Era muy temprano y me dolía un poco la cabeza, no debí haber tomado ayer. Después de todo tenía mucho sin hacerlo y unos tragos me afectarían. Me desespérese en la cama, hasta juntar la valentía para levantarme. Preparé café y tome una ducha refrescante que se llevó el dolor de cabeza. Hellen no despertaba así que fui a tocarle la puerta, gritó un “No entres” y me rendí, prepare un fugaz desayuno y me vestí. Desayune y me maquille, debía estar lista antes de las 8. A pesar de que era cerca el restaurante me gustaba dar una buena impresión siempre en el primer día. —¿Cómo hacer para levantarte tan temprano? No te escuché llegar anoche—repuso, Hellen saliendo de su habitación. —Se llama hábito, cariño—le guiñe un ojo—, Llegue temprano, poco después de las once. —Uhm, ¿Qué tal? ¿Te diverti