Diego
No sé en que momento mi vida dio un vuelco terrible, de ser un don juan, ahora no me interesa nada que tenga que ver con las féminas, es como si mi cuerpo haya quedado marcado de por vida, solo por una persona, la chica espontánea, la que después de mostrarme su lado más vulnerable, dejo que yo entrara en su vida. Lastimosamente desapareció, supe que había demandado a Jonás, creo que, por algo de la hermana, de verdad no me intereso hablar mucho del tema, pues sonaba como si de verdad mi hermano hubiera jugado sucio con la chica.
Conozco a Jonás, es de los que cuando se hostiga de alguien, no se mide en el trato que les da, sin duda alguna para que ella haya recurrido a eso, es por que de verdad la humillo, quien sabe que más cosas dijo e hizo.
Por mi madre me entere, que Jonás había tenido un hijo con aquella chica, y esa fue la razón por la cual, Dayana realizó la demanda, pero como siempre mi familia pagó, asumo que no deseaba ningún tipo de responsabilidad para con aquellas chicas.
Tiempo después, me concentre en lo que deseaba realizar mejor, mi trabajo, una que otra vez Dayana se me vino a la mente, y era difícil borrar su hermosa mirada de mí mente, intente intimar con algunas chicas, inclusive busque algunas que se le parecieran, pero fue un fiasco, nada era comparado con ella, así que desistí de aquello.
No tengo ninguna relación por el momento, me he concentrado en hacer mejor mi profesión, que cada edificación que diseño sea la mejor.
[…]
Han pasado cuatro años, mi hermano se casó Olimar, su esposa es una de las modelos estrellas de la marca de mi familia, ella atrapo a mi hermano, van a cumplir dos años de casados, parecen una pareja perfecta, al menos a simple vista, uno nunca sabe que sucede con las personas, de manera interna. Yo no he encontrado aun a la mujer que me haga salir un super suspiro, que mi corazón revolotee.
Mamá me comentó, que se contrataron a un investigador, pues Dayana y Thais no han dado señales de vida en estos años, y algo en ella dice que debe conocer a su nieto, no escatimara en esfuerzos por al menos tener parte en su vida, no quitárselo a la mamá, sino solo que sea parte de la familia.
No pensé que la vida le siguiera dando golpes a Dayana, con la investigación descubrimos que Thais había fallecido, dejando a su hijo en manos de su tía Dayana, quien se fue de la ciudad, ahora reside más al sur del país, y también está en el negocio de la modistería.
[…]
Los dueños del centro comercial que diseñe, me invitaron a que estuviera con ellos en la inauguración, que estaban por demás d contentos, pues era uno de los mejores, y que atraía a muchos. Mi madre, quien es una de las mujeres que le gusta mucho viajar, me dijo que ella me acompañaría al lugar, además luego de eso deseaba que yo la acompañe a una ciudad cercana que ella tenía pensado instalar una nueva boutique, ya que existían los comentarios de que había cerca una joven modista, que tenía a muchos encantados con sus diseños.
Llegue a el lugar, no sé porque una punzada atravesó mi corazón, justo cuando iba entrando, una niña chocó conmigo, era muy hermosa, tenía su carita tan tierna, estaba como perdida, sus ojitos llenos de lágrimas, cuando ella me miró inmediatamente sentí una conexión, mi madre quien estaba detrás de mí, estaba en shock, no dejaba de mirar a la niña, le dije que me permitiera tomarla en mis brazos para ir a la estantería de información y así llamar a la mamá o al papá.
Ella me respondió en una tierna voz que su mamá había llevado a su hermano al baño, y como ella vio algo que le gusto, no se dio cuenta cuando ya estaba lejos de donde la mamá la había dejado, que ella no tenía papá con ella, porque él estaba ocupado construyendo edificios, me causo gracia lo que me dijo, de pronto mire hacia al frente y fue como si mi vida tuviera un retroceso, allí estaba ella, tan hermosa como la recordaba, tenía a un niño tomado de la mano, y la nena que yo mantenía en brazos de pronto me pidió que la bajara, pues su mami ya estaba cerca.
Nuestras miradas se cruzaron, ella estaba estática en su lugar, mi madre estaba con lágrimas en sus ojos, al ver el niño que Dayana tenía de su mano, era el retrato de Jonás, y fue cuando me di cuenta que la niña estaba a lado de ella, era su hija, pero lo peor fue cuando me percaté que la nena se parecía a mí, por eso su rostro se me hacía familiar.
No dejábamos de mirarnos, ella de pronto se puso pálida, mi madre con una mirada suplicante le dijo que, por favor, fuéramos a un lugar a hablar, Dayana inicialmente se negó, solo dijo en palabras entrecortadas, que no le quitarían al niño, mi madre de manera cortes le menciono que eso no es lo que desea, solo quería conocerlo y que supiera que tenía una familia. Tanto y tanto insistir, hasta que cedió, la niña es más abierta, el niño un poco más cohibido.
Cuando empezamos a caminar hacia la cafetería cercana, sentía que mi corazón se me iba a salir de la emoción de haberla encontrado, de pronto la niña tomo mi mano, y un sentimiento cálido se alojó en mi corazón.
Llegamos a la cafetería, pedimos unos dulces para los niños, mi madre fue la primera en emitir palabra alguna, yo por mi parte no dejaba de ver a los niños lo emocionados que estaban comiendo sus postres, era como cuando Jonás y yo éramos niños, teníamos la misma forma de disfrutar de las pequeñas cosas.
La conversación se torno un poco triste cuando ella nos comentó todo lo que tuvo que pasar, y que la llevo a demandar a mi hermano, mi madre y yo solo nos dedicamos a escucharla, darle nuestro apoyo, con las miradas.
Había pasado algún tiempo, ella se tenía que ir, los niños decían que deseaban ir a su casa, nosotros por nuestro lado debíamos volver a la inauguración, pero le pedimos que nos diera un contacto para poder llamar, y a su vez le dimos el nuestro para que ella se contactara en caso de emergencia. Cuando nos despedimos, la niña me dio un abrazo, fue muy hermoso para mí, sentí algo que nunca en mi vida había sentido.