AUTOR. En cuanto escuchó la puerta cerrarse salió de la habitación, se paró en la grande ventana del pasillo y contempló el jardín de enfrente. El hombre parado cerca del auto le saludó con la mano, devolvió el saludo antes de que ella saliera. Cuando su hombre levantó la mirada, hizo un movimiento de cabeza asintiendo que cumpliera con cualquier petición que ella le pidiera. Mientras el auto partía se quedó contemplando hasta que se perdió de sus ojos. Soltó un suspiro porque sabía a dónde se dirigía. Era sábado, las universidades no daban clases ese día, hasta donde tenía conocimiento ella no tenía amigos para decir que tenía una reunión con ellos. No era tonto, ya sabía dónde se dirigía. Sintió un apretujo en el corazón, pero inmediatamente lo reemplazó por irritación. Cuando su em