26 Martín

1415 Words
Vamos a decir que Eric, sin exagerar, es un obseso del control. Al bajar del avión, pasar el área de desembarque, la aduana y finalmente acercarnos a la salida, nos encontramos a un señor en traje formal y un cartel con nuestros nombres. -Buenas tardes. -señalo el cartel- Somos nosotros ¿algún problema? -No, señor. Permitame que me presente.- extiende su mano a cada uno y se la estrechamos- Vengo de parte de Eric Vallejo para entregarles esta llave- nos tiende la llave de un auto- Siganme por favor. Sin esperar respuesta comienza a caminar, nosotros nos miramos y comenzamos a tirar de las maletas para seguirlo hasta la salida y luego por el estacionamiento del aeropuerto. Se detiene frente a un auto azul marino estilo deportivo. -Los papeles del seguro y la propiedad están en la guantera- abre el compartimiento y nos muestra un sobre plastificado en color rojo- Tiene el tanque lleno y el código QR cubre diez pases por los peajes. -Estemmm- rasco mi cabeza sin saber que hacer y por lo visto, mi acompañante tampoco lo sabe ya que levanta sus hombros- Dígame cuanto le debo. -Está saldado hasta una hora antes de la salida del vuelo- extiende una tarjeta blanca- Me llama a ese número y vengo por las llaves o por cualquier otro inconveniente. -Gracias, señor. -Tahina guarda su maleta con una sonrisa y hago lo mismo. -Tu novio es increíble.- espeto- ¿No te había dicho nada? -No en realidad. Me dijo que me tenía una sorpresa porque no tenemos que pagar el hotel o algo asi- volea sus manos al aire. Durante el camino lo llama para agradecerle y yo lo hago con Noe para que me pase la ubicación exacta de su casa. El camino no es corto. Pasamos por varias ciudades, dos peajes, unos siete puentes, incluido el que parece a olas de mar que tanto aparece en Internet, vimos mucho campo y llegamos al anochecer a una casa llena de gente. La ruta está repleta de radares de velocidad y se me hace extraño, ya que en casa no hay tanta regla y se maneja más fluido. -¡Tincho!- Noe me abrazó emocionada- ¡Llegaste! -Llegamos- informo- Ella es Tahina. Una amiga que me chocó en pleno shopping. -Un gusto, pero pasen, pasen. - la seguimos por una entrada preciosa con mucho verde- Esta es la casa de mi tío Darien y donde vamos a hacer la boda. -Creí que era la tuya- comentó incómodo de quedarme en la casa de otra persona- Podemos quedarnos en un hotel, Noe. -Nada de eso- niega de inmediato- Hay suficiente lugar para todos y no estamos tan lejos. Tahina mira el lugar fascinada mientras yo recorro el rostro de los presentes. -Martín, bienvenido- Brandon se acerca a nosotros- Ven que te presento a la familia. Darien y Tamara, sus hijos Agustin y Camila. -Un gusto conocerlos- estrecho sus manos antes de presentar a mi acompañante- Tahina, mi amiga. -A Mauricio y Rosi ya los conoces, pero ellos son sus hijos Alberto y Gigi- menciona cuando nos acercamos a los que suponía, serían mis suegros a esta altura. -Un placer volver a verlos- espeto para repetir el proceso de presentación. -Y ella, por supuesto, la hermosa madrina que ya conoces. - mira su celular- Ya vengo que mi esposa me necesita en la cocina. -Buenas noches- saluda observándonos. Tu puedes, me aliento. Neutral como siempre, me exijo mentalmente. -Alfonsina, la futura madrina de bodas de mi amiga Noemí y de su bebé- la señalo sin acercarme mucho- Alfonsina, ella es Tahina, una amiga. -Un gusto conocerte- parlotea Tahina con una sonrisa. -Igualmente- sonríe tensamente y se desaparece por un pasillo. -Es hermosa, Martin- secretea para no ser escuchados. -Creí decírtelo.- suspiro antes de hacerle señas con la cabeza.- Vamos a buscar a Matías que no lo vi. -Espero que quieras acompañarme a jugar a la play, Martin- Salvador, el hermano de Noe, se cruza de brazos frente a mi. -Vine para la boda de tu hermana, pero podemos hacerlo, si. - le dedico una sonrisa. -¿Ella es? -Perdón. Tahina, mi amiga. Tahina, el es uno de los hermanos de Noemí. -Ah, genial. Es un gusto conocerte- lo ve y luego gira su rostro- ¿Cuántos hermanos son? -Vengan que estamos todos en la cocina- nos hace seguirlo sacudiendo una mano- Ella es Milagros, mi melliza y él es el tonto Germán.- apunta con su dedo a los dos niños- Y está señora de acá, mi hermosa mamá. -Martín. Que gusto verte de nuevo- Less toma mi hombro para besar mi mejilla- Querida, un gusto conocerte. Soy Less, la mamá de Noe. -El gusto es mio, señora. Tahina, la amiga de Tincho.- se autopresenta- Gracias por darme hospedaje. - Primero, deja eso de señora- se sacude con la nariz fruncida- Y luego, es un gusto recibirlos a ambos. -¡Pero miren nada más!- giro mi cuerpo al escuchar la voz de mi amigo- El padrino se dignó a hacer acto de presencia. -Matías- lo abrazo- Llegué justo como estaba pactado. Déjame que te presente a mi amiga, Tahina. Nos quedamos hablando de todo un poco, molestando a Brandon por lo celoso que es, Tahina haciendo buenas migas con Milagros y Camila, conociendo más de Noemí y conociendo nuestros cuartos que por cierto, parecen echos para la realeza. Al día siguiente, Noe nos vino a buscar para mostrarnos su casa, darnos un recorrido por el campo donde quedaban rastros de las flores amarillas, aquellas que aún están intactas en la foto que me mandó Alfonsina. Fuimos a la ciudad todos juntos para conocer donde van a tener sus oficinas, mostrarnos las hermosas playas y por supuesto, buscar los trajes para el gran día. Entramos a la tienda los dos juntos, mientras las chicas iban por otras cosas. Se probó todo lo que le sugirieron hasta que quedó satisfecho. Luego fue mi turno de hacerlo. -Te queda bien el traje, Martín- comenta acomodando la solapa de mi traje y alejarse- Estoy acostumbrado a verte con camisas, pero esto- guiña un ojo y junta su pulgar e índice. -Me siento raro- refuto en una queja - Es como demasiado formal. -Cuando estas esperando el momento de unir tu vida con la personas que amas, no importa cuan formal es el traje- se acerca a mi nuevamente con los ojos cristalinos- Enserio gracias por estar acá. -De nada, hermano. Los estimo mucho y es un placer ayudarlos con esto. Antes de regresar, fuimos a recorrer un poco. -Este país es hermoso, Martín. Eric quedaría encantado de conocer este lugar- comenta observando la casa del pintor Carlos Páez Vilaró- Sería un hermoso lugar para pasar la tarde. ¿Te imaginas el atardecer? Suspiro imaginando la mezcla de colores en el horizonte, unidos al sonido de las olas rompiéndose entre las rocas y el olor a salitre perforando mis fosas nasales y querría tener toda una boda para verlo con mis propios ojos. -La verdad que sí. El día que fuimos a hacerle la ecografía a Noemí, a mi amiga se le ocurrió que el campo la inspiraba a diseñar. -Yo me quedo con Less- espeta mi amiga, cuando vamos por Noemí- Esto es demasiado inspirador. Anda, cuéntame que más. -Bueno, esta casa la diseñé yo. Me gusta... Y deje de escucharla cuando Alfonsina aparece y habla a un lado, parada justo frente a su amiga. -Estoy lista para saber si es ahijado o ahijada. -No me simpatiza tanto que ustedes sepan y nosotros que somos los padres, no podamos- se queja Matías. -Accediste, asi que ahora nos toca aguantarnos, cariño- reconoce Noe -Solo tu accedes a las locuras de Alfonina, amor. -Ella lo prometió- mi loquilla la señala mirando a nuestro amigo- No les queda de otra que cumplir con mi petición, porque yo también accedí a otras cosas ¿Verdad amiga? Noemí rueda sus ojos exasperada y recibí la indirecta, no tan indirecta. Miro a Tahina suplicante, pero ella me ignora como las mejores. 'Para amigas como ella, justo en esta ocasión, ¿para qué necesito enemigos?' pienso en mi mente siguiendo a Matías a la camioneta. Intenté irme en el vehículo que nos trajimos, pero se negaron rotundamente. -Ustedes van a saber algo que nosotros no, asi que se comportan como adultos y se aguantan- decreta Noe, pasada de hormonas. Nadie en su sano juicio se pone a discutir con una embarazada. No iba a ser el primero.
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