Al entrar al despacho, Kath observó al padre de Michele levantar su rostro al verlos, era un hombre mayor, pero su presencia era formidable. Sus ojos oscuros examinaron a Katherine con detenimiento, Michele la condujo hasta el interior del despacho y se detuvo. —Padre, te presento a Katherine —dijo Michele, con la voz firme y una mirada tan penetrante como la de su padre. Kath sintió la mirada intensa de Jesse posarse sobre ella, como si pudiera ver mas allá de su exterior. Dio un paso adelante y con voz firme dijo: —Es un placer conocerlo, señor Brown. Jesse asintió lentamente, su rostro se mostraba inmutable. —Katherine —repitió su nombre, probándolo en sus labios—, toma asiento —señal++o una silla frente a su escritorio, Kath se sentó, sintiendo el peso de la situación. Michele se que