ALANA No sabía qué esperar luego de la plática que tuve con Vicente. Era una locura hablar con Erik, pero entendía la preocupación que sentía por su hijo. No había manera de hablar con Erik sin que le dijera lo que su padre había descubierto de su amante. Durante toda la noche había estado dando vueltas en la cama en un intento fallido de poder conciliar el sueño. No había manera de que pudiera estar en paz sabiendo que mi patrimonio se podía ver comprometido a causa de una mujer de la cual no sabía absolutamente nada. Me desperté con las ojeras bien marcadas en los ojos por lo que tuve que ponerme una buena capa de corrector para disimular, a parte de tener un café bien cargado para guardar las apariencias y tener energía cuando me reuniera con Erik, a quien iba a ver a la hora de la