Unos días después de esa charla, recibí una llamada de larga distancia. El identificador me robó una sonrisa.
-Hola, Tincho- sonríe grande con su novio a su lado- ¿Cómo va todo por casa?
-Hola, Noe. Jefe.
-Deja de decirme jefe, Martín- me señala a través de la pantalla- o voy a terminar despidiendote.
-Como digas Matías. ¿En qué soy bueno, amigos?
Intercambian una sonrisa con los dientes expuestos.
-Viste que me pidió casamiento- me recuerda- Entonces, tuve una idea maravillosa y te necesitamos.
-Para lo que quieran. Saben que son mis amigos y voy a estar para lo que necesiten.
-Te necesitamos acá en febrero- suelta Matías.
No comprendo y ellos esperan una respuesta, aun.
-¿Ahí en Uruguay?- asienten a la vez- ¿Para qué?
-Para que seas mi padrino de bodas, Martín- Mat rueda los ojos exasperado y me hago al silencio- Eres mi único amigo y ella elige la madrina.
-No se que decir- rasco mi nuca- Me sorprendieron. Estemmm ¿Gracias?
-No, no. No preguntes. -Noemí parece ofendida- Tienes que decir ¡Gracias amigos! ¡Ahí estaré sin falta!
Largo la carcajada por sus palabras. Es tremenda.
-Puedes traer a alguien, si quieres, pero queremos que estés acá.
-No tengo a nadie, Noemí- le recuerdo- ¿a quien voy a llevar?
-Una amiga o lo que sea. Solo quiero que vengas y seas nuestro padrino.
-No puedo negarme ¿cierto?
-No puedes, no- dicen al unísono.
-Tienes que venir con tiempo para hacer tu trabajo, Martín.
-¿Qué trabajo? En realidad no se nada de esas cosas,- admito- asique vas a tener que explicarme antes de que me sumerja en Internet a averiguarlo por mi mismo.
Me detalló mi función, me aclaró que no habrían ensayos y esas cosas y que me esperaban sin falta al menos una semana antes de la boda.
Enero lo pasé recorriendo las pirámides con Tahina. Le conté de la boda, de mis amigos y de quien estaría allí.
-Tienes tu oportunidad para hablar con ella.- sugiere tranquila mientras tomamos un café- Ahora todo está más tranquilo.
-Dijimos que no íbamos a hablar de ella, Tahina.- suspiro fristrado y ni siquiera la dejo pensar- ¿Porque le daría la oportunidad de volver a humillarme?- inquiero ofendido de su sugerencia.
-Porque todos nos equivocamos, Martín.
-No fue una vez sola. Te lo recuerdo por si se te olvida.- a este punto ya me encuentro enojado- Lo hizo desde que nos conocimos y no va a cambiar.
-Ya- levanta sus manos- Deja de enojarte. Vamos de compras que mi novio nos espera.
Rodé los ojos, pagué la cuenta y la seguí a paso tranquilo.
Su novio Eric, nos esperó en una tienda de trajes. Un morocho más alto que yo, lleno de músculos que usa para pelear en la MMA. Se está preparando para pelear por el cinturón de campeonato de semi pesado o algo así. No me gusta la violencia y se ha dedicado a explicar que no lo hace fuera del octagono. De echo es ilegal y lo procesarían si lo hace.
-Tendrías que probarte un look como ese- Tahina señala a su novio.
Vaqueros azules, remera informal y camisa abierta por delante.
-No lo creo- observo prenda por prenda y me recuerda a alguien- Eso usa el idiota de Victor.
-Las camisas de manga larga, están pasadas de moda si no es para un evento formal- Eric me detalla- Eres joven y tienes un cuerpo proporcionado. Si no te gusta andar sin camisa- levanta un hombro- deberías escoger al menos, las de manga corta.
-Ya me lo habían dicho, pero me niego a cambiar mi forma de vestir para agradar, Eric.
-No vamos a entreverar las cosas- dice ella- Una cosa es querer cambiarte por completo y otra es ayudarte a que te sientas más seguro.
-Yo creo que solo te escondes para no llamar la atención- espeta su novio.
-Tal vez- admito- No quiero que me comparen con esos idiotas que se creen mejor porque visten bien.
-Te aseguro, amigo- él se acerca y presiona mi hombro- que aunque te vistas como ellos, eres mucho mejor.
-Es verdad. Eres noble, amable, humilde y honesto. ¿Qué más se puede pedir en una persona?
Su discurso me estremece. Quizá no ser tan nerd, pienso para mi y me lo callo.
Me sumo en mis pensamientos reflexionando que tal vez, acepte sus sugerencias. Solo tendría que dejar las camisas de manga larga a un lado, ya que ropa no me falta.
-Amor. - la voz de Eric me saca de mi ensimamiento- ¿Qué vas a hacer mientras estoy de viaje por la pelea?
-No lo sé, amor. ¿Cuánto tiempo estarás en Rusia?
Yo sigo escuchando su charla no tan privada.
-Un mes completo para adaptarme al clima e hidratarme para llegar al peso. ¿Vas?
-No puedo irme un mes completo. Como mucho diez días, porque mamá y papá se van de crucero y quedó con mi hermana.
-Te compro el tiquet de avión si quieres ir durante esos días, Tahina.
-Tu vas a estar ocupado con tus cosas y eso- hace un mohin- No quiero que te distraigas, sino- pasa las manos por su pecho- no vas a ganar.
-Me apena que te quedes sin viajar, bombona.- se besan- Menos mal que al menos tienes a Martín para acompañarte. ¿Cierto?
-Oh. Si. - acoto cuando me miran- Le debo unas clases de computación para usar la nueva aplicación de diseño.
-No vas a poder hacer eso, Martín. Aunque pensándolo bien- se gira hacia su novio y asienten sonriendo- si puedes hacer otra cosa.
-Ya me comprometí a ayudarte antes de que vuelvas a la universidad y voy a cumplirlo.
-No vas a poder porque la semana que viene estaré con Eric, la otra estarás de viaje tu y las últimas dos tengo que estar cuidando a mi hermana y controlando el campo de tulipanes.
-Te puedo ayudar en el campo y en los ratos libres te enseño- sugiero.
-O puedes llevarla contigo a Uruguay, recorren y conocen y ya de paso aprende de esa cosa de diseño.- menciona él moviendo sus manos, guiña un ojo.- Y evitas a tu chica
-Se llama aplicación, Eric- corrijo- Y tampoco me parece usar a Tahina de ese modo.
-No me estarías usando porque yo iría encantada.- espeta en pose ofendida- ¿Sabes lo lindo que es conocer otros lugares?
-No lo sé. Tendría que pensarlo.
-Pues no te demores, amigo. Faltan pocos días y no vas a conseguir boleto- Eric comenta al paso- ¿tienes ya los boletos?
Estoy emocionado por mis amigos, claro que si. En mi capricho por evitar lo inevitable, o sea volver a verla, retrasé todo eso.
-Aún no- admito.
-Entonces vamos por ello.- Eric paga su cuenta y toma la mano de su novia- Te voy a pasar el contacto de un remix para que tengas en que noverte.
-Te agradezco. Lo que menos pretendo, es molestar. Demasiado tienen con los preparativos.
En el camino a la aerolínea, voy recapacitando sus palabras. Ellos me hacen repensar demasiado.
No es mala idea ir acompañado.
Me daría una escusa para reducir el tiempo a solas con ella, una para regresarme antes y una distracción para no sentirme solo.
A ella le daría la posibilidad de compartir con mis amigos, conocer otro país y no sentirse tan sola sin su novio.
Eric estaría tranquilo de darle sus vacaciones y podría concentrarse en entrenar.
Les comunico que estoy de acuerdo con ellos y le pido delicadamente, a el que le permita acompañarme y a ella también.
Al final, unos días después, ambos abordamos un avión para Uruguay y su chico un Jet privado directo a Rusia