Regresó a casa con las flores, sintiendo una mezcla de nerviosismo y esperanza. Cada paso hacia la entrada de la casa parecía más pesado que el anterior, pero también estaba decidido. Sabía que no podía esperar que Alexa lo perdonara de inmediato, pero al menos quería mostrarle que estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para ganarse su perdón. Al entrar en la casa, el silencio parecía aún más palpable y la oscuridad reinaba, solo con la iluminación de la televisión de la sala. Henry se acercó a Alexa mientras ella dormía plácidamente en el sofá, rodeada por la suave luz de la televisión. La imagen de ella, tranquila y vulnerable, le hizo sentir una oleada de ternura. Sin poder resistir la tentación, tomó una rosa del ramo que había comprado y se la acercó a la nariz. La reacci