nacimiento
Después de una serie de eventos desafortunados, Mariella fue forzada a casarse con un completo desconocido para así “salvarse a sí misma y a su familia” lo que no pudo deducir es que lo que pasaría a continuación sería peor que lo que ya había vivido.
Alonzo, el tan reconocido negociante, resultó ser un abusador; no solo causó daños físicos a la pobre joven, sino que también le afectó psicológicamente. Los siguientes meses a la boda fueron los más duros de la vida de Mariella, pues no solo tuvo que abandonar a su familia para vivir con Alonzo, sino que también estaba obligada a cumplir con todo lo que este le pedía fuera bueno o malo. A todo ese sufrimiento se le suma una carga más, la madre de Alonzo, una señora mayor de nombre Emilia Rossi.
Esta mujer siempre había sospechado de la repentina boda entre Alonzo y Mariella -Esto es muy raro… Mi hijo tuvo suerte o ella tiene algún problema- pensó. Sabía que algo andaba mal, pues le extrañaba que su hijo de 62 años haya encontrado una joven hermosa que lo quisiera, y se hayan casado sin siquiera contarle. La mataba por dentro pensar que Alonzo se había metido con alguien con problemas, ya que los Rossi son una familia muy prestigiosa y orgullosa, por lo que al igual que los Ferrara, la familia de Mariella, harían cualquier cosa por mantener su buena reputación intacta.
Emilia odiaba con toda su alma a Mariella, ya que le arrebató lo único que más quería en la vida: su hijo único, y esta haría todo lo posible por recuperarlo y deshacerse de cualquiera que se entrometiese entre ellos, pero aun con todos estos problemas en su vida, Mariella no perdía la esperanza, y esa esperanza se vio reflejada en un evento inefable según ella, pues habían pasado nueve meses desde que la visitó el doctor y el momento de dar a luz había llegado. Fue un proceso doloroso, aunque no tanto como lo que ya había vivido. Aquel 12 de septiembre del año 1946, nació el pilar donde se sostendría Mariella, su motivo para seguir adelante y ser feliz; su tan amado hijo, al cual llamó Carlo.
La familia estuvo feliz. Aunque sabían que el bebé era producto de una violación, también sabían que este no tenía culpa alguna, por lo que todos se encariñaron rápido. El niño era muy hermoso, tenía las características de su madre y atraía a todo aquel que lo mirase, pero no todo era felicidad y alegría para la familia; tras haber investigado un poco con algunos empleados y personas del pueblo, Emilia consiguió llegar a un policía, el cual decía saber lo que había pasado con Mariella. La reunión se llevó a cabo en un parque alejado del pueblo, allí se encontraron y comenzaron a conversar. Emilia ofreció un soborno para que el policía contara todo lo que sabía, y así lo hizo. – La chica, Mariella, ella fue encontrada en un callejón cerca de un barrio poco poblado, y al parecer había sido abusada– confesó.
Para Emilia, esto lo probaba todo: el matrimonio repentino, el bebé… En fin, todo comenzaba a cobrar sentido, pero aun sabiendo esto, no podía hacer nada, ya que el daño ya estaba hecho, y aunque se lo contó a su hijo, este solo se enojó con ella y la amenazó para que no rebelara nada. Sin dudas fue un golpe muy bajo para su orgullo, sus sospechas resultaron ser ciertas y es que su hijo se había casado con alguien problemática según ella. Todo esto haría que más tarde Emilia tome decisiones precipitadas y sin premeditación, pero mientras tanto, continuemos con Mariella. Después de tener a su hijo, juró protegerlo y amarlo por sobre todas las cosas. No quería que le pasaran tantas desgracias como a ella, así que se volvió más atenta con él, tanto así que descuidó a su esposo, Alonzo, quien se encontraba feliz por el nacimiento del niño, pero celoso de toda la atención que este recibía, así que de vez en cuando golpeaba a Mariella exigiéndole atención, ya que después de todo, él era su esposo y necesitaba establecer su lugar.