Miro como toda la habitación está en total oscuridad a pesar de amanecer. Sé que es de día, porque el reloj digital en la mesita de noche que alumbra en color blanco, me lo indica. Ha sonado la alarma, y aunque el sonido es algo fastidioso, no tengo ánimos de levantarme y detenerla. El reloj marca las seis de mañana, y me pregunto el porqué de esto, si él nunca sale de su habitación de día. Al menos yo no lo he notado. Sigo echa un ovillo, sigo teniendo mi peluca roja, al igual que mi abrigo. Sé que debo de levantarme de esta cama que no es mía, salir de esta habitación que no me pertenece, pero es tanto el desánimo y la desgana que tengo en toda mi mente y todo mi cuerpo, que simplemente no me apetece moverme. Tomo aire y lo dejo salir lentamente, mirando como los minutos pasan frent