Aprieto mis dientes, no la miro. Me quedo con mi rostro ladeado, conteniendo mi ira, las ganas de perder la locura, de dejarme dominar por mis emociones y hacer algo de lo que me pueda arrepentir más tarde. Ya hice demasiado. —Jamás, vuelvas a faltarme el respeto como lo acabas de hacer Damon —su voz se oye quebrada—. Última vez que insinúas que ando de puta. Última vez, que das a entender que te estoy engañando. Última vez, que me hablas de esta manera. —¿Con quién hablabas entonces? ¿A quién le mandaste una foto de ti, si se supone que estás conmigo? —¿No era más fácil preguntarme eso en vez de insultarme? —no respondo. Volteo a verla al fin y sus ojos están rojos, al igual que sus mejillas mojadas por sus lágrimas—. Estaba hablando con tu hermana, a ella fue a quien le envié la fot