Después de meses trabajando en la empresa donde Michael es socio, comenzamos a conocernos más. Ocasionalmente me invitaba a almorzar o cenar, pasaba recogiéndome por mi casa y trayéndome a la oficina. Era demasiado atento, detallista y caballeroso. Comenzaba a gustarme, pero más lo hacía el verlo trabajar y ser tan conocido, me gustaba la fama que tenia entre socios y empresas similares. Después de seis meses de salidas y encuentros románticos, nos habíamos mudamos juntos.
Todo era como un sueño, era un caballero, en su totalidad. Me trataba muy bien, me llevaba el desayuno a la cama, me sorprendía con detalles como ropa, zapatos o joyas. Tenía lleno el departamento de flores y rosas, la relación marchó tan bien por largos meses que nos comprometimos, toda la oficina lo sabía. Por lo que era un evento muy esperado, tiempo después nos casamos. Vivimos años casados, no me case por amor y eso lo recordaba a diario. Me gustaba la imponencia, poder y dinero que tenía Michael. Tenía una vida perfecta y eso era lo que todos creían, mantenía una fachada ideal, todas mis amigas, primas y tías me envidiaban, porque al conocer a Michael notaban la calidad de hombre con el que me case. Pero a pesar de eso no me sentía feliz, me daba un poco de vergüenza el que me vieran en la calle con él, los años habían pasado y ahora se le notaba más la edad y la diferencia de edad entre los dos era obvia.
El tiempo siguió tomando su curso, la empresa cayó en decadencia y todo marchaba mal, Michael en un acto noble de salvarla vendió sus acciones y fue estafado, perdiéndolo todo. Ya no había nada que pudiera salvarla por lo que también fui despedida. Estábamos viviendo de nuestros ahorros y existían restricciones que no me gustaban, pero seguía queriendo mantener el perfil de la pareja perfecta, el matrimonio ideal. Una noche asistimos a la inauguración de una revista nueva, allí conocimos a una pareja muy importante de la ciudad, ellos solían vivir en Estados Unidos gracias a que tenían familia allá que contaba con la residencia, de esa manera obtuvieron la de su esposa.
Enseguida llamó mi atención aquel demandante hombre, su esposa era un poco mayor y nada arreglada. Ellos ofrecieron ayudarnos a obtener la residencia y así poder empezar en otro país con una economía sustentable. Por lo que comenzamos a verlos con frecuencia, Andrew que era su nombre comenzó a coquetearme muy sutilmente, y yo le respondía. Su esposa Amanda nunca lo notó al igual que Michael.
Tiempo después todo seguía empeorando, por lo que decidí separarme de Michael, le pedí el divorcio. Estando soltera conocí a un imponente empresario quién me dio trabajo, no ganaba mucho pero era suficiente para continuar mi vida como siempre me gustó, meses después comenzó a invitarme a salir, claramente no acepte, hasta que fue tanta su insistencia que accedí. Salíamos casualmente, el hombre intentaba impresionarme con detalles y lujos, claramente lo hizo, hasta que me enteré que era casado. No sería su amante por más que lo deseará. Así que como no quise continuar con su juego me despidió.
Me encontraba sola y desempleada, tenía algunos ahorros pero no durarían mucho tiempo, fue entonces cuando Andrew se puso en contacto conmigo, estaba viviendo en New York con su esposa. Al contarle mi terrible situación, se ofreció a enviarme dinero, gustosa acepté. Me llamaba casi siempre que estaba lejos de su esposa o en el trabajo y así fue como me convertí en su amante virtual. Pasábamos horas en video llamadas, conversábamos de todo, me gustaba la esencia de aquel hombre, su manera de ser. A pesar de tener su edad, se vestía como un joven. Mantenía ese espíritu libre que tanto me gustaba. Tiempo después vino a la ciudad solo, su esposa se quedo a cargo de sus empresas. Venía por verle a su madre quién había sido operada recientemente, tiempo en que nos vimos y compartimos al cien. Me quedaba en su departamento que estaba en la mejor zona de la ciudad, me llevaba de compras a los lugares mas finos y caros. Me regaló un auto del año, fueron los mejores tres meses de mi vida. Luego se regresó a New York, seguíamos siendo amantes y cada día lo disfrutaba más. El aún no tenía su residencia, solo tenía la visa, por lo que debía estar yendo y viniendo, hasta legalizar sus documentos correctamente.
Teníamos muchos planes, él conocía perfectamente mis ansias y ganas de salir de Colombia. Quería irme a la gran manzana o a aún país que fuera una potencia mundial, donde abundarán las oportunidades. Así que me propuso divorciarse de su esposa, cuando obtuviera su residencia, casarse conmigo y así poder irnos juntos a los estados unidos. Fue entonces cuando recibí una oferta de trabajo en una empresa Española de petróleo. Sería su administradora general, había solicitado ese cargo por internet, la empres se había comunicado conmigo y estaba muy feliz. Era la oportunidad que siempre quise y no podía desperdiciarla. Quería alejarme de aquí, irme lejos y probar suerte en otros lados.
Así que la acepte, sin si quiera conversarlo con Andrew. Luego de decírselo no estuvo de acuerdo, pero lo aceptó porque el sabía que estaría mejor en un país más desarrollado, además que el podía ir a visitarme. Igual que antes ofreció comprarme los pasajes, rentarme un departamento y amoblarlo. Mi auto lo enviaría a España y me ayudaría con dinero para todo lo que necesitará hasta comenzar a trabajar.
Dos semanas después estaba viajando a España, llevaba mis pocas cosas y muchas ganas de trabajar. Pese que me gustaba tener quién me diera regalos y mantuviera, me gustaba tener dinero para mis caprichos. Llegué a Madrid, era una ciudad hermosa y muy elegante, la gente vestía con abrigos largos por el invierno. Un chófer que Andrew había contratado para mí, me llevo a mi nuevo departamento. Estaba en le centro de la ciudad en una de las mejores calles, amoblado y equipado con todo. Me había dejado un oso de felpa enorme en la sala con una nota.
"Para mi princesa, disfruta de tu nueva vida"
—Andrew.♥