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4467 Words
La vida: "Mis ilusiones se habían evaporado, en consecuencia hay tormenta en mis ojos" Ella solía ocultarse bajo las estrellas y él se ocultaba bajo sus pecas. Siempre se la pasaba mirándole a la distancia, tomando su vaso de café en el parque, mirándole en los columpios, acechándole con mucho cuidado, imaginando que estaba a su lado. Llevaba el cabello suelto y tenia las manos aferradas a las cadenas de metal mientras se mecía muy rápidamente así como el péndulo de un reloj. Muy velozmente y con los nervios cerca de su boca, comenzó a caminar hacia su columpio. Su café se había enfriado debido a todo lo que el sentía por ella, su corazón latía muy rápidamente porque no sabia que hacer y sus pies le llevaban a estar a su lado. La cabellera de la chica se alborotaba con el humo de su boca, sus parpados se hallaban en una terrible inundación debido a su corazón roto. Sentía que el tabaco la llevaría a un lugar mejor y que aquellos fármacos que había tomado le harían sentir mejor, pero, realmente no fue así. Su corazón latía lento cada vez mas porque ella así lo deseaba. ¿Acaso no era justo tener un corazón dichoso ya? ¿No era bastante sufrimiento el no poder decir nada a nadie? ¡Maldita! ¡Maldita! ¡Maldita! ¡Soy una maldita! Y no había mas que palabras hirientes en su cabeza, no había mas que cosas crueles en su corazón. No había mas vida ni alegría en ella, porque todo parecía haber acabado con su alma. Él había acabado con ella. Y entonces suspiro al momento de parpadear y se atrevió a sentarse en el columpio de al lado. Se sentó de pronto y sin miedo alguno que le impidiera querer hablar con ella, incluso había aclarado su corazón y esta vez, él sabia que debía hablar con ella, porque desde el verano pasado este hombre descubrió que estaba enamorado de ella. Sus labios lanzaron una columna diminuta de humo, sus ojos se cerraron de pronto, y su corazón se detuvo en un sueño. Era el momento, ella lo sabia, desde siempre lo sabia. Quería que todos le vieran antes de partir y que mejor que un parque para que todos le vieran decir adiós, porque antes de que sonriera, él ya la había tomado violentamente y se había aprovechado de su alma, el pasado la había destruido completamente y se estaba burlando de ella mientras sus labios pronunciaban su nombre. Él era y, ella, ella ya no era ella, porque parecía que nadie le creía y que nunca le podrían creer a menos que ella ya no estuviera. Porque cuando el quiso hablar con ella, ella decidió saltar del columpio, saltar al vació, saltar al fin.. "Ella tenia dos adicciones: se embriagaba de tristeza y fumaba decepciones. Había descubierto que sus decepciones eran parte de la vida y que su tristeza siempre se debía al amor que sentía". Segunda parte 31.10.15 "Siempre he querido decirte mil cosas y termino más callado que los mimos del parque". Trató de ser positivo, sonrío hasta dónde puedo y trató de callar hasta donde aguanto; porque me he dado cuenta de que una simple palabra puede derrumbar una sonrisa guerrera. Y quizá suene curioso o emocionante el que ya no sienta alegría alguna por querer sonreír. La soledad y la tristeza pueden acompañar a un chico como yo. —¡Vamos! —me grito en la cara— ¡Hazlo conmigo! —¡Suéltame! —logre decir, mi respiración era agitada como el mar. —¡Esa boquita tuya hasta pedirá más! —y sus dedos comenzaron a hurgar en mi calma. Su mano comenzaba a apretar todo de mi, deslizándose en una oscuridad inmensa que apagaría todas mis farolas. Quiero controlar estos sentimientos pero siempre terminó pensando que no valgo nada y me deprimo en ocasiones, cuando me siento vacío. —¿Cómo ha ido el día? —preguntó mamá con interés. —¡Bien! —mentí—. La escuela estuvo un poco aburrida. —¿Qué has hecho hoy en la clase? —volvió a preguntar. —Vimos algo de matemáticas y nos toco educación física. —¿Tienes hambre? —más preguntas para mí—. Por que la comida ya está lista. ¿Qué debe hacer alguien cuando se carga con un corazón que está roto? Sonríe y trata de ocultar lo que te rompió. 26.12.15 Cuando alguien muere, todo es llanto y dolor para la familia que sepulta a su ser querido. La vecina que vivía en la casa de enfrente —doña Erminia— falleció en esa semana y a partir de ese momento, me puse a pensar en todo lo que paso y estaba pasando conmigo. Estuve pensando en la muerte. Si ya no estuviera, ¿qué harían los demás? Seguiré pensando. ¿Cómo sería la vida que conozco si no estoy yo? ¿Qué sentimientos desencadenaría en todas las personas que me rodean? Estoy loco, no dudes que lo estoy, pero hubo y hay días en los que imagino una vida sin mí en este mundo. —Entonces ¿piensas que la muerte es una salida fácil a los problemas? —¡No! —respondí en convicción— La muerte es el final que todos tenemos y yo quiero adelantarme al final. La mirada de mi madre se había vuelto lejana y sus lágrimas comenzaron a mojar mis estrellas. —¿Es que no valoras tu vida? —preguntó mi padre. Y es que era verdad, comenzaba a ver todo desde una perspectiva suicida. Todo me parecía negativo, un mar de llanto e inquietud donde sientes que nadie te entiende. ¿Y es algo tonto el sentirse así? ¿La juventud está enferma? ¿Somos un error en esta vida? —¡Si la valoro! De eso no hay duda —estaba alterado mi sistema emocional—. Y como la valoro, prefiero que termine más rápido de lo que comenzó. Sé que he cometido un sinfín de errores y los errores se están vengando de mí en ocasiones. En estos días recientes intento luchar esta batalla aunque me he derrumbado en ocasiones. Es increíble ver cómo las personas se adelantan a pensar por nosotros. Se forjan sus propios estereotipos sobre uno y eso llega a resultar fastidioso. —Esa chica parece muy inmadura. Como que aún no pasa a la etapa después de la niñez —dijo Brandon. —Creo que todos pasamos por esas etapas y algunas nos duran más que otras —y mire hacia la carretera, estábamos en el puente peatonal observando el tránsito de los vehículos—. ¿Y sabes cuál es el problema? —No. ¿Cuál es? —Creamos estereotipos erróneos sobre las personas y la mayoría del tiempo terminamos juzgando mal a todo el mundo. ¿Y qué estereotipos existían de mi? ¡Los conozco! ¿Serán buenos? ¿Malos quizá? ¡Estoy arto de escuchar esto! Hay un corazón roto en mí y no ha sido por amor, más bien, las cosas que nos rodean nos rompen aveces. Que soy la niña, la puta, el marica, la zorra, la perra, el juguete, el objeto, tu placer… 13.01.17 22.04.16 En lo que encierra a mi mundo hasta este momento, creo que todo ha cambiado. No solo cambio mi forma de vestir o de leer, o todo lo encierra a los amigos. Mi entero ser se ha modificado para experimentar la felicidad. Había comenzado a hacer dibujos, descubrí que el pintar me ayudaba de alguna manera a desahogar lo que estaba guardando. —¿Con quién sientes que encajas? —preguntó Brandon al salir de casa de Adri. —¡Con nadie! —respondí seguro. —¿Enserio? —volvió a preguntar. —Resulta que no logró encajar con nadie. Después de eso, necesitaba explotar. Quería desahogarme un poco y al final solo termine más cerrado que antes. Aún no logro superar mis traumas, pero espero muy pronto hacerlo. Quiero cambiar, quería cambiar mi forma de pensar pues cuando cambiamos, el alma se renueva y eso vale más que mil rutinas. —No necesitas tener miles de amigos virtuales —dijo mamá aquel día— lo que necesitas es tener la confianza de aquellas personas que de verdad se interesen en ti. ¿Y cómo iba a encontrar la confianza de alguien? ¿Cómo es que iba a tener amigos, si esto parecía ser un gran problema? El tiempo se había ido volando y ya tenía dieciséis años. Había estado actuando de forma inmadura y quizá lo siga haciendo, mis padres hablaban conmigo, tenía cosas que no podía contarles, eran cosas que quizá nunca pueda contar con cierta seguridad porque no logro tener el valor necesario para afrontar este tormento. Por ello es que escribo, en público y a solas, intento sentirme bien aunque no lo esté. También había estado llorando. No un llanto físico, eran lágrimas emocionales. —¿Qué opinan? —les pregunte. Ellos me miraron de forma inesperada y curiosa. —¿Qué cosa? —preguntó Ángel. —¿Creen que sobreviva si intentó cruzar la avenida? —pregunté y parecía que ellos pensaban. —¡Tal vez! —pronunció Brandon. —¡Quizás mueras! —añadió Ángel. —¿Tú crees? -pregunté. —¡O tal vez y lo logres! En ese instante sentí que podía averiguarlo. Que podía intentar caminar por los ocho carriles y esperar a que un auto se impactará contra mi cuerpo. Qué tal vez si podría morir pues sus palabras eran ánimos para decir adiós. 24.05.16 A pesar de ello, sentía que mi alma había cambiado. No solo porque me aferré al silencio, el silencio se había aferrado a mi. Descubrí que hay cosas que efectivamente podemos callar y hay algunas otras que necesitamos expresar. Había encontrado a un amigo nuevo, Ángel era su nombre. Ángel necesitaba, necesita ayuda (como todos), me ha confesado varias cosas acerca de sus dieciocho años de vida: su pasado, sus malas acciones y sus adicciones. Su mente no está firme a ninguna realidad y a pesar de todo lo que ha hecho mal, es un gran camarada, tiene buenas cualidades y eso es importante. A pesar de todos los defectos humanos el corazón siempre guarda un poco de bondad. Hoy meto la pata y mañana quizá me arrepienta, pero al día siguiente, lo arrepentido se me va a quitar porque la guerra no se gana a la primera. Ángel es así. Su corazón y su mente resguardan varias inquietudes y lo entiendo, la juventud es así. Luego está Brandon, quien hasta este momento se había convertido en mi mejor amigo. Con el podía, puedo expresarme "abiertamente" sin que me juzgue inmaduro, o tal vez si me juzga pero para aconsejar cosas positivas. Era como si la caja fuerte se fuera abriendo lentamente, el contarle mis traumas e inquietudes hacían que sus consejos me hicieran pensar en esta vida y sus decisiones. Con él puedo sentirme yo mismo y ser nadie a la vez, reír, bromear, llegar a la locura y seguir adelante. A sus veintiún años ya ha visto más cosas que yo y no niego que también él tenga sus problemas pues todos afrontamos una batalla y Brandon no es la excepción. —¿En qué piensas? —le pregunte a Eimy. Ella se giró a mirarme y su mirada era tierna, ella era tierna. —¿Te acuerdas de cuando era pequeña? —preguntó. —¡Claro que si! —exclamé. —¿Recuerdas que me gustaba usar aquella gorra morada y no me importaba llevar aquellos pantalones rotos cuando salíamos al parque? —preguntó ella con voz nostálgica y yo asentí en respuesta— ¡No me importaba lo que decían los demás! —Cuando eres pequeño no te importa lo que digan los demás, es más, no te importa nada. Y hay momentos de nostalgia, cuando te acuerdas de algo, que la vida es realmente maravillosa. Agradezco el tener a Eimy como hermana. A pesar de todas las discusiones y palabras feas que nos decimos a veces. Ella me escucha, se interesa por mí y es mi confianza plena, pues ella es la llave de este cofre cerrado. Lamento hacerla llorar o hacerla sentir mal con mis palabras y acciones, espero que ella me pueda perdonar y pueda pasar por alto mis tonterías. Ella tiene la madurez que a mí me falta y yo puedo quererla por estar ahí a mi lado, cuando lloro y sonrío, cuando vuelo y aterrizó, cuando escribo y mega escribo. Sé que ella va a afrontar la adolescencia de una forma parecida a la mía, solo que yo espero a que ella no cometa los mismos errores que yo, pues eso me destrozaría en lo absoluto. Walter ❤️ 15.01.17 14.07.16 Mi sentido emocional llego a sorprenderme sin querer, pues se había vuelto un completo caos. Sentía que me encontraba ante una etapa distinta donde el sentir era una gran revolución de emociones. De pronto estoy feliz hasta la locura y luego, el enojo y la molestia se hacen presentes en mi. Es bastante incomodo el sentir que ahuyentas a todos; nadie quiere estar con alguien como yo. ¡Me aterro! Soy muy fácil de irritar, no logró controlar mi carácter tan fácil y existe la bipolaridad. —¿Qué ha pasado? —preguntó papá. Yo tenía las manos temblando de nervios, llevaba un problemita en el bolsillo. —Se ha estrellado la pantalla de mi tablet —dije con temor a que él se fuera a molestar. Y efectivamente, papá termino molesto a causa de un descuido mío. La pantalla del dispositivo estaba hecho pedazos, imagine como es que había sucedido todo esto, cuando Jonathan me empujó contra el suelo mientras jugábamos basquetbol, provocando miles de rupturas en el cristal de este cuerpo. —¡Es que no cuidas las cosas! —exclamó en tono molesto. Mi celular había muerto ya a causa de otro descuido mío, el IPod dejó de encender, el otro celular que tenía decidió tomar un baño en la taza del baño y ahora, de nuevo estaba en problemas. Quizá el no tener celular o algún otro dispositivo electrónico, me iba a dar la oportunidad de socializar un poco más con los demás. Aunque a decir verdad, eso es lo que me cuesta trabajo pues tengo muchas cosas profundas en las que tengo que pensar antes y así, quizás logre librarme de este tormento. —¡Aquí te veías bonito! —dijo Adri— ¡Ahora ya estás feo! —¡Es que ya he crecido! —añadí. —¡Si! —pronunció Charly— ¡Ya estás viejo! El mirar fotografías del pasado, observar todo en lo que hemos cambiado y encontrar todo en lo que nos hemos convertido, hace que la vida siga con sus pasos. —Charl tiene una foto de bebe —informó la mamá de Charly— él está enseñando las pompitas. —¡Eso no es cierto! —negó Charly con una sonrisa vergonzosa. Y había un foto, eso era verdad; pues tal como hay verdad, también hay recuerdos en corazones como los nuestros. 21.01.17 15.07.16 Mi mente se encuentra ante una revolución y creo no salir con vida. He estado pensando con los días, que ya no puedo seguir con esto, me es absurdo el fingir que estoy bien. Por ello es que huiré de mi casa y me iré a no sé dónde. Huiré lejos de aquí para ir por allá lejos de todo mi mundo. ¡He querido huir con el pensamiento y con la realidad! Podría huir de todo lo que me rodea, ya que lo que me rodea no lograría notar mi ausencia. Vivo en un mundo redondo lleno de estupidez y temo que la estupidez ha hecho de mi alma un círculo enorme. Por eso es que he de excluir a mi familia y amigos, pues la culpa es mía y ellos no tienen nada que ver con esto. "Un día te sentirás luna y querrás brillar más fuerte que el sol". —¿Sabes? —le pregunte a Charly y él se giró a mirarme—. Me es difícil y nostálgico, el no tener hermanos. Él me escuchaba con atención. —Y aunque tengo a Eimy o a Estefy, no logro contar con un hermano que intente charlar conmigo sobre cosas que solo los chicos entendemos. Baje la mirada de pronto, los pensamientos oscuros se apaciguaban dentro con una cálida lluvia de lagrimas saladas. —¡Descuida! —dijo. Dio una palmada en mi espalda—. Me tienes a mí. ¡Yo puedo ser tu hermano, el que nunca tuviste! ¡Yo puedo tratar de entenderte! Y hubo una sensación de calma en la inquietud mía. Seguro que él podía entenderme en ciertas cosas, pues él vio mejor que nadie "las cosas del pasado" que ocurrían en el aula del quinto año, donde todo no era escuela y estudios, donde no eran chicos y chicas, eso era un recuerdo oscuro que atormentaba. ¡Él fue testigo de todo el acoso que sufrí en esos días! Charly es un año mayor que yo y fuimos compañeros de clase en algunos años de la primaria. Recuerdo que cuando él llegó (en el primer día), hubo un cuestionario que nos hizo el profesor y una pregunta era ¿Quiénes son tus amigos? La letra de Charly era apenas entendible, pero eso no me impidió ver que su respuesta incluía mi nombre, aunque casi no hablamos días atrás. Fue inesperado, lo acepto y aunque yo no lo llegue a considerar de tal forma en aquel momento, creo que fue él quien nunca se atrevió a reconsiderar su amistad, pues ahora sé que él es un hermano para mí. ¿Y qué se hace cuando obtienes lo que nunca mereciste? ¿Piensas? ¿Te alegras? Simplemente comienzas a aferrarte a la vida y valoras lo que nunca tuviste. El soñar, sin duda es algo cómodo. Mientras uno duerme se descansa plácidamente y se sueña para poder mantener viva la esperanza. La esperanza es buena y siempre será buena. Los humanos somos tan increíbles que soñamos para no sentirnos vacíos. No me gustaría dormir y divagar por una oscuridad infinita y profunda; prefiero soñar mil veces que no muero a soñar mil veces que no puedo. Y es que en muchas ocasiones me he rendido y quizá lo siga haciendo, pero, no quiero conformarme con el resultado de mis acciones. Siento muchas cosas tan locas en mi alma y sueño cada vez más, cosas que no son tan lógicas en mi. Por ello es, que hasta este preciso momento, tengo que dejar de dar tantas vueltas a mis pensamientos, pues admito que me he enamorado. Y tengo ojos y le sueño. Es una cosa tan bella la que me ha atrapado. Pero como es mi cosa bella, pienso que ha de permanecer en el anonimato, pues no todo lo bello es amor. Y bueno, la cosa bella de mi vida está ahí. Me acerco, se acerca. Tomó su mano, toma la mía: esto es un saludo cordial. Hablamos un poco o bastante y no me aburro en lo absoluto, el enamoramiento crece queriendo ser amor y eso es terrible a mi alma. Me propuse alejarme de mi cosa bella, he sido duro, grosero e indiferente. Pero no puedo, no puedo, no puedo proponerme no sentir amor por alguien como él. Me encantan las pláticas que llevábamos, mirarle por las noches y pensar en sus labios entreabiertos, ¡es que mi sentir no merece morir con la imaginación! —¿Cuándo has besado a una persona? —preguntó Brandon. Los pensamientos pícaros se revolvían bajo el rubor de las nubes. —¡Eso no ha ocurrido en esta vida! —respondí— ¿El tuyo cuando ha sido? La sonrisa de su rostro lo delató por completo, llevando así, a contarme sus historias de aquello tan fantástico. 28.08.16 —Tengo que contarte algo —me anime a decir. —¡Está bien, yo te escucho! —dijo Brandon. Muy adentro de la oscuridad, me costo trabajo prender la luz y juntar el valor necesario para encontrar las palabras correctas. Lancé un suspiro profundo, el fresco de la tarde me dio un empujón. —¡Pienso morir este treinta de agosto! —dije sin rodeos y sus ojos se quedaron congelados en el hielo—. He hecho tantas cosas mal. Mis padres han hablado conmigo y, yo, soy un egoísta al no pensar en todo. Me he estado esforzando, no quería caer tan fácil, he luchado bastante, pero, ya no puedo aparentar esto del bienestar. Pienso irme de mi casa, huir lejos a morir a no sé dónde para alejarme de esta vida. No me sorprendió, que su manera de reaccionar fuera tan silenciosa. Fue lo correcto, una parte de mi así lo sintió. El contarle mis planes de muerte, seguro que él no imagina escuchar algo como eso por parte mía en ese día. —¡Di algo, no te quedes callado! —Pero, ¡no sé qué decir! —encogió sus hombros. —Creo que no es tan grave —añadí mirando hacia la carretera. Faltaba poco para cumplir los diecisiete años y yo no sabía cómo reaccionar. Había emoción de por medio, pero también había temor a lo que fuera a pasar. Tengo miedo de mi, de la vida, de las decisiones. Era un chico de dieciséis años al que le gustaba escuchar música independiente mientras que, con los ojos bien abiertos contaba las estrellas de las demás personas. Pensando en todo y en nada a la vez, deseando volver a ser el chiquillo risueño al que no le importaba nada más que solo jugar a las escondidas. Soy un chico que usa anteojos para reír de todo, aunque las risas vayan muriendo lentamente con él. Tengo miedo de decepcionar a todos, sin esperar que todos me decepcionen a mi. "Aún la estrella más brillante, ella está rodeada de oscuridad". 12.09.16 Ese día, recuerdo que terminaba de prepararme un elote. Había tomado un plato y me dispuse a ver cómo jugaban los niños a la canasta revuelta. Jamin estaba a medio camino y me preguntó sobre cierta cosa sin valor alguno. Brandon venía caminando con su playera del hombre araña, pero algo andaba mal, el rostro lo tenía muy sumergido entre sus pensamientos. —¡Brandon! —le dije con animo. Pero era que su rostro estaba triste y yo nunca le había visto así. Como él dijo más adelante, tenía ganas de llorar. —¿Estás bien? —le pregunte. —¡No Kevin! —pronuncio con un nudo en la garganta y de pronto, yo no sabia que hacer. —¿Quieres hablar? —pregunté. Se suponía que eso hacen los amigos, ellos se interesan en tus inquietudes. Y es que todos afrontamos dificultades en la vida, algunos mas que otros, pero siempre hay una gota que colma el vaso. Comenzamos a caminar, salimos de todo lo que era ese momento y nuestros pasos eran tranquilos. He de admitir, que yo no esperaba que Brandon se desahogara conmigo, pero eso paso y fue reconfortante saber que él también luchaba contra algo. Cuando alguien está inquieto de corazón es necesario escucharle con atención. Resultaba ser cierto que la vida nos inquieta a todos, que todos tenemos problemas y que hay estrellas en el cielo para poder consolarnos. Era de noche, las farolas alumbraban nuestros pasos. En casa de los Hernández todos parecían estar perdidos en su propio círculo: comiendo, riendo, charlando de vivencias, conviviendo en grupo, olvidándose de nosotros y nuestros problemas. Pero ellos nunca imaginaron que nuestras sonrisas podían brillar en la oscuridad. —Aveces me gusta más, el estar fuera de casa. Y yo agradezco el tener la compañía de tu familia, de los demás chicos, los Charlys, Adri, Erika, la compañía tuya. Es como si creará mi propia forma de justicia a los problemas que surgen en mi cabeza y todo lo malo que hay, también me olvido de ello. Parecía que el desahogo era un antídoto muy bueno para las inquietudes. —La justicia más cómoda para nosotros está en lo que pensamos. Siempre habrá alguien que intentará hacerte desistir y no importa cuantas cosas te diga para hacerte sentir mal, al final, habrá más personas que valoren tus defectos. Y no es que yo fuera un gran chico, o el que lo sabe todo y tiene excelentes frases o consejos para sus amigos, esto era así: se trataba de una oscuridad que podía brillar para los demás. 29.11.16 Esta juventud que afrontó me es un pesar enorme y mi cabeza ya no sabe que pensar. ¿Se supone que esto es tan difícil? Ya no quiero encontrar más motivos para no rendirme. Quiero rendirme ahora, ya no quiero luchar, pues mi vida se ha vuelto sin norte alguno y todo lo que hago siempre termina echándose a perder. Recientemente, me había enterado de algo que causó cierto dolor en el alma. Ángel había muerto. Que sus ojos se habían cerrado con el humo de las hojas que le quemaban el cuerpo. Ángel había tomado sus alas y las había quebrado para dormir lejos de todo esto, lejos de su madre y de mi. —Es que no dejo de pensar en él —dije nostálgico—. Pudimos haber hablado. Esto necesitaba arreglarse. Pasar por alto lo que nos distanció. Esto termino rompiendo lo que se suponía "era una amistad de aquellas". Supongo que todo hubiera sido diferente. —El hubiera no existe —dijo Brandon. —¡El hubiera existe en mis palabras! —repuse yo. —Pero solo de forma relativa. ¿Qué era lo relativo? ¿Las alas de olvido? —Brandon. El hubiera existe, porque vive en los recuerdos —dije—. Él se ha ido a vivir con el recuerdo. No hizo las pases conmigo. ¡Esto es culpa de ambos! Es tan profundo escuchar más cosas tristes. Un amigo, un hermano adoptado se había vuelto humo en esta vida que continúa con violencia. Me había estado desahogando a solas, con una cuchilla en las manos, pensaba y repensaba en querer irme con el recuerdo. "Habría corazones rotos y una búsqueda extraordinaria de todos mis seres queridos, pero entonces, terminarían olvidándose de mí y solo existiría en un simple recuerdo a la distancia". Mi sentir no es del todo sano y las emociones que cargo son un asco. "Quizá muera con el sol de esta tarde".
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