Tres

2977 Words
Llegando al lugar en que los tres habían tenido ganas de ir durante un mes entero, sonrieron de oreja a oreja por haberlo logrado (pese a la diferencia de edad que tenían). -    ¿Qué van a querer? - Apolo se acercó a las dos para poder alzar su voz y hacerse escuchar por arriba de la música - Si quieren pueden acompañarme o quedarse aquí.  Artemisa y Atenea se miraron por unos segundos, después de asentir ante lo que les estaba proponiendo. Los tres caminaron hacía la barra para que les sirvieran la bebida que quisieran estar tomando durante esa noche.  -    Sírvanos de lo más tranquilo que tengan - Apolo se recargó en la barra que lo escucharan -  Tres por favor.  Una risa sarcástica comenzó a escucharse a sus lados, por lo que los tres voltearon a ver de quien se trataba.  -    Mejor ahórrense el alcohol que les van a dar y sírvanles agua - Se encogió de hombros con burla - Yo quiero lo más fuerte que tenga - La señorita que se encontraba al otro lado de la barra asintió y le sonrió de regreso de una forma coqueta.  -    ¿Qué es lo que haces aquí Ares? Si mi padre se entera de que estamos aquí, nos va a dar una gran bronca - Su hermano rodó sus ojos y agarró el vaso que le acababan de pasar para comenzar a tomarlo.  -    Oh querido hermano, al que le va a dar una buena bronca es a ti - Tocó su hombro y comenzó a tomar de su trago - Me voy con quienes si valen mi tiempo - Observó de arriba a abajo a Artemisa para después irse de ahí con una gran sonrisa burlona.  -    Odio a tu hermano - La castaña murmuró mientras observaba el camino que el otro gemelo estaba tomando para ir a su mesa - No pensé que se quedaría en este lugar - Observó a su alrededor.  -    Yo tampoco lo pensé - Musitó con sus ojos entrecerrados - Me dijo que iba a llegar y después se iba a ir con sus amigos a una fiesta en la playa - Atenea volteó su mirada con rapidez al escuchar eso - A la cuál nosotros no iríamos - Agregó al notar la emoción que tenía su amiga en su rostro.  -    Que aburridos son - Bufó cansada mientras se cruzaba de brazos - Si no vamos a ir a una fiesta a la playa, debemos de tomar algo mucho más fuerte - Artemisa frunció el ceño ante su propuesta - Necesitamos relajarnos por todo lo que pasó durante esta semana  -    Yo no pienso tomar mucho - Artemisa le contestó al mismo tiempo que agarraba su trago entre sus manos - No quiero tener problemas con mi madre  - Se encogió de hombros al no querer darle tanta importancia.  -    Y no los vas a tener - Su mejor amigo se acercó a la barra y volvió a pedir otras tres bebidas pero con un líquido mucho más fuerte que el pasado - Aparte, ella no sabe que no estás en tu cuarto, así que no creo que te afecte en algo - Se encogió de hombros.  -    ¿Sabes qué? - Alzó su mirada durante unos segundos para después asentir ante la idea - Tienes razón, hoy voy a desquitar todo lo que estuve guardando durante esta horrible semana.  -    ¡Así se habla! - Atenea sonrió emocionada - Entonces... - Alzó sus manos para poder agarrar los vasos que tenían sus dos amigos y así quitárselos - Vamos a empezar con lo bueno - Se los cambió por los tres vasos que había pedido - ¡A empezar la fiesta!  Apolo observó a ambas con una mirada reprobatoria durante unos cuantos segundos, pero después de notar lo bien que se la estaban pasando, decidió hacer a un lado sus preocupaciones y dejó que la noche fluyera conforme pasaba el tiempo a su alrededor.  -    ¡Tu también tienes que tomar Apolo! - Artemisa gritó con toda sus fuerzas para que la pudiera escuchar por arriba de la música - No nos vamos a ir hasta que los tres nos encontremos perdidos en esto - Señaló el vaso rojo que tenía en su mano derecha.  -    Yo tengo que manejar de regreso pequeña - Le sonrió mientras negaba - Así que no te preocupes en invitarme algo - Artemisa frunció el ceño indignada y negó al no estar de acuerdo con lo que le estaba diciendo - ¿No te vas a enojar verdad?  -    Si no tomas conmigo si me voy a enojar - Lo miró de una forma reprobatoria - Así que debes hacerlo, necesitas tomar conmigo - Agarró el otro vaso rojo y se lo paso para que comenzaran la noche - O te juro que sí me voy a enojar contigo Apolo Black.  -    Sabes muy bien que no me gusta que me digas Black - Entrecerró sus ojos mientras negaba con su cabeza - ¿Estás segura que te enojarías conmigo si no tomo eso? - Señaló el vaso.  -    Estoy cien por ciento segura que lo haré, así que más te vale empezar al mismo tiempo que yo - Chocó su vaso rojo con el de ella y le sonrió de oreja a oreja - Salud Apolo.  -    Salud Artemisa Relish - Sonrió sin mostrar sus dientes.  La música comenzó a sonar mucho más fuerte de lo normal, por lo que los tres decidieron quedarse en la barra para seguir tomando las bebidas que Atenea pedía.  -    ¡Ya estoy mareada! - Artemisa sonrió de oreja a oreja mientras notaba cómo su cabeza y todo lo que le rodeaba comenzaba a moverse - ¡Qué divertido! - Comenzó a alzar sus dos manos mientras se reía sin parar - ¡Quiero más! - Apolo alzó una de sus cejas y negó con su cabeza - ¿Por qué no quieres seguir tomando Apolo?  -    Porque ya tomaste demasiado Artemisa - Contestó un poco tajante - Necesito que se te baje un poquito - Observó el reloj que tenía en su mano derecha e hizo una mueca - Apenas van a dar las doce, tenemos que bajarte el alcohol que se encuentra en tu sistema - La susodicha frunció el ceño y negó ante ese plan.  -    No quiero que se me baje nada, yo lo quiero es divertirme con ustedes dos - Agarró una mano de Apolo y la otra de su mejor amiga - ¡Por favor! - Imploró con un pequeño puchero en su rostro - Igual me van a regañar, así que no importa - Se encogió de hombros mientras sonreía de oreja a oreja - No sea un aguado Black.  -    No lo soy Relish - Le regresó la sonrisa y negó - Solo que no puedo regresarte a tu casa así - La señaló - Necesito que se te baje un poco para que pueda hablar con tu mamá - Atenea rodó sus ojos y negó al mismo tiempo que agarraba el brazo de su mejor amiga.  -    No vas a convencer a Apolo de hacer algo, así que vente, vamos a la pista y bailemos - La incitó mientras señalaba el centro del lugar - No venimos a escondernos, venimos a divertirnos - Artemisa asintió al estar de acuerdo con lo que decía su mejor amiga - ¡Bye bye Apolo! - Sonrió burlona mientras caminaba con su mejor amiga en mano.  -    Gracias por separarme de Apolo - Musitó la castaña - No me iba a dejar venir - Atenea asintió.  -    No entiendo pro qué es tan sobre protector contigo - Hizo una mueca al no saber que estaba pasando - Pero ya llega un punto en el que eso fastidia - Artemisa comenzó a bailar mientras asentía - Ares no es así.  -    No me hables de Ares - Hizo una mueca y negó - No me cae nada bien  - Musitó al mismo tiempo que se sentía furiosa por culpa del alcohol que se encontraba corriendo por su cuerpo.  -    No entiendo por qué tú y él no se llevan - Se encogió de hombros mientras movía su cabeza al compás de la música - Nos la vivimos en su casa o en la mía, así que no entiendo realmente su odio.  -    Ni yo - Contestó tajante - Y no quiero pensar en ello - Acercó sus manos a las de su mejor amiga para poder entrelazarlas y así comenzar a bailar al mismo tiempo - ¡Hoy no vamos a hablar sobre eso! Necesitamos divertirnos hasta que los tacones nos lastimen los pies - Señaló a los zapatos que tenían puestos.  -    ¡Claro que sí! - Su mejor amiga le contestó del mismo tono de voz con el que le estaba hablando Artemisa - ¡Necesitamos hacer que todo el alcohol valga la pena!  Ambas sonrieron de oreja a oreja y comenzaron a reírse mientras sus cuerpos bailaban al compás de la música que sonaba en el lugar.  A lo lejos, en un lugar diferente del lugar, dos hermanos se encontraban observando atentamente a una castaña sonriente bailando en medio de la pista. Uno de ellos la observaba con una sonrisa en su rostro, mientras que el otro mantenía un semblante completamente serio al mismo tiempo que la observaba con una copa de alcohol en la mano.  -    ¿Quienes son ellas? - Un amigo de uno de los gemelos se acercó a él y le puso su mano derecha en el hombro - Están muy guapas - Alzó una ceja mientras sonreía de forma coqueta.  -    La pelinegra es Atenea - Se encogió de hombros para no darle tanta importancia - Y la otra es hija de los Relish - Acercó el vaso a sus labios para no decirle nada más sobre el tema.  -    ¿La castaña es hija de los Relish? - Abrió sus ojos de par en par sorprendido al notar el cambio que había tenido - Cambio demasiado; está mucho más guapa de lo normal.  -    Mantente alejado Brown - Musitó serio - No deberías de meterte con Artemisa - El susodicho frunció el ceño y lo observó sin saber el por qué decía eso.  -    ¿Por qué dices eso Ares? - Se cruzó de brazos mientras no dejaba de verla bailar - ¿Acaso sales con ella o algo así? - Preguntó un tanto burlón - Hasta donde yo sabía, a ti no te agradaba Artemisa.  -    Y no lo hace - Hizo una mueca y negó con asco al pensar en ellos dos juntos - Solo que a la familia Relish no les gusta la gente de afuera - Lo observó de arriba a abajo de manera despectiva - Así que no vas a poder acercarte a ella.  -    ¿Intentas decirme algo o así por el estilo? - Alzó una de sus cejas y negó con su cabeza - Soy un Brown Ares, eso quiero recordártelo - Se acercó a su amigo de forma amenazante - Así que ninguna Relish va a poder conmigo - Se encogió de hombros.  -    ¿Acaso intentas tú decirme algo Argo Brown? - Mencionó su nombre un tanto fastidiado por lo que le estaba diciendo - A mi no me vengas con algo Argo, lo que te dije es cierto, mi hermano se lleva muy bien con Artemisa y créeme que eso no es nada fácil.  -    Para mí no hay límites hermanito - Se encogió de hombros y sonrió de lado - Así que no te preocupes por eso, si quiero conseguir a alguien, lo haré - Alzó su mano para poder beber de su vaso rojo mientras seguía con un semblante de altanero ante ese tema.  Argo se quedó observando a Artemisa durante unos segundos más para después darse la vuelta y caminar hacía donde estaba su bolita de amigos.  -    Imbécil - Musitó Ares mientras rodeaba sus ojos y mantenía su mirada fija en la castaña - Artemisa - Murmuró por debajo el nombre de la susodicha.  Argo notó algo extraño en la forma que Ares le estaba contestado, por lo que se quedó con un semblante serio antes de sonreír de lado al saber lo que iba a tramar durante lo que resta de esa noche.  -    ¿Por qué hiciste ese numerito enfrente de Artemisa y Atenea? - Apolo observó a su hermano con una ceja alzada - No tengo la menor idea de qué es lo que tramas, pero debes de parar Ares, Artemisa no te ha hecho nada.  El gemelo que estaba siendo atacado en esos momentos, dejó de observar a la castaña para poder mirar a su hermano con el ceño fruncido. No entendía a dónde iba con ello, por lo que simplemente se encogió de hombros para no darle importancia a ello.  -    ¿Qué es lo que quieres hermanito? - Preguntó de forma despectiva y altanera - ¿Quieres que vaya y me disculpe con ella? - Apolo iba a asentir y a suspirar tranquilo al notar que su hermano estaba entendiéndolo, pero Ares lo detuvo en seco - Estás mal Apolo, no pienso ir a disculparme de algo que no siento.  -    Debes de dejar de ser un imbécil con Isa - Musitó un tanto frustrado - No sabemos el por qué la odias tanto - Ares lo miró con sus ojos entrecerrados - Pero eso debe de parar.  -    No pienso parar algo que no tiene nada que ver conmigo. A mí Artemisa me viene valiendo, así que no entiendo el por qué ustedes pierden su energía en pensar que la odio. Vive tu vida hermano - Alzó su mano derecha para agarrar el hombro de su hermano y apretarlo - Eres lo suficientemente listo cómo para saber que no debes de meterte en problemas inexistentes. Apolo iba a contestarle algo para que ya dejara de jugar, pero sus ojos comenzaron a abrirse de par en par al notar lo que estaba pasando en la pista de baile. Artemisa y Atenea estaban bailando y riendo con el hijo de los Brown y un amigo de él.  -    ¿Te mordió la lengua el ratón o algo así? - Ares se burló de él al notar el silencio que hizo su hermano después que le contestó - Mejor regresa con tus amigas Apolo, aquí no tienes nada que hacer.  -    Tienes razón - Musitó serio - Me voy - Se apresuró a darse la vuelta para poder intentar separar Argo de Artemisa.  Ares se encogió de hombros y sacó un cigarro de la bolsa de su pantalón para poder inhalar la tranquilidad que le causaba el ya no tener a nadie atrás de él. Cuando alzó su mirada, observó que una chica le sonreía de forma coqueta, por lo que el susodicho simplemente negó con el cigarro entre sus labios y sonrió sin mostrar los dientes.  -    Que divertido es esto - Murmuró para él mismo y se dio la vuelta para poder observar de nuevo la pista de baile.  La sonrisa que había iluminado sus labios, se quitó por completo al observar quienes estaban a un lado de las dos amigas. Alzó su mano para poder quitarse el cigarro de la boca y aplastarlo con su mano por la impotencia de ver a un Argo demasiado pegado con Artemisa. Sin pensarlo dos veces (y con todo el alcohol que se encontraba en su sistema), Ares bajó de donde se encontraba su mesa para poder detener lo que estaba pasando entre la castaña y Argo. Antes de explotar por completo, se quedó a unos cuantos pasos detrás de ellos para poder escuchar la conversación que tenían.  -    Están invitadas a una fiesta después de esto - Musitó el susodicho con una sonrisa de oreja a oreja en su rostro - Nos la vamos a pasar mejor que aquí - Artemisa observó de reojo a Atenea y se rió.  -    Gracias Argo, pero no vamos a ir - Le contestó tajante mientras se encogía de hombros - Si quieres ve a invitar a alguien más.  -    No quiero hacer eso, a la que quiero invitarte es a ti - Se acercó un poco a ella - Anda, vamos, te vas a divertir - Le guiñó un ojo, causando que Artemisa hiciera una mueca por ello.  -    Creo que es hora de que te vayas a tu mesa Argo - Musitó con su semblante completamente serio - No creo que sea lo mejor que sigas aquí con nosotras - Se acercó a Atenea - Acompáñame a la barra - Su mejor amiga frunció el ceño pero asintió.  -    No, no te vas a ir hasta que me digas que irás a la fiesta que te invité - La agarró de su otra mano para poder hacer que no se fuera de ahí. -    No pienso ir a ningún lado contigo - Intentó soltarse de su agarre, pero le era imposible - Suéltame Argos - Musitó frustrada y enojada.  -    No lo haré hasta que me aceptes la salida - Apretó aún más su agarre en la castaña - Así que te conviene hacerlo - Artemisa hizo una mueca ante tal insistencia.  -    Suéltame Argos - Ares comenzó a acercarse a los cuatro para poder separarlos - Y vete.  -    No lo haré - Le contestó serio - Así que más te vale aceptar Artemisa.  -    Te dijo que la soltaras imbécil - Ares se acercó a ellos dejando a todos sorprendidos - Hazlo ya.  -    No lo haré. Oblígame - Lo miró de arriba a abajo para poder hacerlo enojar más de lo que ya estaba - Me quedaré con Isa. -    Está bien idiota, tú te lo buscaste...
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