A la mañana siguiente de lo que pasó, Artemisa se encontraba alistándose para salir de su casa y así llegar a su trabajo mucho antes de lo normal (por lo que le había pasado el primer día que llegó a la ciudad). Mientras ella se encontraba arriba del auto de su padre con un café en la mano, los gemelos se encontraban apenas desayunando acompañados de Cesar.
— ¿Y ayer cómo les fue con su pequeño experimento social? — Preguntó su padre mientras intentaba romper el hielo con sus dos hijos — Dejaron a Atenea demasiado devastada con su familia — Negó con su cabeza mientras se mantenía leyendo el periódico — Anastasia los debe de odiar en estos momentos.
— Yo no tengo nada que ver con esa niña mimada — Ares frunció el ceño mientras negaba con su cabeza — Y mucho menos con la hija de los Relish
