—Mamá, Papá, ¿qué hacen aquí? —También te extrañamos, hija, y estamos bien, gracias por preguntar. ¡Qué maravilloso recibimiento! —habló su madre, mientras su padre solo se mantenía en silencio. —Ya no exageres, madre. Pasen, por favor. Bienvenidos —contestó, formando una sonrisa nerviosa—. Hola, papá —susurró, dejando un beso en la mejilla de su padre. —Te ves bien, cariño. Aunque quisiera estar solo de visita, en realidad vengo a hablar con tu esposo —dijo Marco, como siempre, yendo directo al grano, sin rodeos. Alexa asintió, sabiendo que su padre estaba preocupado por el futuro de la empresa. Por alguna razón, su relación con él era mucho mejor que con su madre. Tal vez porque Marco era menos metiche, por así decirlo. Su padre le daba espacio, y siempre podían tener una conversació