En la tarde, tras haber comido y descansado un poco, fueron a retirar los exámenes de laboratorio de Selena, que reflejaban lo que Derek había estado sospechando: Selena estaba anémica, probablemente por todos los nutrientes que los bebés estaban absorbiendo y los días que pasó huyendo y por lo tanto descuidando un poco su salud. Había que tomar medidas urgentes para retomar su óptima alimentación, por lo que, contra todo reclamo de Selena, la llevó con el nutricionista del hospital para planificar su alimentación. La tarde transcurrió con cierta agitación mientras Derek acompañaba a Selena hacia el despacho de la nutricionista del hospital. Al entrar, fueron recibidos por una mujer de mediana edad, con una sonrisa amable y lentes sobre el puente de la nariz. —¡Hola, soy la Dra. Martín