—Está bien, pero... —¿Y ahora qué? ¿Hemos sido sitiados o algo por el estilo? —No es eso..., se trata de su padre— explicó el señor Andrews con cautela—, no ha vuelto. Vivian se sentó en la cama y lo miró. —Salió el martes...— murmuró—, debía haberse encontrado con el grupo que saldría a buscarlo el sábado. ¡Hace exactamente ocho días! ¿Qué puede haberle sucedido? —No lo sabemos. El grupo que salió a buscarlo estuvo en el lugar convenido, pero el profesor no apareció. —¿Supone Alec que se ha perdido realmente? —Naturalmente. Alec volverá a la hora de la cena y entonces tendremos noticias. Usted debe descansar y dormir. Voy a enviarle un buen almuerzo y no se levante hasta la hora de cenar. Aunque almorzó con buen apetito y trató de obedecer al señor Andrews permaneciendo en la cama