Era muy temprano, el cambio de horario me había causado insomnio, no había dormido nada pero no me sentía cansada. Tomé una ducha y me vestí elegante como siempre lucía, me maquille y recogí mí cabello en un moño alto. Tomé mi cartera y las llaves del auto, salí y con ayuda del gps conduje hasta la empresa, era un edificio muy alto. Deje mi auto y subí por el ascensor hasta el piso nueve. Al llegar baje y no había ninguna oficina con el nombre de la empresa que me había contratado. Me acerque a la secretaria.
—Buenos días, ¿Aquí es la oficina de de Petrolity Soon?—pregunté amablemente.
—Buen día, eh no esta equivocada—respondió.
—¿En otro piso quizá?—insistí.
—No, en todo el edificio no existe alguna oficina con ese nombre—respondió.
Le agradecí y volví revisar bien la dirección que me habían enviado en el correo y efectivamente era esa. Me sentía mal pues me habían jugado una muy fuerte broma, ahora no tenía empleo. No sabía que hacer, nada era como había creído y todo se me fue de las manos. Regresé al departamento y Andrew me llamó, le conté lo sucedido y estaba tan triste como yo. Lo bueno es que me dijo que seguiría ayudando con los gastos y que no me preocupará. Seguí buscando trabajo pues no quería estar sin hacer nada, fui a algunas entrevistas pero me ofrecían muy poco sueldo.
Vi un aviso en un bar que buscaban camarera, me gustaba atender y el ambiente nocturno. Entonces entré sin pensármelo dos veces, una señora de cabello n***o me saludó y recibió.
—Hola encanto, ¿te interesa el empleo?—me pregunto.
—Sí, de hecho por eso entré—dije sonriente—, ¿Me daría la información? por favor.
—El horario es de las 17h hasta las 3 y media de la madrugada.—explicó—, El sueldo son dos mil euros al mes, dependiendo de tú carisma podrías generar el doble con las propinas.
—¡Vaya, esta buenísimo!—dije, era muchísimo para mí contando con que no tendría gastos gracias a Andrew—, Acepto,
—Además estamos buscando una bailarina, si te interesa serían mil euros más—avisó.
—¿Bailarina?—pregunté con intriga.
—Sí, las chicas son muy discretas; usan pelucas, maquillaje y antifaces. A veces incluso usan disfraces, preparan buenos shows por eso mi bar es el mejor de todo Madrid—dijo orgullosa.
—¿Solo bailar? no ya sabes...—pregunte dudosa, me hacía ilusión su propuesta, amaba bailar.
—¡Para nada! solo es un bar, no es otra cosa querida—dijo me guiñó un ojo.—, ¿Aceptas?
—Acepto—respondí.
—Bien, aún es temprano, a las 16h ven al ensayo para esta noche—dijo y me tendió una tarjeta.—, Aquí recibirás tu sueldo.
Asentí y salí del bar, su nombre era "Precious jewels" que se traduce como joyas preciosas. Intrigante, conduje hasta el departamento y lo arregle un poco, había hecho un gran desastre esta mañana para estar guapa en mi supuesto primer día. Al menos había conseguido trabajo, no le diría nada a Andrew puesto que sabía que jamás estaría de acuerdo. Pasé toda la tarde viendo videos de bailes de pool dance y estire un poco mi cuerpo, después de casarme con Michael nunca más pise un bar o volví a saber lo que era bailar.
Las horas pasaron y Andrew me llamó, le dije que intentaría dormir temprano para acostumbrarme al horario de aquí. Me aliste y fui al bar, eran las 15h y media. Con ayuda del gps fui hasta el bar, estacione mi auto y me adentré, allí estaba la señora que me atendió en la tarde.
—Cariño llegaste temprano, amo la puntualidad—dijo y me guio a los camerinos.—, Este será el tuyo, tú nombre artístico será Rubí, tus atuendos siempre deben llevar rojo que es el color característico de la piedra.
—Esta bien, ¿algo más?—pregunté.
—Solo eso, Hellen llegará pronto, es la coreógrafa y bailarina estrella del momento.—avisó.
Asentí y deje mi bolso en la mesita, fui al armario y encontré ropa muy extravagante y corta, no me molestaba para nada pues siempre había vestido así, claro antes de conocer a mi ex esposo. Tomé las medias de red negras, un short n***o corte alto, unos tacones rojos y un corsé del mismo color. Recogí mi cabello y lo guarde en un gorro de silicona, me coloqué una peluca color rojizo oscuro, me maquille adecuadamente y me sentía toda una diva. Me veía en extremo sexy, el atuendo y cabello resaltaba mi piel blanquecina y mis ojos claros. Mis curvas se notaban mucho más a través del pegado short. Por último tomé un antifaz n***o.
Baje al escenario y ya estaban todas, o eso creía eran dos chicas y mi persona. La señora que aún no me decía su nombre se acercó presentándome a mis compañeras de pista.
—Chicas ella es Rubí—dijo y asentí me gustaba el anonimato—, Rubí ellas son Zafiro y Esmeralda.
—Un gusto, me encanta tu atuendo—dijo Zafiro.
—El gusto es mío chicas—respondí.
—Un placer, ¿comenzamos?—dijo esmeralda.
Asentimos y la señora mi jefa, se fue a la barra, hicimos un breve calentamiento y luego me enseñaron full movimientos y pasos en el tubo, el pool dance siempre me llamó la atención. Me sentía libre y poderosa, me encantaba y disfrutaría mucho este trabajo, lo sabía. Habían dos rutinas, una en conjunto de las tres en los tres tubos que habían en el escenario y luego cada una tenía su momento protagónico. Por lo que me enseñaron y ayudaron por esta vez con la mía. Es decir cada una luego bailaba sola.
Repetimos varias veces las rutinas hasta memorizarlas, estaba fácil o eso creía, me gustaba la música y la electricidad que mandaba a todo mi cuerpo. El bar abrió y comenzó a llenarse poco a poco, comenzamos a atender las mesas, hasta las 20h que ya no entraba ni un alma. Allí me llamaron las chicas y fuimos a detrás del telón. La música comenzó y la jefa nos anunció.
—Y con ustedes las joyas preciosas de esta joyería, Zafiro y Esmeralda.—su voz de presentadora era divina, ellas salieron caminando sensualmente—, Y nuestra nueva joya preciosa, con ustedes señores ¡Rubí!
Era mi momento, contornee mis caderas haciendo sonar los tacones, quería una entrada triunfal y perfecta, el bardó y gritos no tardo mucho en llegar. Los hombres silbaban como locos, la música que habíamos escogido comenzó a sonar, anunciando el comienzo de la rutina.
Para haber sido mi primer día lo había hecho de maravilla, me elogiaron las chicas y la jefa. La noche había terminado después de hacer mi rutina, termine de recoger toda la basura que había juntado y estaba yendo al camerino a por fin cambiarme y quitarme los zancos. Cuando iba llegando escuche el llanto desconsolador de Zafiro.
—¿Qué ocurre Zafi?—pregunté dulcemente.
—No tengo donde pasar la noche—dijo sorbiendo por su nariz—, Me botaron de mi departamento, por no cancelar la renta.
—Note preocupes, ven conmigo al mío.—dije y sonrió dulcemente. Y así comenzó nuestra amistad.