Salgo de la ducha y voy directo por una toalla. Comienzo a secar mi cuerpo y avanzo para salir. El reflejo de mi perfil en el espejo que aún está roto frente a mí, captan mi atención. Me detengo, me miro a detalle. Mi piel se ve como ese espejo; rota imposible de recuperar. Aprieto mis dientes, veo la mitad de mi cara totalmente quemada, mi cuello cortado, así como las marcas en mi pecho. Me doy asco, verme, me causa repulsión total. Nadie sabe lo que esto duele, lo que eso causó dentro de mí. Esa noche dejé de ser el Daemon carismático, ese Daemon seguro de sí mismo. Esa noche mi vida se volvió miserable. Mis ojos pican, arden de la rabia de verme, de caer en la realidad de mi vida, de ver en lo que me he convertido. Todo por defenderla a ella. Si tuviera la oportunidad de viajar