—¿Eres él de la nota en ese bar no?—pregunté muy sorprendida—, Él de la letra cursiva.
—Sí, me atrapaste—respondió—, Disculpa si no soy lo que esperas o si he sido muy atrevido con mis obsequios.
—Quizá sí, te has excedido. ¿No?—pregunté.
—¿Excederme? para una reina como tú, nunca sería suficiente.—respondió—, ¿Me aceptas una pieza?
—Claro que sí, romeo—respondí divirtiendo.
—Oh no, no quisiera ser tu romeo. Sabes ¿Cómo termina esa trágica historia no?—preguntó con dramatismo.
—Sí, lo he leído un par de veces—respondí—, Entonces, ¿Cómo te gustaría una historia?
—Con un vivieron felices para siempre—divirtió.
—Hay algo que me llama la atención, ¿Cóm
