Este comentario, como Xenia sabía muy bien, tenía por objeto hacerle notar lo afortunada que era al poder viajar con lujo. Xenia iba a hacer algún comentario pertinente al respecto, cuando de pronto se escuchó un ruido semejante a una explosión 4 y, al mismo tiempo, un choque que hizo estremecer con fuerza el vagón. La señora Berkeley lanzó un agudo grito y el vagón se volcó. Xenia no gritó. Sólo sintió un intenso miedo que la hizo buscar algo de qué sujetarse, sin encontrar nada. Entonces fue lanzada a un lado y perdió el conocimiento. Xenia volvió con lentitud a la realidad. Escuchó un ruido casi indescriptible que le golpeaba sin piedad los oídos y se dio cuenta de que estaba tirada en el suelo. Advirtió, en una forma muy vaga, (lúe alguien la levantaba, recorría con ella cierta di