capitulo 2

991 Words
injusticia  La mañana del tres de enero del 1945, la madre de Mariella, Anna, se despertó espantada por una terrible pesadilla. En esta, veía pasar por sus ojos lo que sería de la vida de su hija; todos se enterarían del terrible escándalo que se había hecho gracias a un total desconocido. También vio el mal trato que tanto ella como su bebe recibirían por parte de todo el pueblo, pero lo peor sucede cuando se da cuenta de que no puede hacer nada para evitarlo, solo mirar y aguantar su destino. De la misma manera se despertó el padre de familia, Antonio, quien sabía que, si el secreto del abuso de Mariella se sabía, podría llegar a perder todas sus oportunidades de trabajo, ya que este era un comerciante a punto de cerrar un trato importante. De todas, sin dudas esta era la mañana más extraña de toda la familia. Todos se encontraban visiblemente consternados, pero no querían que Mariella pensase que era su culpa así que fingieron estar bien por ella. Esa misma mañana con ambiente fúnebre, Antonio y Anna toman una drástica decisión que cambiaría por completo la vida de toda la familia. Sucede que Antonio estaba negociando para cerrar un trato con un hombre llamado Alonzo, un suplidor de 62 años. El negocio consistía en que Antonio prestaría sus servicios de transporte a Alonzo para que este pudiera enviar sus productos y provisiones a los países más afectados por la segunda guerra mundial. Ambos llevaban días negociando. No era una decisión fácil, pues gracias a la guerra todo se había complicado para la mayoría de los comerciantes y estos tenían que asegurarse de que el negocio no se hiciera en vano y entrambos pudieran conseguir beneficios. Pero te preguntarás, ¿qué tiene que ver Alonzo con la decisión de Antonio y Anna? Ocurre que mientras estaban hablando sobre el negocio, Alonzo ve cómo Anna atiende a su marido y dice: - A leguas se nota que la relación entre ustedes es muy especial -Muchas gracias, mi mujer lo es todo para mí- Respondió Antonio -Me gustaría tener algo como lo de ustedes… Ya ve que tengo 62 años y aun no encuentro al amor de mi vida- Dijo Alonzo con un sutil tono de tristeza. -Algún día encontrará lo que busca- Dijo Antonio En el momento en que anunciaron el embarazo de Mariella, Antonio muy preocupado comenzó a buscar soluciones o formas de hacer que la tan sagrada reputación de la familia no sucumbiera, cuando de repente, como si hubiese sido una revelación, recordó el momento en el que Alonzo le contó de sus necesidades. Como padre fue una decisión difícil, pero no se trataba de una situación que afectaba solo a Mariella, sino que todos saldrían perjudicados si no se hacía algo, y así fue como después de hablarlo con su esposa Anna, decidieron casar a Mariella con Alonzo. -Si lo piensas bien, no es una idea tan alocada- Dijo Antonio -Será muy difícil acostumbrarse, pero debemos soportarlo por el bien de la familia Respondió Anna. Ellos pensaban que el casar a Alonzo con Mariella no solo dejaría la reputación de la familia intacta, sino que también obligaría a Alonzo a aceptar la negociación y por si no fuera poco, sería un seguro de vida para Mariella y su hijo, quienes no tendrían que sufrir de ninguna necesidad. Antonio estaba seguro de que su plan se daría de manera exitosa, pues, aunque le apenaba, sabía que ningún hombre podría resistirse a la belleza de su hija, y mucho menos si ese hombre cuenta con 62 años y sigue soltero. Un día después, Antonio se reúne con Alonzo y allí trataría el tema del matrimonio. Ambos discuten la situación por horas, pero al final todo sale bien. Alonzo había aceptado, por lo que solo faltaba contarle a Mariella lo que estaba sucediendo. Sus padres la conocían muy bien, sabían cómo reaccionaría ante la situación, así que no estaban preocupados. Planeaban aprovecharse de su vulnerabilidad y hacerla sentir responsable de todo lo ocurrido, lo que más adelante causaría que acepte el matrimonio por culpa más que por conveniencia. - Querida Mariella… Necesitamos que hagas algo por nosotros- dijo Anna - ¿Qué sucede madre? ¿Por qué estás tan seria? - respondió Mariella un poco confundida - Sabes que te amamos… Pero necesitamos que hagas algo por nosotros, y no solo por nuestro bien… Sino por el bien de toda la familia incluyéndote- dijo Anna - Entiendo… Cuéntenme - respondió - Tu madre y yo lo estuvimos pensando mucho y por nuestro bien, el tuyo más que nada, hemos decidido casarte con Alonzo, el señor con el que he estado haciendo negocios- dijo Antonio con voz firme - No lo entiendo… ¿No lo conozco y quieren que me case con él?, estoy confundida, pensé que querían lo mejor para mí ¡¿Por qué me condenan de esa forma?! – expresó Mariella notablemente dolida. - Hija, no es algo que puedas discutir, ya está arreglado. Piensa que te estamos haciendo un favor, mírate; ¿crees que después de que todos se enteren de tu embarazo alguien querrá casarse contigo? Esa es tu única opción, si no la aceptas me temo que no podremos apoyarte más… - dijo Antonio Después de haber escuchado eso, Mariella salió corriendo a su habitación, donde se encerró a llorar por horas hasta que reflexionó lo sucedido. - Tienen razón – pensó, sabía que nadie la querría y no quería estar sola toda su vida, así que se reunió con sus padres aun alterada y con lágrimas entre los ojos aceptó el trato y así, después de un mes, se realizó una boda forzada en la que los sueños y esperanzas de aquella joven inocente, fueron arrebatados para dejar espacio a lo que sería de su vida a continuación; un mar lleno de arrepentimientos y miseria.
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