Mirando el perfecto amanecer que me ofrecía la gran vista por la que pagamos tanto y mientras tomaba mi café. Intentaba entender el porqué de mi mala suerte, quizá era por mi interés y mi ambición. Aunque eso no me hacía una mala persona, ¿verdad? Suspiré con fuerza, me sentía cansada. Habían pasado los días, no volví a ver a Arturo y en mi trabajo las cosas marchaban con naturalidad. Me habían llamado a declarar en contra de Dmitri, pero les dije que no sabía nada. Y era la verdad, solo tuve contacto con él ese día. De esto nunca supe de su existencia, hasta que decidió citarme en esa fiesta. Hellen salió de su habitación y fue a la cocina por una taza de café, estaba muy misteriosa últimamente y sentía que le estaba sucediendo algo y no sabía que era. Tampoco me lo contaba, no le pregu