Luego de colgar la llamada con Lucian que este le dijera que se encontraba en ese club, Kath respiró hondo y amplió una sonrisa para si misma. «Que escondido lo tenías Lucian» pensó Kath, al recordar la seriedad que siempre había en el rostro de Lucian, pese a que ellos eran muy cercanos, Lucian jamás le habló de ese lugar, tampoco le dijo que era un cliente frecuente. Kath se colocó boca arriba en su cómoda cama, colocó su celular sobre su pecho y observó hacía el ventanal en su habitación, dentro de pocos días se llevaría a cabo su compromiso y después se realizaría su boda. Al cerrar los ojos vino a su mente la imagen de Michele, con sus dedos en su interior mientras ella montaba su regazo. Michele era un tipo candente, peligroso, pero, sobre todo, un hombre con quien aún no quería c