CAPÍTULO NUEVE Angelica descubrió que disfrutaba mucho de la libertad que daba cabalgar sola. No había necesidad de cabalgar en un carruaje tambaleante con espacio para doncellas y damas de compañía demasiado delicadas para montar a caballo. No había necesidad de cabalgar con las piernas a un lado, como habrían exigido los buenos modales si viniera de una cacería. Incluso su ropa de montar era una mejora perceptible en cuanto a los habituales confinamientos de la corsetería y los vestidos firmemente atados. Después estaba la perspectiva de deshacerse de Sofía al final de todo esto. Esto solo ya era un pensamiento placentero. Por supuesto, había inconvenientes en el viaje. A Angelica no le gustaba estar lejos de Ashton durante mucho tiempo, pues no tenía ninguna duda de que las otras muj