ALANA Había pensado de manera arrebatada para conseguir un poco de cabello de Carlos, pero no había pensado en el hecho de que él me conocía y nos habíamos metido en una actividad para parejas. Ante la sociedad Erik era mi pareja, aunque dentro de casa el tuviera a otra mujer. — ¿Erik? —pregunté con una sonrisa forzada en mi rostro. Mi cerebro en ese momento estaba trabajando a mil por hora tratando de buscar por una respuesta. Carlos me sonrió por cortesía, porque en el fondo sabíamos que éramos rivales comerciales. Como pasa con la coca-cola y la pepsi. — Sí. Es una actividad para parejas. —Alzó las cejas tratando de hacer énfasis en lo que me acababa de decir. — Erik no logró llegar a la actividad, tuvo un inconveniente en la oficina y no quería perderme el paseo. Así que un poc