Termino de lavar mis dientes y salgo del baño con mi cuerpo envuelto en una toalla. Trato de no afincar la plata de mi pie, porque me he mojado el vendaje mientras me duchaba. Me he levantado muy temprano –a las cinco de la mañana–, y no es lo mismo ducharme media dormida, con mis dos pies afincados en el suelo, que con solo uno.
Perdí el equilibrio debido a mi estado de adormecimiento, terminé pisando el agua y ahora estoy dando saltitos hacia la cama para cambiarme las vendas y alistarme.
Anoche tracé un plan en mi cabeza, el cual titulé “operación; sacar al monstruo de la cueva”. Básicamente, pondré todo mi esfuerzo para sacar a Daemon de su zona de confort, ¿y cómo lo haré? Siendo tan intensa como siempre.
Lo haré, hasta que explote, pero no descansaré hasta enseñarle que su aspecto
