Adiós al colegio

2008 Words
A partir de ese momento su amor al trabajo se vio perjudicado, su madre podía notar que algo muy malo le había pasado, pero ella no le quiso contar nada, puesto que aún no sabía qué iba a hacer para seguir manteniendo su nuevo ritmo de vida, era lógico que si le decía la verdad ella no permitiría que siguiera trabajando allí, en vez de eso preferiría volver a su antiguo barrio y llevar una vida humilde.  Doña Blanca era una mujer muy orgullosa, toda su vida la había vivido en la escasez, ahora gracias a su hija tenía muchas comodidades que disfrutaba con total agradecimiento, pero no estaba dispuesta a sacrificarla a ella. Esmeralda se acostó a dormir para poder pensar en qué iba a hacer para mejorar su situación, de su cabeza no salía la propuesta de Ángel y más ahora con todo lo que le había tocado vivir. El día amaneció radiante, desde que empezó a trabajar era la primera vez que podía ir a estudiar, pero debido a lo que había pasado la noche anterior no estaba segura de querer volver. Su madre le insistió para que fuera, siempre había soñado con tener una hija profesional, y para eso, terminar el colegio era el primer paso. Ella no podía explicarle a su madre el motivo por el cual estaba evitando ir a estudiar, así que le toco enfrentarse a esa difícil situación para que no sospechara nada. De camino a la escuela se sentía muy nerviosa, pero sabía que era necesario mostrar fortaleza para que su verdugo no la crucificara. En la entrada se encontró con varias de sus compañeras de clases, no tenía una mejor amiga entre ellas, la única que siempre había estado a su lado era María la del bar. En el ingreso a los pasillos pudo notar que algunos hombres la miraban, parecía ser que ya había rodado algún chisme que la comprometía directamente. Incluso el profesor que había ido hace unos días a su casa ya tenía información de primera mano. Era muy incómodo sentir que ya todos sabían a que se estaba dedicando realmente, la sociedad siempre era muy buena para juzgar, pero nunca para ayudar o comprender las situaciones que llevan a las personas a enfrentarse a realidades complicadas. Nadie tenía el valor de decirle de frente qué era específicamente lo que se murmuraba en los pasillos, por eso decidió preguntarle a una profesora que siempre había sido muy amable con ella. Esta mujer le contó todo lo que a sus espaldas se decía, gracias al joven que estuvo el día anterior en el bar todos ya media escuela sabía de su trabajo, además también había contado con detalles todo lo que con él había hecho en privado. Esmeralda se llenó de cólera, no podía creer que ese sujeto pudiera ser tan cruel de exponerla así delante de toda la escuela, con eso estaba cerrándole las puertas, pues ya muchos no querrían estar cerca de ella por asuntos de tipo moral. Desesperada empezó a buscarlo para que le diera una explicación, pero como sabía el pecado que tenía encima, parecía estar escondido. Siguiendo a sus amigos pudo ubicarlo, detrás de la cafetería escolar estaba comiendo pan y café muy tranquilamente mientras su reputación se iba al piso. Era evidente que a él no le importaba que las personas se dieran cuenta que el frecuentaba ese tipo de lugares, pues solito permitió que todos lo supieran. Lastimosamente, las personas siempre juzgan más fuerte los pecados de las mujeres que de los hombres, cuando estos últimos hacen cosas inmorales son aplaudidos o visto como machos, pero cuando lo hace una mujer es una verdadera falta. Estaba cansada de ese tipo de conductas, por un lado, sentía que su trabajo no era lo peor del mundo, pero por otro, tenía claro que sus compañeros vivían de apariencias y no podría estudiar tranquila hasta que no se aclarara la situación. Pero, ¿Cómo aclararla? No podía simplemente salir a decir que todo lo que decía el joven era mentira, pues había formas para comprobar que, en efecto, ese era su lugar de trabajo. Decir la verdad era muy problemático, aunque era la única forma de no darle gusto a quien trató de humillarla. Aunque ya lo tenía cerca no se le acercó, tenía un mejor plan, pero para eso debía esperar hasta las 10 de la mañana que se hiciera la izada de bandera. Curiosamente, ella estaba entre las mejores estudiantes del salón, así que probablemente la llamarían arriba para que diera unas palabras de motivación a todos sus compañeros, esa sería la oportunidad perfecta para dejar todo claro. No entró a las clases que tenía en las tres primeras horas, no quería sentirse observada y discriminada en el salón, por eso, decidió esperar hasta las 10 en unas sillas ubicadas en la zona verde de la institución. Cuando por fin llegó el momento se dirigió hasta el salón de eventos donde se llevaría a cabo la celebración a los mejores estudiantes, tal como lo supuso, fue llamada para representar a su salón como la mejor de su curso. Sin embargo, mientras subía las escaleras para recibir su honor, algunos hombres la abuchearon mientras se burlaban de ella por su trabajo. Hacían comentarios referentes a la manera en que obtenía sus logros, como dando a entender que se vendía para poder ser la mejor, incluso con lo académico. Estas palabras acabaron con la paciencia de Esmeralda, quien se tomó el micrófono para dar no precisamente palabras de aliento. Su discurso inició así: “Queridos compañeros, se que muchos de ustedes se han dado cuenta gracias a un poco hombre del trabajo que tengo en el momento. No voy a deciles mentiras, y creo que este es el momento más adecuado para aclararles todo, pues así dejarán de hacer especulaciones vagas. Como todos saben, la situación de este barrio y muchos de los que están alrededor es muy complicada, hay muy pocas oportunidades y nuestras familias suelen pasar muchas necesidades. Esa situación ya me tenía cansada, ver a mi madre trabajar vendiendo café hasta altas horas de la noche era algo que no me tenía tranquila. Ella estaba expuesta a muchos peligros, y todo eso para que yo estudiara, pues esa es la idea de progreso que tienen nuestras madres, pero no se dan cuenta que terminar con un título de bachiller no garantiza el éxito, luego de eso tendremos que entrar a una universidad que puede costar muchísimo dinero, tenemos la opción de trabajar y estudiar, pero serian épocas muy difíciles. Desde ya siento que lo merezco todo, no tengo ideas moralistas del cuerpo, por el contrario, me parece que puede ser una muy buena herramienta. Tal y como ya se los han contado, estoy trabajando como bailarina en un reconocido bar del note, ayer precisamente entró nuestro compañero con un hombre mayor que él, me contrataron y el se aprovechó de mi condición de inferioridad en ese momento para hacer conmigo todo lo que quiso. Él lo cuenta con mucho orgullo, pero humillar a las personas no es un mérito, lo que hacen ustedes apoyando sus burlas es deplorable, hoy soy yo, pero luego pueden ser sus novias, hermanas o incluso sus madres. Yo sigo siendo la misma de siempre, una mujer con ganas de superarse, gracias a este trabajo lo estoy lograrlo, pero lastimosamente hay gente que se encarga de destruir todo lo que con sacrificio construimos. Con esto solo quiero aclarar que no voy a dejarme bajonear por todo lo que dicen de mí, voy a seguir adelante a pesar de que muchos de ustedes quieran opacarme con sus comentarios. Algunos de sus compañeros la aplaudieron, estaban totalmente de acuerdo con su pensamiento, muchos la juzgaban sin tener ni siquiera un poco de empatía con la situación que ella estaba atravesando, pues no era fácil estar en boca de todos. Los profesores no querían apoyar este tipo de conductas, pues eso podía incentivar a las demás estudiantes a hacer lo mismo y eso no era lo que la institución quería para sus futuros. La profesora de religión tomó la palabra refiriéndose de manera negativa a Esmeralda, haciendo notar públicamente que la institución no debería permitir la presencia de estudiantes que fueran un mal ejemplo, en ese caso ella lo era y podía motivar a muchas niñas a abandonar la institución por seguir el camino de la inmoralidad. Otros profesores en cambio la apoyaban, si bien no era el camino correcto para triunfar estaba en todo su derecho a trabajar como quisiera, pensaban que la institución no tenía el derecho de entrometerse en las cosas que hiciera fuera de ella. Empezó una gran disputa, lo que iba a ser una simple izada de bandera se convirtió un debate público, donde todos daban su punto de vista con respecto a la suerte de Esmeralda. Era muy frustrante para ella ser el blanco de todos frente a un tema tan controversial, era evidente que si se quedaba en el colegio podía haber muchos problemas y disgustos, pero su educación estaba por encima de los comentarios de los demás. Con todo el alboroto que hubo fue convocado el rector de la institución, ese hombre tenía muchos problemas y al ver otro más decidió cortarlo de raíz. Pudo notar que la problemática involucraba particularmente a una estudiante que podía ser mal ejemplo para otras, la solución que dio fue simple, Esmeralda tenía que abandonar la institución, sin decir más se retiró y le ordenó a su secretaria hacer el papeleo correspondiente. El ambiente estaba muy tenso, muchos de los hombres aplaudían la decisión del lugar, sus compañeras en cambio empezaron a gritar en coro que era una injusticia lo que estaban haciendo con ella. Pero ante la decisión del rector no hubo mucho que hacer, la secretaria se encargó de entregarle un papel donde era anunciada su salida de la institución. Un profesor le recomendó hacer una demanda contra la institución, esa era de la única manera que podría regresar, pero ella no quería humillarse ante ellos, ni siquiera aun sabiendo que podía ganar por la vía legal. El joven causante de todo el problema le recomendó entrar a un colegio privado, pues ya tenía los medios necesarios y podía pagar con su cuerpo. Tenía mucho coraje, antes de irse tomó un tarro de yogurt y se lo tiró al joven en la cara, mientras le recordaba lo despreciable que era y la forma en que el destino se lo cobraría. Se fue llorando para su casa, ahora se había sentido humillada frente a un publico muy grande, era muy triste ver como le cerraban las puertas cuando ella lo único que quería era salir adelante. Llegó donde su madre con la noticia de que había sido expulsada del colegio. Sentía que la vida le estaba dando una señal, tal vez no le convenía estudiar, no podía ser terca ante lo que el destino le estaba mostrando. No quería ya ingresar a otra institución, además tendría que iniciar un nuevo año, ya había perdido todo lo que había hecho con su esfuerzo intelectual. Su mamá no estaba de acuerdo con su decisión, dedicarse solo al bar condicionaría su vida únicamente hacia un objetivo s****l y monetario, pero ante la terquedad de un adolescente dolido no había mucho que hacer.  Con lo que había pasado en el colegio había decidido seguir trabajando con Víctor, ya no eran muchas las alternativas que le quedaban. Llegó en la noche al bar, allí estaba su jefe con una gran sonrisa, le tenía una gran sorpresa, en una de las habitaciones estaba su amado Ángel esperándola para darle una noticia inesperada. Él se veía muy feliz, con su mirada parecía ser evidente que era algo que les convenía a los dos, cuando le preguntó por el motivo, él le mostró unos tiquetes de avión con destino a México. Tenía que hacer un viaje de negocios y ya había arreglado todo para que fuera su primera luna de miel. 
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