CAPÍTULO 8

2034 Words
No entendía absolutamente nada, todo parecía estar cayéndose a mí alrededor y simplemente no era capaz de hacer algo, de detenerlo, o de no dejar que también terminará cayendo junto con ellos. Había pasado una semana realmente difícil, una semana donde fingía que estaba bien cuando por dentro, estaba muriendo poco a poco, mis pensamientos eran confusos, y por primera vez ... no sabía qué hacer. ¿Qué haces cuando amas tanto a una persona, a tal punto que amarlo duele? Porque eso era lo que me pasaba con Liam, lo amaba, y aun me preguntaba cómo pasó, como me enamore de alguien que no me quiere y lo peor, de una persona que antes sus ojos, era completamente invisible. El amor es extraño, libre, el amor no te pregunta a quien tú desearías, el amor es incomprensible, el amor es la mejor manera para perder tu cordura. Yo, Dalila Aryam Kaur, estaba completamente enamorada de Liam Licciardi Davis, que pena que no era recíproco, él había vuelto hacer el mismo de antes y puedo asegurar que peor, su novia no se separaba de él para nada del mundo. La felicidad que caracterizaba a Luciana ya no estaba, en cambio, estaba alguien distante y fría. Luciano estaba muy misterioso, había faltado toda esta semana a clases y la pequeña Leandra, había sido enviada a Estados Unidos. La familia Licciardi se estaba cayendo en pedazos, y lo confirme hace un día, cuando Luciana decidió hablar. Sus padres pensaban divorciarse, lo que me llego a pensar que aún no sabían sobre la enfermedad de Liam, y que cuando lo supieran, sería un golpe bajo para todos. Cuando pensaba que nada podía ser peor, confirme que se podía poner aún más fact las cosas. No sabía si Luciana había hablado con su padre, no sabía si estaba borrado cualquier cosa que demostrara que vivía acá en Italia y en donde lo hacía, no lo sabía, pero lo supe cuando después de mi puerta sonar ... abrí. Delante de mí se nada menos que mi padre. Era él, no salía del asombro que me causaba verlo ahí parado, parpadeaba varias veces seguidas creyendo que era una pesadilla, pero no, era la realidad, me encontré y en esa milésima de segundos supe dos cosas. Que mi vida en Italia había acabado y que esta era la realidad, aquí no hay finales felices como los que te cuentan antes de dormir. —¡¡Por Alá !! —Su grito me saca de mis pensamientos y de mi pequeño trance—. ¿Qué haces vestida de esa manera? ¡Pareces una cualquiera! , mira cómo te ha cambiado este país. Me hace a un lado y entra. Reparo mi vestimenta sabiendo que no es la adecuada para abrir la puerta de mi casa según mi padre, aunque no importara si utilizara un Jean, no sería lo adecuado tampoco. —E-Estoy dentro de mi casa —susurro lo bastante alto para que me escuche. - ¿Tu hiyab? —Pregunta dándose la vuelta después de inspeccionar mi sala. —Ya no lo utilizo —respondo alzando mi mirada y encontrándome con esos que en estos momentos me miran como si quisieran matarme. - Apostasía *. Abro mis ojos como platos al escucharlo decir semejante palabra. - ¡NO! —Grito—. No padre, no. Mis ojos se acumulan de lágrimas que no tardan en ser derramadas, jamás haría algo como eso ... nunca. - ¿Sabes cómo se paga lo que has hecho? —Pregunta pero no respondo—. ¡¿Lo sabes ?! —Con la ... la muerte —respondo entrecortado—. Pero no, estas equivocado yo - ¿Estas queriendo decir que estoy mintiendo? Me apresuro en negar, muerta del miedo que me recorre al pasar los segundos, ese castigo es algo muy poco usado, ya hay libertad de culto, pero claramente mi padre aún vive en el siglo anterior. —No, nun-nunca diría algo así padre, pero yo no he cometido apostasía —trato de tocar sus manos pero las separa rápidamente—. Nunca he negado la existencia de Alá ... ni de los profetas, ni he cambiado de religión, no he cometido adulterio ... Alá sabe que lo que digo es cierto. —No utilices el nombre de Alá en esto, no lo nombres ... estas sucia — señala—. Tú no eres mi hija Dalila, porque mi hija no huiría de su país un día antes de dar un comunicado sobre su boda, mi hija no vestiría así como una mujer de la calle, mi hija no iría en contra de sus reglas. No importa lo que me digas tendrás que pagar de cualquier forma, y la muerte es la mejor opción, se decidirá cuando volvamos a India. —No me puedes obligar a algo que no quiero, padre estamos en el siglo veintiuno, ahora todo es distinto. Esos castigos no se deben usar. —Estemos en el siglo veintiuno o veinticinco, no importa, seguiremos llevando las verdaderas leyes — lleva sus manos a su cabello, un intento desesperado—. Gracias a Alá que ese joven me dijo en dónde estabas. - ¿Joven? —Pregunto confundida—. ¿Qué joven? -Yo. Me tense en mi lugar al escuchar esa voz, las lágrimas que están parado, ahora salen con más potencia. No creía lo que había pasado, jamás creí que algo así ocurriría, me sentí traicionada, pero sobretodo herida. Me volteo para encontrarlo en la entrada, niego mientras lo observo. Liam había cometido un grave error en contactar a mi padre y decirle en dónde estaba, me había sentenciado a muerte sin darse cuenta. Percibí la sorpresa en sus ojos cuando me vieron llorar, yo solo pude verlo con decepción. —Gracias nuevamente joven Liam, espero que pueda reunirme con usted y su padre para acordar las inversiones que harán en los nuevos proyectos que se llevarán a cabo en el cabo bajo mi mando. Me sorprendió el tono de voz tan gentil que usó mi padre con Liam, pero mientras hablaba entendí el por qué. Dinero. —Nosotros también hablar lo esperamos con ansias, Sr. Kaur ... ¿me permite un momento a solas con su hija? Quise reírme en ese momento, su petición era inconcebible, jamás mi padre permitiría algo como eso. —Claro, saldré hacer unas llamadas, en un momento regreso. Ok, olviden todo lo que dije. —Dalila —dice cuando mi padre ya ha abandonado el apartamento. —Acabas de cometer un error Liam. -No entiendo. —Jamás debiste de haberle dicho a mi padre en donde estaba. —Es lo mejor para ti —dice. - ¿La muerte? ¿La cárcel? O casarme con alguien que no quiero. —No entiendo, ¿De qué hablas? —Gracias a que trajiste a mi padre, él piensa que soy una mujer apóstata. Ser una mujer apóstata en el islam tiene dos finales, o soy condenada a muerte, o me encarcelan hasta retomar de nuevo el islam. —Mierda, no lo sabía Dalila ... no sabía nada de eso —dice, de repente desesperado—. Dime que hago y lo haré. —Ya no hagas nada, empeoraras todo —suspiro, limpio mis lágrimas siendo algo inútil, las lágrimas no paran de bajar—. Acabas de dañar toda mi vida. —Pensé que lo mejor para ti era estar lejos de mi familia ... de mí. —Eso es algo que solo me concierne a mí, sólo yo debo elegir quien es bueno para mí o no. —Tu estas enamorada de mi Dalila, no quiero verte sufrir, y eso es lo que haces al verme con Fiorella. - ¿Por qué piensas que aún lo sigo estando? Mi pregunta parece tomarlo desprevenido, su rostro confundido, ya la vez sorprendido lo demuestra. Mi padre llega, lo que hace que Liam se guarde lo que sea que tenía por decir. —Abdul vendrá en cuanto pueda, tiene unos compromisos que no puede reemplazar —anuncia—. No sabes cuánto desea casarse contigo. - ¿Cómo? ¿Casarse? ¿Dalila se casa? —Pregunta confundido Liam. —Sí, y con el futuro Jeque de los Emiratos Árabes —dice con todo el orgullo que se puede llegar a tener—. Ya no habrá nada que lo impida. —Estaba hablando con Dalila, Sr. Kaur, y creo que sería mejor que se fuera después de terminar este semestre de medicina que cursa. ¿Qué piensa ahora? ¿Acaso no entendió lo que dije? Alá que no me vaya a hundir más. - ¿Estás estudiando? —Pregunta mi padre, lo cual asiento en su dirección—. Pensaba irnos hoy mismo de este país, pero tiene razón, además, así tengo nuevamente tiempo para organizar su boda. —Yo me comprometo en cuidar de su hija estos meses —lo miro como si le fueran salido tres cabezas—. Claro, si usted lo permite. Liam enloqueció. - ¿Enserio lo harías? ¿Es tan importante el trabajo que harían para que mi padre sea otro? Jamás había conocido esta faceta de él. Liam no es de la familia, y menos un musulmán. ¿Cómo era posible que considerara esa idea? Que Alá me perdone por mis pensamientos pero, aquí el que está yendo contra todas sus costumbres es él. —Claro, con todo el gusto del mundo. Estará en muy buenas manos. —Entonces cuidaras de mi pequeña Dalila por estos meses —me voltea a mirar—. Sabes cómo comportarte. —Si —es lo único que digo, todo esto me causa asombro. Mi padre se despide de Liam, posteriormente se acerca hasta donde estoy, besa mi frente y me susurra un par de cosas. —Tengo importantes cosas que resolver ahora mismo, no me fio de esos italianos, así que tendrás a personas cuidándote de mí entera confianza ... ellos me dirán absolutamente todo. Si quieres que tu destino sea otro, compórtate. Me da una última mirada y sale. - ¿Qué crees que haces? —Pregunto apenas mi padre se ha ido—. ¿Por qué mi padre se comporta tan dócil contigo? ¿Qué es lo que están haciendo? - ¿Has escuchado el dicho que dice: "Por dinero, baila el perro"? - ¿Le estas diciendo perro a mi padre? —Cuestiono confundida. —Es un dicho Dalila, no le estoy faltando al respeto a tu padre —aclara. —Por Alá, son muchas cosas que han pasado, necesito procesarlo todo o mi cabeza explotara —voy hacia la puerta esperando a que Liam se vaya—. Por favor vete. —No me iré hasta que hablemos —se cruza de brazos retandome. —No tenemos nada de qué hablar. - ¿Por qué no me dijiste que te ibas a casar? ¿Cuándo pensabas decírmelo Dalila? - ¿Por qué tenía que decírtelo? - ¿Por qué me hiciste creer que estabas enamorada de mí, si tienes a un jeque esperando por ti? —Liam estaba reclamandome, estaba reclamando cuando no tenía ningún derecho en hacerlo. —No te hice creer nada, todo fue y es verdad. Y sí, tengo a un jeque esperando por mí, pero eso no cambia nada ... no cambia nada porque es un matrimonio forzado. —Entonces no te cases con él, no hagas nada que no quieras. —El contrato ya se firmó, y la dote ya fue dada. No hay nada que hacer ahora que le dijiste a mi papa en donde estaba. —No te puedes casar con alguien que no amas, te prometo que haré hasta lo imposible para que ese matrimonio no se realice. —Me vuelves a ignorar y hacer como si no existiera, y ahora me quieres ayudar. ¿A qué juegas Liam? —Solo quiero ayudarte, no juego a nada. Asiento, estoy agotada emocionalmente, lo único que quiero en estos momentos es irme a dormir y soñar con un mundo mejor. —Vete, tu novia se estará preguntando en dónde estás. —Fiorella no es mi novia —sonrió por lo mentiroso que es—. Termine con ella hace varios meses, la razón por la que sigo fingiendo es porque me acostumbre a ella y la manera en que juega con mi mente. También porque sabe muchas cosas que aún no pueden salir a la luz. - ¿Qué cosas? —Pregunto—. Explotare por tantos secretos que guardas Liam. Veo como una sonrisa ladeada adorna su rostro, se acerca a mí, pero lo detengo con mi mano en su pecho. —Bienvenida a la familia Licciardi, donde todos tenemos secretos que tarde o temprano saldrán a la luz ... ¿Sabes qué pasa cuando los secretos salen Dalila? -No. —Todo se vuelve un caos.  * La  apostasía en el Islam  es específicamente definida como el rechazo de palabra u obra de la antigua religión por parte de una persona que anteriormente profesaba el Islam. La mayoría de las autoridades musulmanes mantienen la idea tradicional de que la apostasía es castigable con la muerte o encarcelamiento hasta el arrepentimiento, por lo menos, para el caso de hombres adultos en su sano juicio.  Según la ley Islámica, la apostasía es identificada por una lista de acciones, tales como la conversión a otra religión, la negación de la existencia de Dios, el rechazo de los profetas, burlarse de Dios o de los profetas, la adoración de ídolos, el rechazo de la sharia o permitir un comportamiento que sea prohibido por la sharia, como el adulterio. -fuente Wikipedia. 
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