28. Martín.
El día de la boda, hice lo mismo que venía haciendo hasta ahora aunque me doliese hasta respirar. Ignorar a la persona que no me quería cerca y que yo amo.
Creo que el momento más incómodo de todos estos días fue cuando descubrimos que esperábamos a nuestra ahijada.
Con solo ver la imagen, no necesité palabras. Un nerd siendo nerd, desde que supe de la idea de saber que es anyws que los demás, me motivó y me dediqué a buscar información mientras le enseñaba a Tahina sobre la aplicación de diseño.
Tomó todo de mi no abrazarla. No besarla. Manteniendo la distancia que recuerdo que pidió. Evitando hacerla sentir incómoda y centrarme en disfrutar de la experiencia de estar en otro país e interactuar con su gente.
Son todos geniales. Los chicos son todo un tema y bromearon con Tahina sobre ser novios. Cuando mencionó quien es su novio, se les fue el color de la cara.
Pequeños pilluelos.
El día de la boda me retracto de mi desición de seguir su petición.
No puede haber nada peor que tener a la persona que amas entre tus brazos, sentir su calor atravesando la fina seda lila que cubre sus pechos, caderas y media espalda y no poder besarla como deseas.
Agradecí muchísimo que las parejas rotaran y me fui a seguir bromeando con los chicos.
No puedo decir que no me divertí. De echo, hace mucho que no me divertía así. Bailé, bromee y encima probé cosas deliciosas.
Tahina me hacía señas, me habló de que ella me miraba y negado y aún dolido por sus palabras, no la ví ni una sola vez aunque moría u no solo por verla.
Ya estamos a nada de volver a casa. Saqué un montón de fotos para mostrarle a nana y mamá.
Cuando me reciba, mis primeras vacaciones, van a ser a Punta Ballena. Quiero ver los amaneceres y atardeceres ahí.
A dos días de irnos, nos sentamos a llamar a Eric. Mañana pelea y queremos verlo, que sepa que lo apoyamos desde la distancia.
-No sabes cuanto te extraño amor- Tahina parece a punto de llorar- Y no sabes.- su emocion es evidente al hablar. Yo la escucho mirando sus expresiones mutar constantemente- Este lugar es increíble y tenemos que volver en el futuro.
Eric ríe de su novia tranquilo. Mira entre uno y otro y luego desvía su vista hacia nuestra derecha.
-Tu debes de ser Alfonsina- dice de pronto en esa dirección.
Roto mi cuerpo y me enderezo detrás del sofá donde me apoyé para hablar con él.
Con pasos cautelosos y las mejillas rojas, se acerca a nosotros, se para detrás de Tahina y levanta la mano.
-Si. Un gusto- murmura
-Eric. - se presenta mi amigo-El novio de Tahina.
Por una razón que desconozco, se hace un silencio que pesa mucho. Miro la pantalla, a Tahina y de nuevo, evitando su mirada hasta que alguien más atraviesa la puerta como un rayo y ya no puedo hacerlo.
-Oh. Justo a quienes estaba buscando.- Mauricio parece aliviado de encontrarnos en el mismo espacio- Martín, Alfonsina ¿Me acompañan por favor?
-¿Algún problema, Mauricio?- consulto preocupado ya que tenemos una embarazada en el lugar.
-Necesito hablar con los dos en privado, por favor. - responde serio y seco.
-Iba a hacerlo, papá.- Alfonsina parece preocupada- No tenias que.
-No importa, muñeca. La familia es para apoyarse y esta ocasión no es diferente.
¿De qué me perdí? pienso mientras los sigo, saliendo de la finca de Darien, siguiéndolo hasta su auto.
Parece grave. Su cara dice que es grave. ¿Qué está pasando? ¿Porque Alfonsina parece avergonzada y asistada a partes iguales?
Quizá su padre descubrió que salimos o lo que sea que halla sido. Tal vez piense que no quise dar la cara y piensa que dejé a su hija por eso. ¿Me dejó porque le doy vergüenza?
No se a donde nos dirigimos. Solo sigo su instrucción cuando me indica que suba al auto y hace lo mismo para su hija.
-Suban- murmura abriendo las puertas de la derecha.
-Ve delante- comento para Alfon y cierro su puerta cuando sube.
Me siento, ansioso y nervioso.
Pese a que atraviesa los caminos como si alguien estuviera muriendo, maneja tranquilo. Pasamos junto a la finca de Brandon y conduce un poco más allá.
-Bienvenido a mi casa, Martín. -Mauricio intercambia una mirada en el espejo retrovisor. - Los niños quedaron con Brandon, asi que adentro.
-¿Mamá está, papá?
-Si, muñeca. Nos espera adentro- comenta pasando su brazo por el hombro de Alfonsina- Sígueme Martín. Somos pocos pero buenos.- trata de bromear.
Sigo sus pasos por una casa de tamaño moderado, una sola planta, palmeras de interiores aportando vida silvestre en abundante verde, y una cocina de buen tamaño.
-No hablaste ¿cierto?- dice Rosi al vernos llegar.
-Saluda primero mamá- se queja Alsonfina- no me dieron tiempo ni de saludar y este hombre- señala a su padre ofuscada- aparece a traernos de a rastras como si fuéramos niños del kinder.
-Hola, Martín- Rosa me saluda de beso y señala hacia la sala- Vamos a sentarnos.
Padre e hija, mantienen una guerra de miradas.
-Dijiste que ibas a dejarme pensarlo, papá.
-No, no. Estoy muy viejo para pasar por lo mismo tres veces, Alfonsina y ya suficientemente grande eres, para evitar lo inevitable.
-¿Pueden dejar el teatro?- reprende Rosi intercambiando miradas entre ambos- Martín va a pensar que estamos todos locos.
-Aquí la loca es Alfon- señala a su hija.
-Aquí el loco es papá- ella señala a su padre.
-Evidentemente soy la única cuerda de la familia- su madre se friega las manos en sus rodillas- ¿Café, agua, mate, refresco?
-Café, si es tan amable- comento apenado porque es justo lo que iba a preparar antes de ser prácticamente secuestrado.
-¿Con leche y azúcar?- inquiere poniéndose de pie.
-n***o y sin azucar- mencionamos Alfonsina y yo al tiempo.
-Muy bien - Mauricio de deja caer en el sofá- ¿Quién empieza?
-No se exactamente porque estoy acá, Mauricio.
-Oh, cierto.- une sus manos- Estas acá para empezar, por una disculpa.
-¿Disculpe?- ¿de que me debo disculpar? pienso.
-No, no. Tu no- niega y apunta a su hija- de ella.
¿Estoy en algún mundo alterno? ¿Me dormí y estoy en una pesadilla? ¿Me drogaron en el camino?
-No tenemos toda la vida, Alfonsina.- su madre ingresa con Café para todos y se sienta junto a su esposo- Si no hablas tu, lo haremos nosotros y sabes que tu padre no tiene filtros.
-Tienes razón, ma- respira profundo y me mira con los ojos brillosos, con miedo y tristeza- Quiero que me perdones por todo lo que te dije e hice.
-No es necesario Alfonsina. Solo dijiste lo que pensabas y...
-Ese es el tema- me corta- No es lo que yo pensaba, de echo pienso todo lo contrario.
Se para y hago lo mismo mientras se pasa para atrás del sillón como si fuera su escudo personal.
-Pienso que eres sumamente inteligente, sensible. Que eres capaz de hacer todo lo que te propongas porque todo- forma un círculo con sus brazos- Todo lo haces bien.
Carraspeo incómodo por el doble sentido que se puede interpretar con esa simple palabra. Desvío la mirada a sus padres que se miran sonriendo y levantando y bajando sus cejas, aparentemente divertidos.
Si me llegan a preguntar, no voy a negar que pasó algo. Luego, frente a toda la universidad, me dijo que ni para eso servía.
-Todo es todo, Martín- la veo nuevamente sin abrir la boca cuando extiende una mano abierta y toma un primer dedo- Eres el amigo más leal que uno puede tener, eres divertido, atento, eres inteligente y dedicado para cada- se estiende para soltar la palabra 'cada' como si fuera demasiado importante- cosa que te propones.
Toma una respiración profunda, niega con su cabeza y sonríe, llora y niega a la misma vez antes de continuar.
Yo hago un puño con mis manos, dentro del bolsillo de la bermuda para no correr a secarselas, porque por más que esté disculpándose, siempre voy a hacer lo que ella quiere y pidió espacio y se lo daré.
Solo puedo escuchar lo que sea que quiera decir y marcharme en el caso de que todo siga tal y como está.