Seokjin cayó agotado sobre su cama, al parecer tanto su cerebro como todo su cuerpo estaban sintiendo el esfuerzo que había estado haciendo por toda una semana. ¿Había algo de divertido en su situación?, para nada, pero él sabía que tendría que acostumbrarse a esta rutina, al menos por un tiempo.
El estudio y el trabajo eran agotadores, pero no lo odiaba, simplemente Seokjin estaba haciendo lo que tenía planeado. Solo era cuestión de tiempo para que se acostumbre, ¿verdad?... Al menos eso esperaba él.
Oh, y por supuesto él no había tenido ni tiempo ni cabeza para encontrar un mejor lugar. —Ah..— suspiró, ¿a quién quería engañar?, no había mejor lugar que este. ¡Rayos! La ubicación le hacía un buen lugar.
Entonces si, la búsqueda de algun otro departamento dentro de esta zona sería pospuesta.
La puerta principal se escuchó cerrarse, Seokjin tranquilamente se puso de pie y lentamente caminó hacia fuera de su habitación para dirigirse a su compañero, el cual se encontraba sujetando un par de bolsas.
—¿Dónde están?— Seokjin les echo un ojo a las bolsas.
Namjoon hizo un movimiento de cabeza, dejándole saber que lo que buscaba estaba en esa bolsa señalada —Ahora deja de ser molesto—
—No lo hubiera sido si tu no hubieras sido torpe, ¿tengo que recordarte que fuiste tú el que lanzo, no se como ni por que, las baterías de control remoto por el balcón?— Recordándole aquello a su compañero tomó las baterías, las sacó de su empaque y se las puso al control.
Namjoon le resto importancia, siquiera se molestó en responder, de su boca solo salieron palabras que no iban a ser escuchadas, pues él dijo:—Estoy hambriento—
Frunciendo el ceño Seokjin le dirigió mirada, y lo ignoró.
Genial, ellos seguramente deben ser los mejores compañeros de piso que jamás haya existido... Uh, seguramente no.
Para la mañana siguiente ambos chicos, al mismo tiempo, se pusieron de pie rápidamente de la cama. Ambos, dieron con su despertador, —¡Diablos!— al parecer ambos aparatos se habían descompuesto. Las coincidencias existen, esto lo demostraba.
Las puertas de las habitaciones se abrieron, ambos chicos corrieron hacia el cuarto de baño, si quiera se molestaron en enfadarse con el otro, pues ambos ocupando el lavado no era cómodo. Solo tomaron su cepillo de dientes y mientras hacían aquello trataban de peinar sus cabellos, de alguna forma lo lograron.
—Muévete— Seokjin gruñó para luego escupir, luego Namjoon lo empujó y fue su turno de escupir.
Entre idas de un lugar para el otro y ropa saliendo volando de los armarios, ambos en minutos se vieron presentables.
Salieron del edificio, y Seokjin hizo algo que realmente no había querido hacer, pero tuvo. Era eso o llegar tarde y bien, él no quería aquello. Así que...
—No digas nada y solo arranca— Seokjin no fue amistoso en tomar el casco de Namjoon para luego ponérsela él.
Y Namjoon no dijo nada, solo:—No será gratis—
Seokjin se preguntó si había hecho bien o no... Ah, ahora estaba en deuda con el idiota de su compañero.
En fin, ellos claramente llegaron unos minutos retrasados, pero aún estaban en el horario tolerable, así que nadie les dijo nada. A excepción de Sammy, Seokjin tuvo que repetirle a su amiga que solo su estúpido despertador murió por sí solo.
—¿Comemos juntos hoy?— Preguntó la chica manteniendo su mirada hacia el frente, donde el profesor se encontraba.
Seokjin no lo pensó demasiado —No puedo, tengo que salir corriendo hacia el trabajo—
Sammy se mostró dramáticamente desolada —Ohhh, hoy no llegue a desayunar y ahora mi mejor amigo me abandona— dejó caer su cuerpo sobre su escritorio. Seokjin rió. Ella se incorporó abruptamente —Entonces iré a comer con él— apuntó con su dedo índice al chico que se encontraba levantando un lápiz del piso. El chico se dio cuenta y miraron a sus lados, luego frunció el ceño.
—¿Lo conoces?— Seokjin sonrió mientras anotaba.
—Uhm, el otro día choque con él, sí, sí lo conozco— Ella se encogió de hombros.
Negando Seokjin siguió preguntando —¿Cómo se llama? ¿Al menos lo sabes?—
Sammy volvió a encogerse de hombros —Luego se lo preguntaré, después de todo él será mi nuevo mejor amigo—
—Eres tan mala—
Luego de un asentimiento de parte de ella terminaron su charla amistosa y siguieron prestándole su total atención al hombre que explicaba.
Un par de horas pasaron, y como había dicho Seokjin, él salió casi corriendo en busca de un taxi para que lo llevara a la veterinaria donde trabajaba, el cual recordemos, por suerte se encontraba en la esquina de donde vivía.
...
Namjoon fue el primero en llegar al departamento, luego de un día de poner a sus neuronas a trabajar en la universidad, lo siguiente había sido ir a su trabajo de repartidor, el cual tenía ventajas y desventajas, la ventaja de trabajar como repartidor de comida era que él de vez en cuando tenía que comer, no, él no se comía la comida de los clientes, simplemente el dueño del restaurante era muy amable con él; La desventaja era que le quitaba mucho tiempo de estudio, ya que prácticamente aquel trabajo ocupaba toda su tarde y parte de la noche.
Pero bien, él tal vez podría pedir un recorte de horario, pero aquello significaría menos dinero y... tendría que pensarlo mejor.
Dejando su cena en la mesada de la cocina él optó primero por tomar un baño, cosa que solía hacer todos los días en los cuales trabajaba.
Minutos más tarde Seokjin ingresó al departamento, él no venía solo, unos cuantos ladridos se escucharon.
Namjoon salió con toalla en mano, secando sus cabellos, pero toda acción se vio detenida ante el panorama. ¿Qué rayos hacían tres grandes perros en su departamento? Entonces llevó su mirada al chico que estaba comiendo de su cena.
Esto era intolerable.
—Tenemos que establecer unas cuantas reglas— Namjoon dijo de manera muy, muy calmada, quería matar a su compañero.
Seokjin estaba exhausto, y la verdad que su compañero lo mirase de manera enfadada y le dijera lo que sea que le estaba diciendo, realmente en estos momentos no le importaba. Bostezo a lo grande.
—¿Estas escuchándome?— Namjoon se controló, dejando pasar los ladridos de fondo. —Hey—
Seokjin lo miró —Mira, estoy realmente cansado— hizo una pausa —Los perros no se quedan más de un día y, lo siento, pero estoy hambriento— se veía honesto, pues lo era.
Namjoon no quiso serlo, pero lo fue, él fue razonable y entendió de inmediato al chico, suspirando solo dejó escuchar —Como sea— Vamos, él no era alguien sin empatía, además realmente entendía la situación del chico, pues ellos eran un tanto parecidos, en cuanto a su vida cotidiana, es decir, trabajar y estudiar era difícil de llevar.
Perfecto, ahora su departamento estaba siendo ocupado por tres perros y un ladrón de comida, si genial. Entonces él tendría que comer lo que sea que se encuentre en la heladera.
Pasó una hora, y ahora mismo Seokjin dejaba el cuarto de baño, sus cabellos mojados fueron llevados hacia atrás con toalla en mano. Ah~ literalmente fue bañado por una sensación refrescante, el cansancio logró desaparecer.
—¿Ahora sí podemos hablar?— Namjoon se encontraba sentado en el único sillón que había, cambiando de canal desinteresadamente.
Seokjin asintió y se ubicó en la otra punta del sillón —Si, lo sé, no debí robar tu comida y tampoco debí traer a tres perros enormes al departamento— Les echó una mirada, uno de ellos se encontraba durmiendo en los pies de Namjoon.
—Si, me iba a quejar de eso, pero lamentablemente ahora el departamento es de los dos y-
—Oh— Seokjin no se imaginó escuchar aquello. —¿Estás bien, no vas a gritar o algo así?—
Namjoon puso los ojos en blanco —¿Quiéres que te grite?— Vio al chico negar —Bien, aun así no quiere decir que esto se vuelva a repetir, me refiero a lo de la comida—
—Entiendo, sí, lo siento—
Y esta estaba siendo la primera vez desde que se conocieron que ambos estaban siendo honestos y amables con el otro.
Un ladrido, dos bostezos y una pregunta:—¿Qué te gustaría cenar mañana?—
Namjoon observó con humor a su compañero.