7. Encontraremos a Vicenzo y Vaiolet.

1655 Words
Capítulo 7. Encontraremos a Vicenzo y Vaiolet y les haremos pagar esta traición. Vaiolet estaba nerviosa, pero cuanto más se alejaba de la ciudad más tranquila se sentía. -- ¿Para donde iremos señor? – le pregunta al conductor un poco angustiada, no habían conversado nada desde que subió, y habían pasado cerca de dos horas conduciendo, ella nunca salió de la ciudad y ese viaje por así decirlo fue el más largo que había hecho en su vida. No estaba segura de nada, tampoco había vuelto a tener comunicación con Vins, lo único que sabía era que no volvería a la mansión Montes nunca más. -- Iremos a un lugar seguro señorita, no debe preocuparse. Tengo ordenes de llevarla al país vecino, alguien ahí los recibirá – le dice el conductor y ella sonríe agradecida, al menos el conductor tiene fe de que Vins también pueda llegar. Vaiolet salió sin nada de equipaje para no levantar sospechas, solo tenía sus papeles originales, y algo de dinero, ella abre su bolso y se encuentra con el sobre que Madeline le puso en él, Vaiolet se asombra al verlo, no puede entender cómo, ni cuando lo hizo. Pero ahora después de que lo que pasó, le agradece en el alma que su fiel empleada lo haya hecho, pues mientras no se encuentre con Vins todavía, ella estaría por su cuenta, al menos por un tiempo. Con la ayuda de un amigo de Vicenzo, Vaiolet huyó al país vecino. Raúl el amigo y ex compañero de universidad de Vicenzo le había ofrecido una casita como refugio, lejos del bullicio y de la tecnología, pero sobre todo muy lejos de los Farrell y lejos de su abuelo Maximiliano Montes, Vaiolet fue la primera en llegar, -- Hola yo soy Via – se presenta, Vaiolet tampoco había sido del todo sincera con Vicenzo con respecto a su verdadero nombre, y como no tuvieron tiempo de registrar su matrimonio, ninguno pudo explicarlo, así que decidió permanecer siendo Via, hasta que pueda conocer a Vins en persona. Raúl la mira y se asombra de lo hermosa y dulce que es, nada en común con las mujeres con las que su amigo acostumbra a salir, pero Vicenzo le comentó que llevaría a su esposa, así que, mirándola bien, era la mujer perfecta para ser la esposa del gran genio en línea Vicenzo Farrell, pensaba Raúl mientras le mostraba el pequeño chalet donde vivirían su luna de miel… -- Pueden quedarse acá todo el tiempo que lo necesiten Via – le dice Raúl quien estaba convencido de que su amigo Vicenzo y esa hermosa jovencita eran marido y mujer. Aunque la vio llegar a ella sola, se imaginó que el muy ocupado hombre de los negocios en línea debía solucionar problemas antes de desconectarse del mundo, en aquella ciudad fronteriza donde la tecnología era nula. Vaiolet se lo agradece de todo corazón, nunca nadie había hecho algo así por ella y en estos días, no solo la ayudó Vins, también el conductor del auto y ahora el amigo de la universidad. Vicenzo no pudo volver a casa de los Farrell, y tampoco pudo viajar hasta donde estaba Vaiolet, sin embargo, el empresario le enviaba a su compañera mensajes telefónicos, alentándola a continuar, y aguantar un poco más. Cada vez que lograba comunicarse con ella, se sentía mal, él era consciente de que no había sido del todo honesto con Via, y no estaba seguro si debía contarle lo que le pasó en el hotel noches atrás, e incluso si debía decirle que necesitaba volver con sus negocios en línea pronto y que ella deberá estar sola un tiempo, al menos hasta que logré resolver el problema con su padre y con la intensa de Giulia, la mujer que le ha puesto precio a su cabeza. Por otro lado, Maximiliano Montes y Reinaldo Farrell terminaron, averiguando lo que sus respectivos nieta e hijo intentaron hacer, ambos estaban indignados y furiosos por los acontecimientos, ninguno de los dos se daría por vencido para conseguir sus propios propósitos de poder, para Maximiliano Montes la unión entre un Montes y un Farrell no ocurrirá nunca mientras él exista. Y para Reinaldo era algo similar, ambas familias se odiaban a muerte desde tiempo atrás, esa supuesta unión no era lo que ellos esperaban y mucho menos lo que aceptarían para sus familias. -- Encontraremos a Vicenzo y Vaiolet y les haremos pagar por su traición – le dice Maximiliano a Reinaldo, quien lo mira de manera acusadora, el viejo Montes culpa a los Farrell, pues al fin de cuentas su nieta es solo una niña inocente que debió caer en la trampa de alguien más experimentado como su hijo Vicenzo, para Maximiliano, Vicenzo es un oportunista y bueno para nada y nunca dejará que un Farrell toque un billete de su dinero, y menos se haga cargo de sus empresas. Y Reinaldo Farrell piensa que Vaiolet Montes es muy poca cosa para elevar su imperio a donde quiere elevarlo al lado de la familia Doménico. -- Así será, pero no pienso que mi hijo sea el único culpable. Tu nieta debe haberlo convencido, ella debió pasar la noche con él en aquel hotel – le menciona Reinaldo molesto, sin embargo, ninguno de los dos puede comprobar aquello a ciencia cierta, Maximiliano está seguro de que su nieta estuvo encerrada en su habitación, al menos eso es algo que si puede comprobar, piensa el abuelo de Vaiolet. -- Eso no debe ser así, mi nieta tiene que regresar y cumplir su deber con los Black, nadie desafía a un Montes y sale impune después de eso – grita Maximiliano lanzando un golpe sobre la mesa. Ambos hombres poderosos utilizaron todos los recursos a su disposición para rastrear a Vicenzo y Vaiolet. Contrataron detectives privados y utilizaron su influencia para seguir cualquier pista, sin importar cuán pequeña fuera, pero no consiguieron nada, al menos nunca encontrarían a Vaiolet. En un país vecino Han pasado semanas desde que Vaiolet llegó a vivir ahí, ella se ha acostumbrado a su soledad y disfruta de estar en libertad, camina por las pequeñas y estrechas calles, disfruta del paisaje y de la gente. Y en las tardes casi siempre recibe una llamada de Vins, quien le dice que pronto llegará a su lado. Dos meses después y por fin todo estaba solucionado, Vicenzo podría viajar y encontrarse con Via, ellos por fin se iban a conocer y harían realidad la peor pesadilla de su padre y abuelo. -- Via todo está solucionado, pronto estaremos juntos – le dice Vicenzo luego de dos meses de estar viviendo cada uno en un país vecino, ella sonríe amorosa, se había aferrado a Vins en cada llamada, que sin querer comenzaba a tener sentimientos por él. Las empresas en línea de Vicenzo iban bien, no requerían de él, y ahora si podría alejarse de la tecnología en el país vecino donde todavía todo lo que tenía que ver con ella era obsoleto, fue por ese motivo ni su padre ni el abuelo de Vaiolet los podían encontrar, estaban demasiado protegidos en aquel lugar. -- Eso es increíble Vins, por fin podremos vernos a la cara – le dice ella, adquiriendo su rostro un tono escarlata, ellos habían quedado en no verse por video llamada, pues pensaron que no sería igual, querían conocerse en persona y ya habían esperado tanto, que unos días más no los iba a molestar. Ambos cortaron sus llamadas felices, luego de firmar no había marcha atrás, su padre debía desistir con ese acuerdo matrimonial con los Doménico, y por fin Vicenzo estaría libre, o al menos casado con una mujer a quien él eligió. Los días siguieron llenos de expectativa, Vaiolet se preparó para conocer a su gran salvador, una mañana muy temprano como era su costumbre salió a caminar, Vaiolet sintió un mareo apenas llegó a la plaza principal, sus manos sudaban y su cuerpo no se sentía bien. -- ¿Está bien jovencita? – le pregunta una mujer que caminaba por ahí, ella observó a Vaiolet con detenimiento y se acercó al verla dudar, -- Estoy bien – susurro suavemente, pero sabía que no era así. Algo extraño le pasó y debía averiguar ¿qué fue? Vaiolet observa los resultados sin poderlo creer, está embarazada. Ella tenía dos meses de embarazo, algo que nunca se imaginó. Aquella noche en el hotel trajeron consecuencias, y ahora se sentía mal, porque no podía contarle a Vins lo que le pasaba. Vaiolet Estaba feliz al saber que conocería a Vins, mi salvador en persona. Pero ahora enterarme que estoy embarazada lo cambia todo, no es justo para él que cargue conmigo y ahora con un hijo que ni yo sé de quien es. Me duele mucho pensar que pude llegar hasta acá, pero no voy a dejar que nada malo le pase a este bebé. Yo no seré como mi abuelo, no me importa como pasaron las cosas, yo amo a este bebé. He pensado mucho y decidí que no me quedaré más en este país, Vins no sabe mi verdadero nombre y eso fue lo mejor, ahora debo seguir mi camino, debo dejar de ser Via la chica inocente que espera ser salvada por el príncipe azul y debo comenzar a vivir, para eso me fui de casa, pienso mientras observo la hermosa casita que fue mi hogar por dos meses. He pasado dos meses sola, es el mayor tiempo que he estado sola en vida, pero no he sentido una triste soledad, sin embargo, en la mansión al lado del abuelo, viví con él durante 18 años y siempre me sentí muy sola. La idea de alejarme de Vins hace que me sienta insegura, casi al punto de ser insoportable, y aunque sé que entre nosotros no existe amor de verdad, creo que me he aferrado demasiado a él y ahora debo volar...
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