Detrás de la X

Para todas esas personas que luchan contra la depresión, el desánimo y las ganas constantes de desaparecer de este mundo. Para todas esos recuerdos de las personas que fuimos en el pasado. ¡Para ti que estás leyendo esto, estas líneas te pertenecen! Querido/a lector/a: Un día dejaras de sentirte inundado y al fin podrás sonreír sin miedo al que dirán… La vida, una cosa bella y bárbara a la vez, me ha hecho pensar últimamente en lo desdichado que me he estado convirtiendo. ¿Desdichado? ¡Pues si! Resulta que aún hay noches en las que no puedo dormir y mis desvelos aún no tienen tu nombre. ¡Creo que eso es algo bueno para mí! Cargar con un amor no correspondido es algo sumamente desagradable y hasta mucho daño nos ocasiona en el corazón. —¡Pero no creas que sufro por amor! Obviamente no estoy dispuesto a pagar por ese lujo que no me corresponde probar de forma completa. ¡Que lastima que me guste sufrir por romances mentales! Porque es verdad que sufro casi siempre por amores fugaces y repentinos que solo existen en mi mente. Tal vez te parezca extraño, pero así es la cosa romántica en mi ser y lo tengo que admitir. ¡Me enamoró todo el tiempo! Y mis pobres neuronas intentan no cortarse las venas de tanto hueco emocional que sobra en mi interior. Pero bueno, puedes estar tranquilo porque cuando hablo de enamorarme me refiero a todo lo que pongo en mis escritos y prueba de ello es está carta que escribí desde lo más profundo de mi corazón. ¡También estoy enamorado de ti! —Y yo sigo hablando de amoríos aunque ese no es el objetivo de estás líneas, ya no pienso estar hablando más de mis problemas con el amor. Mejor te hablaré de otra cosa. ¿De que voy a hablar entonces? Presta atención a estás cuestiones: •¿Has sufrido en secreto? •¿Has llorado por alguien? •¿Te ha dolido el alma? •¿Te sientes solo? •¿El corazón te duele? •¿La vida es cruel? •¿Pensaste en quitarte la vida? •¿Por qué hablar de sentimientos? •¿De verdad valdrá la pena hablar de cómo es que te sientes en realidad? •¿(Inserta alguna cuestión que te haga sentir inquieto, escribirlo ayuda.)? ¡Pues no sé! Tal vez te parezca un poco aburrido oír hablar de un chico como yo. ¿Soy un chico? ¡Pues si! ¿Y tú eres? ¡Tú eres mi querido lector que se esconde detrás de la pantalla de su celular! ¿Y por qué rayos es que estás leyendo una nota como está? Bueno, seguramente porque quieres perder tu tiempo conmigo y eso es algo genial. O tal vez porque decidiste querer leer un tipo de literatura diferente a la común. ¡Te lo agradezco! —¡Te amo por eso! Y te lo digo en serio. El que tú estés leyendo esta nota para mí es una ganancia enorme. ¡Gracias por buscar la manera de perder tu tiempo conmigo! ¿De que va a tratar este libro? Verás, este no es un libro cualquiera de Sueñovela, este es un libro bastante personal donde el autor se abre de forma completa ante su lector. Tocaré los contrastes del pasado con el presente. ¿Por qué? Piensa en esto: todos alguna vez fuimos adolescentes, chicos de estatura mediana, acné en el rostro, rasgos no tan definidos y... fuimos un montón de inseguridades. ¡Así es! Algún día fuimos la inseguridad que los demás se negaban a aceptar. Por qué resulta que todos somos defectuosos y dolemos con la misma intensidad con la que también podemos sonreír de locura. ¡Curiosa la vida que nos da unos revolcones bien mecos! —¿Me equivocó? ¡Haber! Quiero que me digas por favor, ¿cuando fue la última vez que te equivocaste? ¿Lo recuerdas? ¿Ves? De eso se trata todo esto. Que nadie es perfecto y que todos nos equivocamos. ¡Así que no te sorprendas en lo más mínimo! Las letras bien acomodadas no son impedimento para que llegues a encontrar alguna falta de ortografía. ¿Y que pasa cuando encuentras una falta de ortografía? La vida es eso. Aprender a aceptar que nuestra gramática emocional también tiene sus faltas ortográficas y no por eso vamos a dejar de querernos. La vida también es escribir con faltas de ortografía y sin ellas; ponerle punto y seguido a esas situaciones que nos hacen sentir bien; y también es saber ponerle el punto final a aquello que nos hace daño. —¿Y que hay del corazón? El corazón tan frágil y lleno de fuerza; un músculo al que cada persona le ha ido otorgando una forma distinta, este resulta ser la vitalidad de nuestras emociones. Latidos constantes, sensaciones únicas y días con vida. —¿Qué cosas te apasionan? ¡Me gusta verte sonreír mientras me observas bailar a todo volumen! ¿Bailar? ¡Obviamente! Me encanta el baile, el karaoke, la comida en los puestos de la noche, estar con mis amigos, tomar fotografías y amo las letras. ¿Las letras? ¡Por supuesto! Me encanta escribir. ¿No te habías dado cuenta? ¡Ya te lo había dicho antes! Mi querido amigo de papel virtual, es aquí en las líneas que mis dedos escriben desde el teclado de mi celular, cosas que me desnudan por completo; porque así es, en mis escritos se me quita el miedo de quitarme la ropa ante la sociedad, que me desnudo hasta que mi piel logra pertenecerle a una persona como tú, una persona qué lee y siente lo mismo que yo. ¡Pues sí! Esto que lees te lo dedico con mucho cariño a ti, querido/a lector. —¿Cariño? El cariño que está vida me ha dado es más grande que mis ganas de querer rendirme. —¿Cuántos años tienes? Estoy seguro de que la edad de una persona no debe definir el sentir de su corazón. Hay personas que son mayores y dicen cargar con el corazón de un adolescente. ¿Te lo puedes creer? Seguro que si el ser humano se niega a no querer envejecer es por alguna razón sumamente importante. Y es aquí donde quiero poder asegurarte que somos instantes. Las personas somos instantes y duramos lo que está vida pueda ofrecernos. —¿Y que cosas nos ofrece la vida? Hay cosas que aún no logro explicarme del todo, cosas profundas y oscuras que los días me hacen vivir. Aún así no pienso volver a caer. No quiero. Mi amor por ti durará lo que tú quieras que dure. ¡Esfuérzate! No todo en la vida es sexo o alcohol. No todo es ficción o drama. No todo es completo o eterno. En esta vida, en este mundo podrido nada es eterno. Por muy lujoso que sea el espacio donde vivas o aún cuando comas los manjares más despampanantes del mundo, nada dura más de lo que la vida te permita. Eres exactamente lo que demuestras. Se demuestra lo que se siente y se siente lo que se piensa. Todo empieza desde la mente y el corazón sale sobrando cuando nos negamos a querer admitir la realidad. Hay cosas francas que necesitan explicarse, situaciones complejas que a veces no entendemos. ¿Por qué las personas son egoístas? ¿Por qué las personas no duran lo mismo que sus promesas eternas? ¿Por qué las personas sufrimos? —¿Puedes mirarme a los ojos con detenimiento y aprovecharte del momento en el que mi pecho sube y baja al ritmo de mi corazón? ¿Qué me dirías? El cielo se ha puesto gris, el viento ha comenzado a inundarme y tú ausencia es algo que agradezco. Las personas tenemos la capacidad de hacer promesas, pero no todos tenemos la capacidad de cumplir con lo que decimos. Tenemos la boca muy grande y desbordamos en palabras e ideales; lamentablemente a veces carecemos de esos hechos que demuestren que lo logramos de verdad. Pasamos toda la infancia en la escuela, nos inculcaron a preguntarnos que hacer con nuestras vidas, nos preguntaban —¿Qué quieres ser de grande?— y dibujabamos con nuestros colores el futuro que nos imaginamos de niños. ¡Que bonita la infancia? ¿Qué ha pasado al crecer? Todos experimentamos cambios y turbulencias fuertes. Nos sacuden. Nos lastiman. Nos hacen fuertes. Fracasamos. Triunfamos. Seguimos. ¡Y lo seguimos intentando! El viento comienza ha hacerse muy pesado de repente y puedo verte frente a mí observando a detalle en qué he fracasado. Bebí. La cabeza me dio vueltas. Reí. Contaron un chiste. Jugué. La baraja era interesante. Amé. Mi corazón quería expresarte su amor y tu boca expreso que la vida no nos quería juntos. ¿Lloré? ¡Si! Si lloré. Pero no creas que lloré por ti. Mis ojos cargaban con muchas emociones que termine como inundación en la ciudad. —¿Cuántas veces nos hemos fallado a nosotros mismos? Nos hemos caído, hemos faltado y hemos hecho cosas que nos remuerden a medida que los días pasan. El cielo comienza a gotear y escucho una sirena de ambulancia acercarse a todo velocidad. ¿Qué ha pasado con la juventud de ahora? ¿Qué nos ha pasado? ¿Qué nos está pasando? Estamos tan heridos que se nos ha olvidado respirar a la realidad. Vivimos en una fantasía, nuestros deseos egoístas son lo primordial y nos olvidamos de las cosas que realmente importan. ¡Nos hemos encaprichado por querer ser alguien en este mundo cuando la realidad es que ni esté mundo se acordará de nosotros cuando no estemos más! La juventud no es basura. No eres basura y eso debes grabarlo por completo en tu mente. Que las cosas no salgan como las planeas no significa que eres un caso perdido. Eres parte del futuro. Lo que hagas siempre te traerá consecuencias. Ya si tú quieres sentirte basura pues ese es tu rollo. Eterna la vida que soñamos y la realidad es la vida que nos abraza. Si tú me amas lo harás porque te nace, si yo te amo será por qué contigo mi alma florece a montones. —¿Y por qué tan crudas mis palabras? ¿Te estoy confundiendo con mi sentir? Al parecer sí y se vale decir que uno está confundido. ¡Todos alguna vez nos sentimos en confusión! Verás, yo escribo esto porque recientemente hablé con un amigo mío y me pidió que escribiera sobre mí. ¿Qué caso tiene? ¿Para que leer sobre mi? ¡Pues la verdad no sé! Pero aquí estoy hablándote de los problemas emocionales que solemos afrontar algunos seres humanos. ¿Qué pasaría si algunas cosas fueran fáciles de expresar? El mundo sería más abierto a confesar sus ideales. Podemos mirarnos un momento, frenar nuestras acciones y detenernos a pensar en la profundidad de nuestros pensamientos. Podríamos crear acuerdos sin lastimarnos más de lo que esté mundo nos ha hecho sangrar. Hay días en los quisiera regresar el tiempo. Volver aquellos años dónde mi infancia era algo increíble. Donde solo se trataba de jugar a las escondidillas o a la casita y tú montón de juguetes era algo que te hacía brillar en casa. ¿Qué ha cambiado en nosotros? Antes jugabas conmigo a qué pintábamos de colores el mundo, y ahora sólo me miras y te quedas bien callada. —¡Dime qué es lo que te pasa! —exclamé frente al espejo— ¿Por qué te has vuelto muy reservado últimamente? El mundo está lleno de problemas. Existen personas capaces de hacer que el mundo sea una bolsa enorme de gas tóxico y vivimos ahí, en ese lugar al que llamamos hogar y que está rodeado de una tormenta de inquietudes. ¿Podríamos mirarnos un instante y decirnos que necesitamos un cambio? Mi vida, alma tuya que piensa y siente, que respira y maldice, dime qué nos vallamos de aquí, grítame que necesitamos salir. Volver a los años de atrás, tomar una malteada de chocolate en la cafetería y bailar un twist mientras nuestros padres nos miran crecer. —Toma mi mano y juntemos nuestros mundos, juntemos lo que no le hemos dicho al mundo. Dicen que la poesía de un escritor siempre es cruda, yo creo que lo crudo está en qué muchos de esos escritos son las realidades que poetas o escritores como nosotros necesitamos expresar con tanta necesidad. ¿Hay confusión en estás líneas? Probablemente porque estoy hablando de muchos temas y parece no haber un punto en concreto. —Pero escúchame bien. ¡Por favor! Te lo pido. Si hablar fuera fácil, ¿por qué no nacemos hablando? Hablar es un reto cuando nuestra voz tiene silencio y no nacemos hablando porque tenemos que aprender que las palabras siempre tienen el poder de transmitir lo que nos define como personas. —¿Qué palabras utilizo el pasado para intentar definirme? Cubrí mi cuerpo desnudo con una sábana. Era suave y me calentaba un poco. Me senté en la orilla de la cama y frente a mi había un espejo. ¿Qué pasaba aquí? Todos veían a un chico que parecía tener una vida bien chida. Veían a un chico de estatura regular, de tono de piel canela y pelo enmarañado; un chico aparentemente feliz de la vida y con una bella familia. Pero la verdadera cuestión aquí era: ¿quién es realmente ese chico que todos ven? En el espejo podías ver la miseria y la tristeza tomadas de la mano, bebiendo del cuerpo de un joven que se esfuerza por todo en esta vida. Veías también a un chico semidesnudo con los ojos abiertos y los labios teñidos en color rojo sangre, las curvas de su cuerpo se mezclan con las ondulaciones de la tela que cubría la desnudez de su alma. —¿Cómo puedo ser esto y brillar cuando estoy con la gente que amo? ¿Por qué me siento desdicha y amargó cuando estoy a solas? Lamentablemente la mayoría de las veces las personas no te dicen en lo que estás fallando aún cuando te ven fallar. Solo te miran, se conforman con lo que saben de ti y no te ayudan cuando necesitas que alguien te ayude. Nadie te dice que deberías hacer cuando nadie está para decirte lo que debes hacer cuando no hay nadie que pueda ayudarte. Y así la adolescencia es algo que se complica cuando nos centramos en nosotros mismos, cuando decidimos encerrarnos por completo en la inestabilidad emocional y nos volvemos egoístas con nuestra propia soledad. En el 2016 decidí escribir y publicar una pequeña antología con sentimientos crudos que afrontaba en mi adolescencia. Hoy después de cinco años decidí escribir el contraste que sufre una persona al dejar de ser un adolescente y así convertirse en un adulto. Por eso agradezco una vez más el que hayas podido leer hasta este renglón, pues aquí es donde comienza Detrás de la X, la versión Deluxe de mi alma desnuda ante ti. —Eterna la vida que soñamos y la realidad es la vida que nos abraza. Si tú me amas lo harás porque te nace, si yo te amo será por qué contigo mi alma florece a montones. Con mucho cariño, para ti querido lector. Atentamente Chico Literario . . . . . . P.S. para Abner: ¡Gracias por alentarme a seguir adelante! Hablar contigo me ha hecho pensar en lo importante de estas líneas. Detrás de la X es esa parte que me pediste escribir para conocer esa parte de mí que casí nadie sabe y por eso está posdata. Tq. ¡Toma agua y que todo fluya con calma!