor le dio, además del p**o que le prometió desde el principio, un dinero extra para que fuera por la mañana a comprar ropa, zapatos y accesorios adecuados para la fiesta. Él mismo le recomendó un lugar donde había asesores de imagen que le ayudarían a escoger lo más adecuado. Se despidieron con entusiasmo, la sonrisa de Esmeralda era imposible de ocultar. Era muy paradójico, María llevaba más tiempo trabajando en el bar y nunca había recibido una oferta de ese tamaño, sus compañeras estaban envidiando a la nueva bailarina, era evidente que tenía mucha suerte. Al final de la jornada la joven se fue muy feliz para su casa, le contó todo a su madre inmediatamente, con el dinero que ganaría podían irse a vivir a un mejor barrio, y si las cosas seguían así, muy pronto podían incluso pensar en la compra a cuotas de una vivienda propia. Al otro día se levantó muy temprano, pidió un permiso en el colegio para poder faltar e irse a la tienda a comprar la ropa. El lugar que le recomendaron era muy sofisticado, quedaba en un centro comercial muy grande, llegó a la tienda y al ver los precios se quedó asombrada, jamás pensó que alguna vez pudiera ponerse prendas de ese precio, las joyas que se compró no eran menos caras, se estaba dando la vida que siempre soñó. Toda la tarde estuvo probándose las prendas y mirando como podía combinarlas mejor, no veía la hora de que Nicanor la recogiera para salir y verse como siempre había querido. Se llegó el momento esperado, un carro n***o polarizado la recogió en la puerta de su casa, se despidió de su madre e ingresó. Allí estaba Nicanor con un traje muy elegante, al verla quedo deslumbrado, con las cosas que se compró se veía incluso más hermosa que de costumbre. Tenía un regalo para ella, era una caja de regalo que contenía un celular ultimo modelo, la joven quedo impactada, de inmediato lo prendió e inició sesión en sus redes para subir fotos en el carro y con su nueva ropa. Al llegar al lugar Esmeralda se percató de que todas las personas que estaban allí tenían un nivel de vida muy alto, había mujeres muy bonitas y elegantes con ropa brillante. Todo iba muy bien, estaba conociendo los socios de Nicanor, pero uno le resultó muy familiar, su corazón empezó a latir muy fuerte cuando comprobó que se trataba de Ángel. 
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