Cuatro

2234 Words
Los gritos de las personas que se encontraban alrededor suyo comenzaron a gritar emocionadas y preocupadas por lo que estaba pasando enfrente de sus ojos. No podían creer lo que pasaba enfrente de sus ojos. Uno de los gemelos Black y el hijo de los Brown se estaban peleando a golpes bajo el ojo público por culpa de Artemisa Relish. - ¡Te dijo que te alejarás de ella! - Gritó furioso el gemelo Black - ¡Eres una pequeña mierda! - ¡A ti que te importa lo que haga o deje de ser Artemisa! - Musitó furioso mientras escupía la sangre que salía de sus labios - ¡No eres nada de ella Black! De un momento a otro, el gemelo de los Black se acercó a él para darle un golpe en seco en la mejilla derecha, causando que por la fuerza se tambaleara y cayera en el suelo. - ¡A mi me vale una mierda lo que digas Brown! ¡Nunca más volverás a tocar o hablar con Artemisa! - La susodicha abrió sus ojos de par en par al escucharle decir eso. - Se van a matar - Atenea musitó preocupada - Necesitas detener a tu hermano - Observó a Apolo de forma nerviosa y asustada - ¡Hazlo ya Apolo!  -    Yo no puedo hacer eso Ate, mi hermano no va a querer que lo haga - La susodicha negó con la cabeza sin importarle lo que le dijo  - Tenemos que irnos para que no hayan problemas y salgamos en los periódicos.  -    No me importa salir - Artemisa musitó mientras se preocupaba por los golpes que los dos se estaban dando entre sí - Necesito que se separen y dejen de pelearse de esa forma - Caminó hacía ellos, pero su amigo le detuvo el brazo para que no lo hiciera.  -       No voy a dejar que te metas ahí Artemisa, te van a hacer daño - Le advirtió con un semblante serio - Ven, vámonos - Isa negó nuevamente y se soltó del agarre - Isa...  -    No me importa Apolo - Caminó hacía los dos - Si tu no lo harás, yo si lo haré - Su mejor amigo negó al notar la tontería que estaba haciendo, por lo que se apresuró en agarrar su brazo y detenerla por completo de lo que iba a hacer - ¡Suéltame Apolo! - Alzó su voz al no escuchar lo que pasaba a su alrededor por culpa de la música.  -    No lo haré - Frunció el ceño mientras negaba con su cabeza - Así que más te vale regresar aquí mientras vemos a Ares y a Argos pelearse, o simplemente eliges irnos de aquí.  -    ¡No puedes dejar que Ares le pegue de esa forma a Argo! - El gemelo la observó con su semblante completamente serio y se encogió de hombros.  -    Yo no puedo hacer otra cosa Artemisa, mi hermano decidió pelearse con él, así que no puedo hacer nada - La castaña bufó frustrada al notar que nadie iba a ayudarlos, por lo que se soltó con fuerza del agarre que estaba teniendo en su brazo para después correr hacía arriba del escenario y detener a la persona que se encontraba poniendo la música en el lugar.  -    ¡Hey! - El susodicho alzó su voz al notar que Artemisa había subido a un lugar prohibido por el público - No puedes estar aquí arriba, tienes que regresar a la pista de baile con los demás - Demandó un poco fastidiado por tenerla a su lado.  -    ¿Acaso no te das cuenta de lo que está pasando ahí? - Señaló enfrente de ellos - ¡Se están peleando los dos! - Gritó colérica por la falta de atención que estaban teniendo.  -    No es mi problema niña - Musitó un tanto harto - Necesito que te bajes de aquí en este momento - La susodicha se hartó al notar que no lo iba a hacer, por lo que hizo un movimiento para que le creyera que se iba a ir pero al final terminó por encontrar el enchufe de la música para poder darle fin a ella - ¡Qué es lo que te pasa! - Alzó su voz colérico.  -    No me hiciste caso, así que yo hice algo que tú no ibas a hacer - Lo miró seriamente - Dame el micrófono - Demandó con fuerza para que acatara la orden.  -    ¡No pienso darte nada loca! - Artemisa rodó sus ojos y se acercó a él de forma amenazante - ¿Qué es lo que quieres? - Frunció el ceño al notar la proximidad que estaba teniendo con él.  -    Quiero el maldito micrófono - Volvió a demandar con mucha más fuerza - Y no pienso volvértelo a pedir por segunda ocasión.  -    ¿Quién te crees para venir a amenazarme de esta forma? - La miró de forma altanera.  -    Soy hija de Hera Relish - El susodicho abrió sus ojos de par en par ante la sorpresa de tener a una Relish parada enfrente de él - Así que más te vale acatar mis orden en este preciso momento.  -    ¿Artemisa? - Preguntó un poco más calmado de lo que estaba - ¿Eres Artemisa Relish? - La castaña lo observó seriamente mientras asentía - Toma - Agarró el micrófono entre sus manos para poder pasárselo - Una disculpa, no sabía quien...  -    Mejor ni hables - Lo observó de arriba a abajo para después darle la espalda y prender el micrófono para poder llamar la atención de todos los presentes - ¡Alguien que se meta a separar a Ares y a Argo! - Gritó con todas las fuerzas que tenía en esos momentos - ¡Seguridad!  Todas las personas que se encontraban disfrutando del numerito que se estaban echando los dos hombres, voltearon a ver a la castaña para gritarle que se bajara de ahí y dejara de molestar (algo que claramente no hizo).  -    ¡Bájate de ahí niña! - Artemisa observó a todos con sus ojos entrecerrados.  -    ¡Si no detienen a esos dos en este momento, yo misma iré a hacerlo! - Todos comenzaron a reírse por la seguridad que estaba demostrando la castaña - ¡Mi padre vendrá y los va a meter en unos serios problemas a cada uno de ustedes! - Los señaló sin pudor alguno.  -    ¡¿Y quién rayos es tu papá?! - Una persona que se encontraba hasta atrás de toda la gente le gritó - ¡No te creas muy importante niña y bájate antes de seguir haciendo el ridículo! -    Mi padre y mi madre son la familia Relish, así que más te vale a ti respetarme  niño.  La forma en la que tomó el papel de tranquilizarlos, logró que la susodicha captara la atención de todos (al igual que Ares y Argo). En ese momento, los guardias de seguridad entraron a la escena para poder separar a los dos hombres y sacarlos del lugar de una vez por todas.  -    Gracias - Musitó Artemisa un tanto cansada por lo que sucedió - Toma el micrófono - Se lo entregó apagado - Ya no lo necesito - El susodicho asintió un tanto cohibido mientras lo recibía entre sus manos.  Antes de que ella pudiera bajarse por completo de ese lugar, gracias al alcohol y a todo lo que estaba pasando a su alrededor, comenzó a tambalearse, causando que se cayera de espaldas hacía la pista de baile.   -    ¡Artemisa! - Apolo se apresuró a correr en donde se encontraba ella tirada de sentón en el piso - ¿Por qué mierda nunca haces lo que yo te digo niña? - Le preguntó preocupado mientras la observaba para ver si se encontraba en bien estado - Necesito llevarte a tu casa en este momento.  -    Si mi madre me ve así -- Se señaló y lo acercó a ella para que pudiera oler la combinación de cigarro y alcohol en su ropa y cuerpo - Me va a matar.  -    Ahorita mismo te ibas a matar tú - Musitó un tanto enojado - Así que vente - Pasó una de sus manos por debajo de sus pies para después ser cargada y escoltada hacía afuera del lugar.  Mientras se encontraba caminando hacía afuera del lugar, Apolo alzó su cabeza para poder buscar a su otra amiga que se encontraba en el lugar para poder irse de ahí de una vez por todas.  -    Vámonos Atenea, la fiesta se termino - La susodicha asintió un tanto preocupada y nerviosa por lo que su madre se pudiera enterar Los tres se adentraron al auto del gemelo para irse del lugar y dar por terminada esa noche. Apolo abrió (como pudo), la puerta del auto y dejó con mucho cuidado a Artemisa en el lugar para que no se lastimara más de lo que ya estaba por la caída que tuvo.  —    Apolo...  — Artemisa intentó disculparse con su amigo por todo lo que hizo, pero el susodicho negó con su cabeza y cerró la puerta antes de que terminara de hablar — Mierda.  —    Está demasiado enojado contigo — Su mejor musitó cuando ya estaba arriba del auto — Lo mejor será no estresarlo más de lo que ya está — Atenea se sintió mal al notar que Apolo sacó un cigarro de su bolsillo para empezar a inhalarlo.  —    ¿Está fumando? — Artemisa lo miró con sus ojos entrecerrados mientras no podía creer lo que sus ojos estaban mirando — Apolo no fuma. —    Cuando te fuiste a intentar separar a Ares de Argo, Apolo estaba demasiado enojado — Hizo una mueca al recordarlo —No quería que te metieras en los problemas de su hermano.  —    Pero lo hice para que no se lastimaran más de lo que estaban haciéndolo —    Musitó un tanto incómoda al recordarlo — No sé por qué actúe así — Se mordió el labio al notar que su amigo seguía fumando el cigarro mientras observaba a la salida del lugar.  —    Ahorita que se meta Apolo no menciones nada de lo que pasó — Artemisa se volteó hacía ella y frunció el ceño — Te lo digo en serio Isa, no le digas nada, Apolo no está del todo feliz contigo.  La castaña se mordió el labio aún más fuerte por la impotencia que estaba sintiendo en esos momentos. Después de unos segundos procesando lo que le estaba pidiendo su mejor amiga asintió para no seguir peleando.  —    Ahí viene, así que no digas nada — Artemisa asintió ante la orden.  Apolo se acercó al auto y antes de subir a el, se sacó el cigarro de sus labios para poder tirarlo al piso y aplastarlo con su pie para que se apague por completo.  —    Listo, las voy a dejar a sus casas — Apolo encendió el auto adentrando la llave en el lugar correspondiente —  Voy a dejar primero a Artemisa y después a Atenea — La castaña frunció el ceño ante esa idea.  —    ¿No te quedaría mejor dejarme a mí y después a Ate? — Su amiga de forma nerviosa le pegó en el hombro para que dejara de hablar —   Okey está bien, esa idea me parece bien — Se encogió de hombros.  —    Perfecto — Musitó el gemelo para después empezar a manejar hacía las casas de cada una.  Atenea se encontraba mordiéndose las uñas con preocupación por si alguien había sacado una foto de ella en el lugar; era bien sabido que en los periódicos a primera hora del día salían todas las noticias sobre lo que pasó un día antes, algo que su madre leía siempre.  —    Listo — Apolo se estacionó un poco lejos de la casa de Artemisa para no hacer ruido — Descansa Artemisa — Musitó un tanto serio mientras abría las puertas del auto.  —    Muchas gracias Apolo —Le sonrió sin mostrar los dientes mientras asentía — Los veo mañana —Los dos se quedaron observándola para cuidarla mientras se metía a su casa.  —     Deja te llevo a tu casa Atenea — La susodicha asintió.  —     No deberías de ser tan pesado con Artemisa — Musitó su amiga para poder captar su atención — Lo que hizo fue para intentar ayudar a tu hermano — Apolo bufó frustrado  y negó con su cabeza.  —     Es que no debió de meterse en eso. Si alguien sacó su celular para grabar o tomar foto de lo que estaba pasando, va a arruinar la poca paciencia que su mamá le tiene — Atenea hizo una mueca mientras asentía.  —    Tienes razón — Suspiró cansada mientras se pasaba por en medio del asiento del piloto y co piloto — Mejor dejemos que pase esto y vemos si existe algún problema para ella.  Artemisa se quedó enfrente de la puerta de su casa para ver cómo se retiraban del lugar. Una vez que vio el auto desaparecerse del fraccionamiento, la susodicha sacó sus llaves para poder abrir la puerta de par en par e irse a dormir.  Lo que no sabía Artemisa era que en la fiesta había alguien grabándola y tomando fotos para los periódicos (algo que a ella y a su madre no le iba a gustar del todo)
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