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1399 Words
Seokjin fue breve al responder el llamado de Namjoon, —Estoy yendo— cortó. Supuso que ahora debería de actuar como si nada hubiera pasado, como si el sentimiento de tristeza no estuviera creciendo en su pecho. Se detuvo, ¿tristeza? ¿él realmente estaba siendo eso?... —Todo fue una mala idea— siguió su camino con pensamientos algo confusos y llenos de negación, solo para llegar a una decisión. —Será lo mejor— ... No pasó mucho cuando Seokjin se encontró frente a la puerta del departamento, rebusco en su saco y encontró las llaves. Perfectamente podía escuchar el latir acelerado de su corazón. Él respiró hondo antes de entrar. Namjoon se encontraba ahí, sobre el sillón y con la cabeza gacha. Era como si estuviera lamentándose de lo ocurrido. De lo que había hecho. Seokjin apresuró a decirle —Lo entiendo, así que.. no tienes que dar explicaciones— Pero Namjoon quería hacerlo de todas formas —Lo siento, no estaba pensando con claridad, solo, estoy realmente confundido acerca de ti, uhm, de lo nuestro— Se puso de pie y encaró a Seokjin. —¿De lo nuestro? Es solo sexo, ¿recuerdas? No hay nada de qué disculparse o preocuparse— La sonrisa ladina en Seokjin era un tanto cruel —Pero si te esta causando problemas, entonces dejemoslo— Fue claro, —No tendremos más sexo, volvemos al principio— Muy claro. Algo llegaba a molestar a Namjoon, pero lo dicho de su compañero era la mejor elección. Sin sexo en medio de ellos, entonces todo podía volver a la normalidad. —Dormiré en sillón, hoy, mañana ir a comprar un colchón— Él ya tenía algo ahorrado, así que era buen momento de utilizar el dinero. Namjoon solo asintió, lo aceptó rápidamente. También sacar la cercanía era una buena idea. . . . Después de todo no resultó ser una muy buena idea eso de alejarse. Uhm, era un tanto solitario. Namjoon se había percatado de ello por la noche, dormir solo ya no era divertido. Él por alguna razón quería volver a escuchar esos suaves ronquidos a su lado. Quería tener a esa persona a su lado. —Mierda— Gruñó de la nada. Claro llamó la atención de todos en el salón de clases, pero solo los ignoró. —¿Todo bien amigo?— Jackson le picó con su lapicera. —Te vez algo agrio hoy, ¿ocurrio algo?—. El chico solía ser un tanto ruidoso y molesto en algunas ocasiones, pero él valoraba y cuidaba de sus amigos. Namjoon dio con la pequeña preocupación en la mirada de su amigo, negó —Nada para alarmarse, cosas del trabajo— Mintió, pues no solo iba a soltar que extrañaba dormir, en todos los sentido, con su compañero de piso. Vamos, seria al segundo que señalarían por ser homosexual. —Espero que realmente sea eso— A Jackson no le resultó muy creíble lo escuchado. —Presta atención— Namjoon claramente no quería seguir con la charla. ... Más tarde ese día Seokjin entraría dos horas tarde a su trabajo, ya que como había dicho ayer por la noche, él compraría un nuevo colchón. Él fue sin compañía, fue algo realmente solitario. Y peor aún, él no llegaba a una buena elección. Simplemente todos los colchones que se le eran mostrados eran idénticos. Así que cansado señaló uno de esos colchones. La compra fue hecha, y el envío estaba en proceso. Por suerte llegaría en unas cuantas horas, puesto que ya no tenía que dormir en el incómodo sillón. Ahora podría dormir cómodamente solo en su cama... aquello no sonaba tan bien. —¡Joven!— La cajera no tuvo de otra que gritarle. Seokjin volvió a la realidad —¿Si?— —¿Pagará en efectivo o con tarjeta?— —Uh, efectivo— Él terminó de pagar y se retiró del lugar, ahora tendría que ir hacia la veterinaria y rápido. El mensaje en su celular se lo hizo saber. Minutos después un taxi se detuvo frente a una veterinaria, Seokjin pagó y salió casi corriendo. Ingresando al lugar como un total lunático, diciendo que ya estaba y preguntando qué había pasado. El hombre mayor solo sonrió y le ofreció algo de agua a su ayudante —Estaba bromeando muchacho, puse una carita guiñando, tú.. ¿realmente corriste hasta acá?— Seokjin se calmó por tanto por su bien como el de su billetera, pero si ese hombre no fuera su jefe, él ya estaría insultándolo a los cuatro vientos. —Siento odio y a la vez no por usted ahora mismo— No iba a decir más. Entonces el hombre solo rió en alto —Vuelvo a repetir, puse una carita guiñando— Seokjin aun no lo entendía, pero al diablo, estaba cansado por que si, el no corrió pero sus nervios se fueron hacia las nubes. —¿Entonces, hay algo que realmente deba de hacer?— —Claro, siempre hay algo para hacer— Él tomó su libreta —A las cuatro y media tenemos una entrega de medicamentos, los recibirás— Cambio de hoja —A las cuatro cincuenta vendrá Soso, al parecer nuevamente esta con alergia, me encargare de eso— Y él siguió con la lista de deberes.  Y antes de que el reloj mostrará las cuatro de la tarde, llegó un paciente, pequeño y esponjoso. —Lo acabo de encontrar, supongo que necesita vacunas o algo— El dueño del pequeño cachorro dijo con aburrimiento.  Y el contacto visual de dio. —Oh— Seokjin le sonrió al chico, pero luego lo miró sospechoso —Por favor dime que no te robaste, y si es así tendré que denunciarte— Tomó al cachorro rubio en sus brazos, como si estuviera protegiéndolo. —De todas las veterinarias de la ciudad, ¿tenías que trabajar en este?— —Primero responde, Yoongi— Seokjin no dejó de mirarlo. Yoongi no lo golpeó, él tenían ganas pero no lo hizo por el bien del pequeño perro —Lo encontré en una caja, ¿bien?— Tal vez no estaba siendo del todo sincero, pero había hecho una buena acción salvando al cachorro. Él omitiría ciertos detalles. —¿Cómo se llama?— —Aún no tiene nombre, mira, ¿lo examinaran o no?— Yoongi no era alguien con paciencia y bien lo demostraba. Seokjin asintió, aceptó lo escuchado pero comentó —Espero no ver papeles pegados con la foto de este cachorro— Yoongi tomó asiento y puso los ojos en blanco —Idiota— Dándole una gran sonrisa al pequeño cachorro, Seokjin se lo llevó consigo, pues tendrían que darle las primeras vacunas. Luego de ello se le fue entregado nuevamente a su supuesto dueño. —¿Cuál será su nombre?— Pues Seokjin necesitaba escribirlo en el carnet de vacunas. —Espera, déjame adivinar, uhm... ¿Se llamará Jimin, verdad?— Yoongi no seguiría escuchando al chico —No hay nadie para defenderte ahora— Una voz en el fondo —¡Estoy yo, puedo llamar a la policía que hacer algo!— Min solo tomó el carnet y dejó el lugar, recordándose no volver a esa veterinaria. Luego de aquello el trabajo siguió según lo dicho. Seokjin este día estuvo de una lado hacia el otro. ... Por suerte la tarde noche cayó, y ambos chicos ya se encontraban en el departamento. Ahora, si, todo se había vuelto incómodo. Ugh, la atmósfera era terrible y siquiera se habían dedicado mirada. ¿Todo estaba siendo una mierda entre ellos? Definitivamente. Y para hacer las cosas aún más peor, Seokjin recibió un llamado del lugar donde había comprado el bendito colchón, ¿y qué fue lo que le dijeron? Solo malas noticias, algo así como que su compra no había sido registrada, lo cual claramente era un error, entonces él tendría que esperar hasta el día siguiente. Así que esta noche tendría que volver a dormir en el sillón, eh. Genial. Lanzó su celular devuelta al escritorio de su habitación. Y se sobresaltó cuando tocaron a su puerta, no había que pensarlo demasiado para saber de quién se trataba. —¿Qué?— Seokjin ahora no era una persona con buen humor. Namjoon solo preguntó —¿Ya comiste?— No, pero no quiero estar cerca de ti —Si— estuvo por cerrar la puerta pero un pie se interpuso en su acción. —Mueve el pie— —Estas mintiendo— Namjoon se adentró mucho más —Solo come algo, ¿si?— —Sabes, no es necesario que te acerques tanto— Si, Seokjin tenía mucha razón. Namjoon cayó en cuenta de lo que hizo, claro, ellos habían terminado con la cercanía en todos sus sentidos. Pero el no se movió, y cuando lo hizo fue solo para acorralar a Seokjin contra el escritorio. —Detente, se terminó ¿recuerdas?— Seokjin lo alejó, solo un poco, de un empujón. —¿Por qué te importa?—. Seokjin se vio algo confuso. Namjoon siguió diciendo —¿Por qué te importa tanto el que tuviera sexo con otra persona que no fueras tú— Segundos de silencio, y Seokjin respondió —No me importa— Y aunque Namjoon no tuviera muy en claro sus pensamientos, él decidió:—Entonces sigamos durmiendo juntos— Chasqueó su lengua —Sigamos teniendo sexo sin compromiso— —No, no volverá a pasar, no con esas reglas— Seokjin no iba a ser flexible ahora. Esta vez serían sus reglas.
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