Narrador...
Para muchos existen situaciones que dan por sentado que se deben superar, pues de ellas depende el que se siga adelante o no, pero en el caso de algo que ocurre en la niñez, no es sencillo de superar en algunos casos. Dayana sufrió desde muy niña, primero el estar sin sus progenitores, y ver como las cosas se daban con la persona que estaba a su lado, fueron cosas que de a poco la fueron haciendo fuerte, pero no del todo. La enfermedad de Thais, fue algo más que se sumo a todo el sufrimiento que ha pasado.
Diego por su parte aquel día se había realizado una promesa, la que si cumpliría en cierto sentido, pero por decirlo de otra manera, hubo un tiempo en el que ni él misma tenía claro algunas cosas en su vida.
Dayana
Llore, llore y llore, era algo que realmente no hacia desde hace algún tiempo, todo lo sucedido aquella noche fue un detonante para mí, me hizo recordar cada una de las cosas que me han tocado vivir, experimentar la crueldad de las personas, era algo que, por así decirlo, no conocía del todo.
Un momento después de todo, del abrazo, de sentir sus fuertes brazos rodear mi cintura, me separe de él, le pedí que deseaba volver a casa, ahora mismo no sabia el paradero de Thais, asumía que debía estar en algún lado con Jonás, solo esperaba y le rogaba a Dios que nada malo le sucediera.
Odiaba sentirme vulnerable, depender de una tercera persona, que esta viera que yo no era fuerte, y más ahora que conocía en parte mi secreto doloroso. Justamente, el menos indicado vino a saberlo. Temía mirarlo, no sabía que debía hacer de ahora en adelante, pero lo que sí me había propuesto es que primero que nada al llegar a casa tomaría una ducha, y luego de eso me dormiría, ya mañana pensaba con más claridad que haría, una de las ideas que rondaba mi cabeza, era el irme de ese trabajo, y buscar alguna otra cosa, alejada de este ser humano, que causaba tensión a todo mi cuerpo con su simple aroma.
Cuando llegamos a casa, Diego tomó mi mano y me dio un beso de despedida en la comisura de los labios, por instinto cerré los ojos, quizá por el hecho de que no había sido besada de esa manera, bueno de ninguna manera, excepto por el hombre en mención, se sintió maravilloso, las mariposas empezaron a revolotear en mi barriga.
Le dije que debía entrar, y que le agradecía el haberme traído, aunque no era necesario porque podría haber tomado un taxi, pero ante su insistencia acepte irme con él. Sus ojos reflejaban aun preocupación, y como si algo quisiesen decirme, pero ningún sonido era emitido por su boca. Minutos más tarde me dijo que él estaba disponible por si necesitaba hablar, o quizá alguna otra ayuda.
Agradecí y de paso salí del carro, era muy tarde la noche y estaba un poco atemorizada, porque el sector donde vivíamos no era del todo seguro, pero el miedo no era por mí, sino porque le fueran a hacer algo a él, suele suceder que a las personas que ven por primera vez y con buenas cosas les roban o hasta hieren, para mi buena suerte no fue el caso de Diego, el salió ileso de todo, el vecindario lo quiere.
Ya en casa, solté todo el aire que no sabía que tenía retenido, pensar en Diego, era algo que de verdad me llego de sorpresa, y mucho más el que de cierta forma se preocupara por mí. Pero debía bajar los pies a la tierra, no era posible que yo tuviera ese tipo de pensamientos para con alguien que evidentemente no le llego ni a los talones, soy una simple empleada, no tengo títulos, estudios, ni mucho menos dinero, todo lo que se hace en el trabajo es para la medicación de mi hermana, y la comida de ambas.
Con ese pensamiento me metí a la cama, dejé que mi cuerpo se relajara y cedí al sueño.
…………………….
Thais nunca llego esa noche, pero en la media mañana del siguiente día hizo acto de presencia en la casa, no le reclame, venía con una sonrisa en los labios que nada se la borraba, era como los niños cuando se les da el juguete que por mucho tiempo habían deseado. Tal parece que la reconciliación con Jonás fue con todas las de ley, así que yo solo me eximiría de comentar algo al respecto.
En la cocina me encontraba haciendo una taza de té, cuando me di cuenta de la hora, era casi las 10 am, y yo no me había presentado a trabajar, y fue en ese preciso instante que me dije que no iría más, que buscaría otro empleo, no quería que, por alguna mirada furtiva, yo vaya a hacer que las demás personas piensen mal de mí, o que el joven Diego llegue a creer que soy una mujer de las facilonas, no sé que mismo suceda, pero no iré a ese empleo más.
Vía correo electrónico, le hice llegar una carta a la señora de recursos humanos, agradeciéndole la oportunidad de colaborar con ellos, pero por motivos muy personales debía salir del trabajo. Una hora más tarde me llego la aceptación de la carta de renuncia, además de una recomendación y un acta, donde se detallaban los valores que me cancelarían por finalizar mis labores con ellos.
No espere que eso fuera posible, la cantidad que me darían me ayudaría por un buen tiempo, mientras encontraba alguna otra vacante, que para una persona sin estudios no es muy fácil que digamos, por lo que se me vino a la mente, aprender alguna profesión corta, a la que pudiera sacarle provecho y a su vez hacer algo que me guste.
[…]
La relación que mantenía mi hermana con Jonás aparentemente iba viento en popa, tanto así que la invitaba a muchos lugares, una que otra vez los acompañe a una cena, y cosas así, hasta que un día salimos a una ciudad cercana, donde se daría una pequeña celebración por el aniversario de uno de los amigos de Jonás, para mi mala suerte, allí también estaba Diego, quien al verme me sonrió de una manera muy seductora, juro que sentí que todo mi cuerpo se estremeció con solo esa sonrisa.
Se acerco a nosotros, conversamos mucho, tomamos algunos cocteles sin alcohol, y al llegar la madrugada, cuando era hora de volver, Jonás y Thais se habían ido a un hotel, fue lo que me dijo Diego que le había dicho su hermano por un mensaje. En ese momento sentí que deseaba matar a mi hermana, que andaba de calenturienta y me dejaba sola, yo ya tenía sueño, y pues a pesar de que mi idea no era tomar nada de alcohol, cuando los cocteles se terminaron en medio de la conversación nos tomamos unos vasos de whisky, quienes estaban haciendo efecto en mi sistema, aparentemente en el de Diego también, pues el tomo mucho más que yo.
No tengo clara la figura, pues gracias a mi desfachatez de tomar bebidas alcohólicas no recuerdo mucho, solo que terminamos en un hotel, envueltos en sábanas, y al amanecer yo estaba con un pequeño dolor en mi parte baja, al darme cuenta de toda la situación, vi nuestra ropa esparcida por toda la habitación, y el torso de Diego con algunas marcas que seguramente yo había hecho.
Casi me caigo de la cama al darme cuenta de todo lo sucedido, fui a darme una ducha y fue allí donde comprobé que había dado mi virtud al hombre con el que soñaba, pero que no era para mí, o más bien que yo no era para él.
Agradecí que él tuviera sueño pesado, pues salí de la habitación y no se despertara, busque donde se encontraba la salida y verifique que hubiera transporte cerca, y gracias a Dios no tuve ningún problema en eso. No mire ni siquiera donde estaba mi hermana, quien seguramente seguía en los brazos de su “novio”, pero el caso era que yo no me sentía bien con lo que había ocurrido, con las cosas como se habían dado, no deseaba que nadie tuviera pensamientos erróneos de mí.
[…]
Semanas más tarde, ya me encontraba trabajando en una cafetería, era un lugar muy acogedor, donde solo iban algunas de las personas de renombre del país, pero como alguna vez escuche al “joven Diego” no le gusta el café dudo que me lo encuentre por este lugar, demasiada seria la coincidencia, si en casi 6 semanas no había ocurrido, dudaba que fuera a pasar pronto.
Mi querida hermana, estaba estable, lo único que lo demacrada no se le quitaba por nada del mundo, estaba reuniendo dinero suficiente para poder acudir al médico, y que le realizaran algunos análisis de rutina, más que todo para saber como evolucionaba la enfermedad.
[…]
El que mi hermana estuviera en estado de gestación no fue lo único que me dejo en estado de shock, sino que, dada las circunstancias de su enfermedad, la probabilidad de que ella salga viva del parto era casi nula, eso hizo que mis preocupaciones fueran muchas más.
Desde aquella fiesta, yo no volví a ver a Diego, supe por un encabezado de un diario que se encontraba en una convención en un lugar muy lejos de esta ciudad. Lo feo de todo fue que cuando mi hermana descubrió que estaba embarazada tuvo su última decepción, y esta sin lugar a dudas fue la peor, ya que Jonás la trató de prostituta, y le dijo que para nada creía en el embarazo, que ella solo lo hacía por atraparlo, pero que el no deseaba nada ya con ella, pues no estaría atado a una persona de su clase, y que se olvide de él.
El caso es que hay personas que aprenden con los golpes, y otras que simplemente con nada lo hacen, ese es el caso de mi hermana, el médico dijo que una de las cosas que podía conservar su vida era someterse a un aborto, ya que era poco probable que la bebe se salvara, pero la muy terca dijo que era lo único que le quedaba de su amado Jonás y que llegaría a termino su embarazo así le costara la vida.