LA ESPOSA IDEAL

1887 Words
TERCERA PERSONA Elle Harrison La menor de tres hermanos, Elle siempre fue la rara. Su hermano mayor, Thomas, era el mejor de la universidad y ahora un prestigioso neurocirujano. Había heredado el aspecto de su madre. Con sus ojos grises y su pelo castaño, era un rompecorazones. Su hermana mayor, Rosaline Harrison, era la encarnación de la quintaesencia femenina. Con el pelo rubio y los ojos grises, era una top model en Nueva York. Sus anuncios aparecían día y noche en la televisión y en carteles por todas partes. La más joven era nuestra querida Elle Harrison, de 25 años y aspecto medio. Cabello castaño, ojos marrones y piel morena clara, a diferencia de la blanca y pálida de sus hermanos y padres. No era la niña perfecta, de voz suave como su hermana, en cambio, puedes llamarla una mocosa descortés si llegas a tener un mal encuentro con ella. A pesar de su exterior rebelde, en el fondo era la más dulce de todas. Una chica inocente e ingenua, capaz de hacer cualquier cosa por sus seres queridos. No tenía tanto éxito como sus hermanos y eso lo oía mucho de sus parientes. Una desgracia para los Harrison. Pero si le preguntabas a ella... Estaba contenta de ser como era. Le encantaba ayudar e indirectamente se convirtió en criada a las órdenes de su hermana. Lo daba todo, pero no recibía nada a cambio. Su hermano y su hermana la sobreprotegían o la deshonraban, no podía distinguirlo. Evitaba ir a fiestas porque odiaba oír a los demás hablar de lo poco merecedora que era. Era licenciada en veterinaria, una gran carrera según ella, pero los demás se reían de sus ambiciones. Una niña está salvando vidas, la otra es una top model, ¿y la tercera? Está trabajando en un establo, cubierta de heno, dando a luz a un ternero. Estas fueron las palabras con las que oyó reírse a unas mujeres de élite en una fiesta, y además en su cara. Ella amaba a los animales y su carrera le daba felicidad, pero esa gente nunca podría entenderlo. Elle era sin duda la rara de su familia, pero no por ello era menos especial. Ella era de oro y solo los ojos de un hombre bueno podían ver su verdadera belleza. * Mansión Harrison 10:42 pm Toda la familia estaba sentada en la sala de estar con la voz de la señora Harrison gritando en un tono alto. —¡No te dije que no fueras Elle! ¡Estabas castigada! Ahora, ¿necesito encerrarte en tu habitación la próxima vez? La chica puso los ojos en blanco pero guardó silencio. No estaba de humor para discutir. —Elle niña deberías escuchar a tu madre. Ya no eres una niña, poner los ojos en blanco como una niña de 12 años no es aceptable. —Pero papá... —¡Ni una palabra Elle! Esta vez tu padre no se pondrá de tu parte. Mira a tu hermana. ¡Aprende algo de ella al menos! —¿Como ser una perra?— Dijo lentamente, pero su madre la escucho. —¡Elle! ¡No te atrevas a llamarla así cuando nunca podrás ser como ella! ¡Ella es de voz suave, gentil, y tiene etiquetas a diferencia de ti, que solo eres una vergüenza para nuestro apellido! La última línea salió baja, pero Elle todavía la oyó. —¡Ella tiene dos caras y yo nunca podré ser como ella! —¡Elle, pide perdón y olvídalo! ¿Por qué le das tanta importancia?— Dijo su hermano Thomas, hablando por primera vez. Aburrido de este drama familiar cada dos días. —¿Lo estoy convirtiendo en un gran problema? Tú le diste importancia cuando me sacaste del club y se lo dijiste.— dijo Elle señalando a su madre. —¡Elle, no puedes ir a ese club sola! ¿Por qué no lo entiendes? —¡No estaba sola! Vi estaba conmigo y ¿cuál es el problema? ¿Nunca impediste que Rose fuera? Entonces, ¿por qué yo? —¡Deja de compararte con Rose, Elle, no eres ella! —¡Exactamente mamá! No soy como ella, así que deja de compararme con ella cada maldita vez. Con esto, ella se fue y lo siguiente que escucharon fue el sonido de una puerta cerrándose de golpe en el silencioso pasillo. —¡Esta chica es una vergüenza! ¡Las palabras que usa! ¡Dios me libre si alguien de mi familia real la oye! No sé qué hacer con esta niña. —¿Quizás si se casa aprenda a ser responsable? El Sr. Harrison sugirió y todos vieron un punto allí. —Empezaré a buscar parejas adecuadas mañana mismo, pero no quiero que Elle se entere de esto. Todos asintieron y siguieron su camino para dar por terminada la noche. * Su almohada estaba mojada de lágrimas, sus ojos hinchados y su mente en confusión. No era nada nuevo, desde niña siempre la habían descuidado e ignorado. Su madre nunca le dio besos como a Rose. Su madre nunca le dio golpecitos en la cabeza y le dijo que estaba orgullosa de ella como hizo con Thomas. Nunca le preparó su comida favorita y pronto las de sus hermanos se convirtieron en sus favoritas. Vivía a la sombra de ellos y así ha sido su vida hasta ahora. —¿Por qué no puedo ser como ellos? ¿Por qué soy una desgracia?—Dijo entre sollozos y lágrimas frescas, recorrieron sus mejillas hasta salar sus labios. Pronto se le secaron las lágrimas y encontró la paz del sueño a la una de la noche. Con la cabeza palpitante y el corazón roto, la pobre alma aceptó su destino. Si tan solo supiera que todo iba a cambiar en los próximos días. * Ashton Lander Heredero de Industrias Lander e hijo único. Sus padres le mimaban con todo y sin duda era un arrogante. Era un orador de pocas palabras y su rostro estaba siempre desprovisto de cualquier emoción. Puedes contarle tu mejor chiste y aun así no sonreirá. Ahora lo tenía todo, ya que se había hecho cargo del negocio de su padre y lo llevaba bien. Todo excepto una cosa. Su mujer. Ya tenía 27 años y su familia quería que sentara cabeza. Él también quería lo mismo, porque estaba aburrido de las aventuras de una noche y de las putas posesivas. Quería una esposa perfecta, pero encontrarla era tan arduo como parecía. La belleza era lo primero en la lista, la familia y la cualificación venían después. Quería sentirse orgulloso de llamarla suya. Quería una belleza que llamara la atención, pero no sabía que la belleza no siempre es exterior. * Mansión Lander 11:30 pm Estaba en el tejado de su mansión con las manos apoyadas en la barandilla. Su madre estaba de pie detrás de él, un poco temerosa de su reacción a lo que iba a decir. —Tu padre lo ha dejado claro hijo, tendrás que casarte con la chica que él elija. Él no reacciona, en cambio, sus ojos se quedan fijos en la vista de la luna que miraba ansiosamente. —Lo sé Ash es tu vida, pero tu padre es bastante inflexible en esto, solo tiene miedo de que elijas a la chica equivocada y lo arruines todo. La señora Lander suspiró ante la falta de respuesta de su hijo. No era nada nuevo, ya se lo esperaba. Él había dominado el arte de no mostrar sus emociones, sin importar la situación y ella se sentía preocupada por él. —Hijo... por favor no te enfades—Ella le puso la mano en el hombro y él respondió finalmente, reconociendo sus palabras. —Hablaré con él yo mismo mamá, deberías descansar. Es tarde. Ella suspiró, sabiendo que lo que él estaba sugiriendo iba a ser desastroso. Ya podía predecir una pelea a la mañana siguiente entre padre e hijo. Pero sabía que la decisión de su hijo era absoluta, no podía discutir más con él y era mejor irse con el corazón encogido. —De acuerdo, hijo. Si dices... Iba a marcharse cuando sintió una mano cálida que le sujetaba la muñeca. En cuanto se giró, se vio envuelta en un cálido abrazo. La besó suavemente en la frente. Le habló suavemente; —No tienes que preocuparte mamá y también evita tomar esas pastillas para dormir todas las noches— Le susurró al oído y ella asintió con una calidez en su corazón. Él no lo mostraba, pero se preocupaba mucho por ella. Ella podía ver a través de cada una de sus palabras y emociones, ya que era su madre después de todo. Pronto él retrocedió y antes de que ella pudiera captar cualquier otra emoción en su rostro, él ya le había dado la espalda. Bajó las escaleras y rezó por una sola cosa. Por favor, ayuda al hijo y al padre a llegar a un acuerdo mañana. O las consecuencias no serán buenas. Se quedó allí mirando la luna, observando su belleza y preguntándose cuando la encontraría, a la que está buscando. Al día siguiente. 9:46 am —¿Crees que no conozco tus costumbres? ¡Cómo manchaste mi imagen siendo un casanova! Aunque ahora te hayas detenido, ¡eso no significa que seas responsable! ¡No dejaré que traigas a una cazafortunas a esta casa y arruines todo lo que me he ganado trabajando como un burro! —Puedes quedarte con lo que hayas ganado. Yo no me quedo ni un céntimo. —¡Oh! ¡No olvides ahora que fui yo quien te dio dinero para empezar tu negocio! —¿Y qué? Todos los padres hacen eso, ¡usted no es especial Sr. Lander! ¡Yo también trabajé duro para que esta empresa saliera adelante! ¡No lo olvide! —¡He terminado de discutir contigo, hijo! ¡Mi decisión es definitiva! ¡Elegiré una chica para ti y será definitivo! —¡Ella va a ser mi esposa! ¿Por qué mierdas vas a decidirlo tú? ¡Haz lo que quieras! ¡Pero nunca aceptaré tu elección! ¡Nunca! —Lo harás hijo, lo harás y me aseguraré de ello. —¡No soy alguien a quien puedas amenazar! ¡Soy tu hijo, no un puto competidor, papá! —¡Lo sé hijo y por eso me escucharás o de lo contrario olvida que soy tu padre! —¿Qué clase de juego emocional de mierda estás jugando papá? ¡He dicho que no lo haré! —¡Entonces olvida que eres el heredero de Industrias Lander! ¡Olvida todo lo que hiciste construyendo este imperio junto conmigo! Ashton sabía que su padre no estaba bromeando, sabía que no se echaría atrás ahora. —¡Felicidades, papá! ¡Una vez más fuiste capaz de controlar mi puta vida! ¡Felicidades, pero ten en cuenta que haré que te arrepientas de tu decisión! Con estas últimas palabras, se fue cerrando la puerta de un portazo furioso. El Sr. Lander se sentó en su asiento y sonrió llenando su vaso con vino francés. —Nunca me arrepentiré de mi elección, hijo mío, porque elegiré un ángel para ti. Dijo sonriendo para sí mismo y dando un sorbo a la bebida.
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