Artemisa agarró de la mano a Ares para poder acercarlo al lugar que iba a enseñarle y con mucho cuidado de no despertar o hacer algún tipo de movimiento en falso para los animales que se encontraban en el lugar, la castaña comenzó a hacer señas de lo que tenían que hacer los tres. Apolo fue el primero en hincarse sin importarle la suciedad del piso para después seguirle su hermano y así poder empezar a observar de una forma diferente lo que iba a pasar. — ¿No piensas decirme lo que está pasando? — Ares habló, pero fue callado por Artemisa quien negó con su cabeza y le tapaba la boca con su mano derecha. — Te dije que guardes silencio Ares — Lo miró estresada — Espera unos cuantos minutos más para que puedas ver lo que va a pasar — El susodicho frunció el ceño pero asintió. — No te estre