26 de agosto de 1945.
Niklaus se la pasa mirando por la ventana la nieve caer, pensando en las muchas cartas que realizó y que desecho que eran para Avery, simplemente no podía enviarlas, no si quería que ella siguiera con vida. El correo siempre es impredecible y alguien mas podría tomarlo porque... ¿quien estaria escribiendole a una judia prisiones? seria estupido, la sentencia de muerte para ambos. No sabe cuanto tiempo pasara allí, pero con solo las dos semanas de estar sin verla, siente un cierto abatimiento por la cual ni siquiera a podido dormir, una preocupacion que golpea su pecho y que revuelve su estomago.
El primer día fue mas difícil de lo que pensó, la noche fue eterna al estar solo en la cama, recordó como Avery se sentía a su lado, como su delgado cuerpo se calentaba con el de él. Tuvo que levantarse y salir a cortar un poco de madera para poder alejar los pensamientos de Avery y ademas gastar energia porque si ese solo era su primer día, no iba a poder aguantar los demás. Iba a morirse lenta y dolorosamente.
Después de tres días, sentía que se estaba volviendo loco, todo a su alrededor le molestaba, tanto que incluso mato por puro gusto a uno de sus compañeros, mintió sobre las causas, pero se sintió un poco mejor, aunque no fue lo ideal. Claramente, no fue la mejor idea que tuvo, pero estaba desesperado. El día siguiente un pequeño grupo de revolucionarios soviéticos decidieron atacar, no fue la mejor de las batallas ni la mas grande que tuvo Niklaus, estas personas apenas tenían unas cuantas armas, no fue muy difícil para sus tropas, no duraron mas de una hora por ahí.
Durante la semana Niklaus estaba de encargado de recibir los diferentes códigos que llegan por la radio y luego pasarlos a la proxima base hasta que logre llegar a Casa General, eso le preocupaba mucho, puesto que esas señalas podían llegar a los americanos y rastrarlos. Esos días hubieron muchas perdidas, tanto alemanas como estadounidenses, Niklaus estaba casi seguro que los enemigos se estaban turnando para ver quienes morían y engañarlos, las noticias de que ellos trataban de descubrir sus códigos y que lo habían logrado, eran grandes.
Por alguna razón cada día que pasaba se empezaba a sentir un poco mejor de la falta de Avery, pero eso no quitaba que cada día que transcurría lo hacia sentir mas muerto que vivo...
-¡Necesitamos indicaciones de lo que esta pasando!
Gritos desesperados por la radio lo sacan de su pequeña burbuja, se levanto de inmediato de la silla del comedor y tomo la radio.
-¿Qué esta ocurriendo?
-Señor, tiene que salir de inmediato de la base
Niklaus se dio la vuelta hacia la puerta cuando una fuerte explosión retumbo, tanto que tiro hacia un lado a Niklaus. Niklaus corrió hacia afuera y se encontró con el propio infierno. Fairey Barracuda, una aeronave inglesa, sobrevolaba la base lanzando torpedos, hombres corrían en llamas y los arboles caían incendiados cortando los cables de comunicación de la torre central. No podia creer que se distrajo tanto hasta el punto de estar sordo y no escuchar nada de lo que pasaba a su alrededor.
-Señor...
-¡CUIDADO! -grito Niklaus y corrió hacia su compañero de base, Benjamín
Niklaus lo empujo hacia un lado a su compañero, ya que estaba mas atento a los enemigos que a lo que pasaba a sus espaldas, el árbol cayo a centímetros de ellos.
-¡No pierdas de vista nada! -le reprendió a Benjamín
-Si, señor, muchas gracias
Niklaus corrió de regreso a la cabaña para tomar su arma, pero justo enfrente de él, cayo un soldado prendido en llamas, no tuvo tiempo para detenerse del todo y cayo encima de su compañero, su uniforme se incendio de inmediato, el fuego atravesó la tela y las llamas tocaron su piel.
Otros soldados lo ayudaron a levantarse y lo dejaron en la tierra, y rápidamente le ayudaron a apagar el fuego, mientras que gemía de dolor por como sentía que se cocía su cuerpo.
-¿¡Señor!? ¿¡Me escucha!? -grito uno de los soldados que le ayudaban
-Si, solo...mierda... -Niklaus tiro su cabeza hacia atrás con un mueca de dolor -¿donde mierda esta mi arma? -gruño
-Arman, le trae agua, señor, lo moveremos hacia un mejor lugar
-Quiero ayudar...denme una maldita arma
-No se preocupe, señor, es usted el que principalmente debe sobrevivir, solo dígame ordenes y yo hare que todos lo escuchen, usted no puede morir, son ordenes
Levantaron el cuerpo de Niklaus y le llevaron hacia la cabaña. Alguien dejo caer agua en todo su cuerpo y sintió un alivio enorme, aunque le ardió. Detlef encendió la radio y la coloco cerca de la boca de Niklaus.
-Dejen de atacar, es imposible ganarles...solo estamos perdiendo a mas soldados, no tenemos un equipo aéreo disponible para nosotros, escóndanse y protéjanse, pronto se irán...lo prometo -dijo Niklaus -no quiero perder mas hombres
Detlef se acerco el radio y dijo: "Ya escucharon, busquen una cueva o un roca grande".
-¿Esta seguro de esto, señor? -pregunto Arman
-No, pero prefiero quedarme con mas de la mitad de mis soldados vivos que verlos intentar algo imposible, tienen torpedos, maldición -gimió Niklaus -tengo que hablar con Adolf
-¿Quiere que le traiga el teléfono?
-No, primero tengo que revisar los daños por aqui -se señalo así mismo
-¿Le ayudo?
-Solo llévame al baño, lo hare yo mismo, luego verifica quienes son los vivos y quienes son los muertos
-Si, señor
Detlef levanto por su cuenta a Niklaus y lo llevo rápidamente al baño, donde lo dejo sin decir una palabra. Niklaus alcanzo un botiquín y como pudo, empezó a quitarse la ropa, se levanto despacio y se miro en el espejo. Sus quemaduras no eran tan graves, la mayoría de primer grado, solamente tenia una en el muslo de segundo, podía ver que pronto saldrían ampollas en esa zona. Niklaus se limpio las quemaduras y luego se puso una crema, para después taparlas con unas gasas.
Niklaus se levanto como pudo y se detuvo del marco de la puerta, gruño, le dolía y ardia hasta mas no poder, pero debía de ser fuerte, el estaba al mando; apretó los dientes y camino con lentitud hasta el comedor, se sentó rápidamente en una silla y tomo el teléfono.
-¿Si?
-Señor, habla el Sargento Gallagher
-Niklaus, ¿Qué esta ocurriendo allí?
-Están acabando con nosotros, señor. Di la orden de retirarse, esperando a que ellos se larguen de aquí
-¿Quiénes son?
-Ingleses
-Ese hijo de puta de Churchill, voy a matarlo. ¿Cuáles son las perdidas?
-Aun no lo sabemos, eran malditos torpedos
-¿Tu te encuentras bien?
-Lo estaré
-Bien, avise cuando tengas la cantidad de perdidas
-Si, señor
-Empezare a formar tropas para contra atacar, ¿cuento con usted?
-No esta vez, señor
-Me voy -colgó
Niklaus se recostó en respaldo de la silla y suspiro, afuera parecía un infierno. La cabaña estaba debajo de una enorme montaña de roca, se podía ver por tierra, pero desde arriba parecía una simple montaña. Esta seguro. Niklaus se levanto y prosiguió a ir a su habitación, tenia que ponerse ropa, Detlef y Arman lo habían dejado desnudo.
No se preocupo en ponerse otro uniforme, solo se metió en unos pantalones y se paso por la cabeza una camisa blanca, tomo su arma y cojeando se acerco a la ventana. La mayoría de sus soldados se habían ido, pero otros aun daban vuelta.
-Serán pendejos
Niklaus se apoyo en la pared y apunto a uno de sus soldados que estaba disparando a la nave, le disparo y cayo de inmediato.
-Lo siento, amigo, es mejor eso a que tiren mas torpedos -Niklaus hizo lo mismo con otros dos y luego, saco unos binoculares y observo la aeronave hasta que desapareció. Niklaus busco rápidamente su radio: "Salgan de donde estén en unos 10 minutos y vengan aquí, si hay heridos resistan un poco, no quiero que nos arriesguemos mas".
27 de agosto de 1945.
-Fueron 71 muertos -dijo Niklaus
-¿Creé que regresen, señor?
-Si, lo creo -asintió Niklaus pensativo -no serán los únicos, estarán al pendiente de este lugar ahora que saben que lo custodiamos
-Quizá deberíamos...¿movernos? Ir mas al Este
Niklaus negó con su cabeza.
-No podemos, estamos...en el lugar exacto, estratégico...claro, antes de que nos encontraran los malditos ingleses
-Señor...
-Si, creo que deberíamos movernos, pero no podríamos dormir en ningún lugar, seria demasiado peligroso
-¿Qué sugiere, entonces?
Niklaus se quedo en silencio por un momento.
-Moveremos las carpas para que se acomoden debajo de arboles, detrás de arbusto, camúflenlas, hagan lo que puedan, redúzcanlas a menos carpas, una para cada uno es demasiado lujo para estos tiempos, duerman en parejas y si son delgados, y caben tres, pues háganlo, los 128 soldados tienen que parecer menos de la mitad ¿Entendieron?
-Si, señor
-Empiecen ahora, para en la noche ya todo debe estar listo, estaré supervisando por si ponen alguna en un mal lugar
Los que estaban, asintieron.
-Den la orden por mi, váyanse
Todos se despidieron con "Hail Hitler" y dejaron solo a Niklaus. Al estar el solo, cerro los ojos y respiro profundo, no habían dormido la noche anterior, Adolf había enviado varios camiones para llevarse los c*******s y habían pasado la noche cargándolo, aunque el puesto de Niklaus solo era verificar por nombre a cada cuerpo. El teléfono sonó cuando se empezaba a quedar dormido sobre la mesa y lo tomo con pesar:
-¿Hail Hitler?
-Niklaus, culo de mierda
-¿Lud?
-Si, ¿a quien mas le pertenecería esta dulce voz?
-Te crees una gran cagada -resoplo una risa Niklaus
-Uh, soy una gran cagada -colgó
Niklaus se rio.
-¿Qué demonios?
El teléfono volvió a sonar.
-Aquí Otto
-Bien, alguien cuerdo -Otto rio
-Si, sobre eso, Lud creo que solo esta cagado -Niklaus rio -te llamábamos porque queríamos saber si estabas bien, Hitler solo informo sobre el ataque y nada mas, hablamos con el, pero no quiso decir nada
-Me queme...un poco, nada grave, pero dolía y ardía terrible ayer, hoy mi cuerpo se siente mejor
-Que bueno escuchar eso, amigo
-Si. Como...
-Oye, espera, te pasare a Verner, creo que esta noche me cambiaran de lugar, te veo pronto, no mueras aun
-Hare lo que pueda
-Así que estas vivo
-Hola, Verner
-¿Estas bien?
-Aquí es horrible, no aguanto por largarme
-Ya casi, compañero, solo resiste un poco mas
-Es fácil decirlo para ustedes...
-Las cosas aquí no están muy tranquilas tampoco
-¿Se encuentra bien?
-Si, lo estoy, gracias
-Uh, sabes a quien me refiero, se que tu estas bien
-¡OH! Si, creo, no lo se, se ha vuelto muy amiga de Otto, hablan seguido, se ve bien, no hemos permitido que nada le pase, siempre estamos observándola
-Bien...
-Te extraña si es lo que querias saber
-Odio esto
-Lo se, pero ya pasara, pronto nos la llevaremos de aquí, pronto estarán juntos
-Eso espero -Niklaus escucha un golpe en la puerta -tengo que irme
-Hasta pronto
Niklaus tiro el teléfono en la mesa y se levanto para resolver el obvio problema que tenían todavia.