I

1581 Words
Desperté y la sensación de suavidad recorrió mi cuerpo, estaba recostado sobre una cama muy cómoda y cubierto por una sábana de seda color verde oscuro. Cuando estuve ya consciente, me senté bruscamente recordando lo ocurrido. Toda sensación de paz desapareció, ¿Dónde estaba?. Me observe y no estaba vestido, claro... estoy en mi forma humana y mi ropa había sido desgarrada al convertirme en lobo. Pero no era tiempo de pensar en eso, estaba en un lugar donde nunca antes había estado. Olfateé un poco y el olor a menta chocó contra mis fosas nasales, el aroma era delicioso pero también venía con una sensación no muy agradable. El peligro estaba junto a mí ultimamente... —Despiertas al fin— Asustado miré a mi derecha y me encontré con aquel hombre del río. Ya sabía dónde estaba. Pero pregunte de todas formas, mi voz quebró al hacerlo, y él solo me sonrió. Acercándose. Menta... —¿Tu nombre?— Me preguntó mientras tomaba de mi mandíbula, su tacto era frío. Con total nerviosismo respondí como pude —Jamie Park— —No te asustes, Jamie— Su dedo índice se posicionó en mis temblorosos labios, empezó un recorrido suave y yo no dude en alejarme. Me envolví en la sabana y baje de la cama del lado izquierdo. Busqué una salida y allí estaba la puerta, pero antes de que pudiera girar la perilla aquel ser se apareció rápidamente enfrente mío. Su mirada me aterraba, no estaba como hace unos segundos, se notaba que lo había enfurecido, demasiado. —Primera regla: no tienes permitido salir, segunda regla: no debes hablar con nadie, tercera y última regla: no me desobedezcas, o tendré que castigarte. ¿Entendido cachorro?— Llevó su mano a mi cabeza, lo próximo que sentí fue un fuerte dolor ya que mis cabellos estaban siendo brutamente sujetados. Gruñí. Me hizo mirarlo y lo vi lamiéndose los labios como si estuviera viendo un delicioso banquete. Una desagradable sensación recorrió mi cuerpo, era asqueroso. —¿Debería agregar otra regla? Respóndeme— Su mano todavía se encontraba en mi cabeza, los tirones en mis cabellos se sentían aún más pero terminaron cuando fui lanzado nuevamente a la cama. Luego de eso me hizo responderle y lo hice por culpa del miedo que sentía. —¿Preparado?— Nuevamente se acercaba de una forma amenazante, yo solo volvía a retroceder hasta dar con la cabecera. No entiendo, ¿qué es lo que quiere de mí?. Tenía miedo, ¿qué era aquel extraño? ¿un humano? Por lo que sé, los humanos son buenos, aunque no estaba seguro, yo solo los miraba de lejos, mi hermano nunca me dejó acercarme a ellos ni siquiera en mi forma humana. ¡Espera! Mi hermano... estoy seguro de que debe de estar buscándome. —No te distraigas— Me dijo mientras fuertemente agarró mi brazo para luego acercarme a él. Esto no me gusta para nada. —¡S-suéltame, due..le!— intentaba alejarlo pero no lograba nada, tenía mucha fuerza. Siquiera y mi lobo podría contra él. —No puedo prometerlo, pero te gustara, en algun momento— Su sonrisa fue maliciosa. —¿Q-qué es lo que quieres?— Mi voz nunca dejó de salir rota y mi expresión seguramente mostraba todo el terror que tenía. —¿Qué es lo que quiero?, una simple cosa— Sonrió seriamente —Un hijo, me darás un hijo, luego, tal vez, seas libre. ¿Nada difícil, verdad?— ... Por favor, dime que es una broma, dime que es mentira lo que acabo de escuchar. ¡Este hombre no puede estar hablando enserio¡ Nunca le daría un hijo, nunca permitiré eso. —¡N-no, eso no pasara!— Me atreví a alzar la voz. Un fuerte ardor se apoderó en mi mejilla, me había golpeado. Caí de espaldas a la cama mientras apoyaba mi mano en el golpe. —Deberías estar agradecido, no sabes la suerte que tienes al ser elegido para llevar un hijo mío— Lo miré con pánico mientras temblaba debajo de él, —No te daré un hijo— —Ya lo veremos...— Juntó mis muñecas y las llevó arriba de mi cabeza, otra vez me tenía atrapado con su fuerza sobrehumana. Un cosquilleó. Empezó a lamer mi oreja, se sentía asqueroso, su lengua pasaba con libertad de mi oreja a mi cuello. Sentí su mano libre levantar una de mis piernas, quise patearlo pero me lo impidió cuando me tomó con mucha más fuerza. Sus uñas se clavaron por debajo de mi muslo, gruñí y el solo sonrió. Dejó de sostener mi pierna y vi como se llevaba la mano a su boca, tenía un poco de mi sangre, se lamió los dedos y sus ojos cambiaron de color a un rojo intenso. Bastante demoníaco. Bastante irreal. Memorias aparecieron en mi mente, mi hermano, Chandran, él me mostró algunos libros. Estos libros mostraban criaturas diabólicas con el mismo color de ojos... vampiros. Estaba al frente de un vampiro, uno de los seres más temidos y enemigos eternos de los lobos, ¿cómo es que no me había dado cuenta antes?. Sé el porqué, me habían dicho que estos seres habían sido aniquilados, y su r**a se había extinto, al parecer también era una mentira. —Tu sangre... — Apegó mucho más su cuerpo al mío. Puede sentir su respiración fría en mi oreja, luego fue bajando hasta quedar en mi cuello —Tú, caíste en las manos equivocadas— Sin más hundió sus colmillos justo en mi cuello, dolía... Dolía mucho. —¡Ah!— Solté un grito adolorido, pero fue casi inaudible. Poco a poco estaba bebiendo de mi sangre y no había control alguno. Rápidamente me debilitaba, me estaba vaciando. El agarré en mis muñecas se aflojó, pero no tenía las fuerzas necesarias para moverlas, o tratar de alejarlo. Mi cintura fue tomada, uñas, garras se incrustaron en la piel de mis caderas. Cuando me di cuenta, ambos estábamos de rodillas en la cama. No tengo idea como es que no estoy inconsciente aun. Luego, caí en seco a la cama y él todavía me veía desde arriba mientras su lengua limpiaba parte de mi sangre que había quedado en sus labios. Respirar se me estaba haciendo difícil, y mi vista iba y venía a un lugar a otro. De golpe mis sentidos volvieron al sentir un oloroso y fuerte olor a menta y, a algo más, todo mi cuerpo se estremeció y quedó invadido por ese aroma. ¿Qué era?... De todas formas la sensación era relamente desagradable. —Mira como me has puesto— Mi cuello sintió el brutal agarre de aquel demonio, mi respiración si ya era dificultosa ahora lo era mil veces peor, me estaba ahogando y no daba señales de querer detenerse, pero afortunadamente lo hizo. Empecé a toser y a recuperar el aire. Lo miré con miedo y con confusión. ¿Qué es lo que quería hacer? —Ya sabes lo que quiero— Susurró a mi oído respondiendo mi pregunta, la cual nunca debí hacer y no entendía cómo es que la supo. Mis fuerzas volvían, pero lentamente, no hice nada hasta estar con más energías, en cualquier momento tenía que huir. El me miraba directo a los ojos y por terror no aparte mi mirada. Las ganas de llorar me invadió. Tengo un mal presentimiento, uno realmente malo. Vi que su mirada bajo y sus manos separaron mis piernas, dejándome totalmente expuesto frente a él. Cerré los ojos con fuerza y me aferré a las sabanas. Ahora es el momento de huir. Tenía que cambiar a mi forma de lobo, el pánico me atrapó, no podía, no podía dejar ver a mi lobo... Abrí los ojos y rápidamente lo miré, él me mostraba una sonrisa como si supiera de mi emociones, de mi pánico y miedo. —Estas demasiado débil como para cambiar de forma— ¡N-no!... me removí en la cama, quería que me soltara pero me ganaba en fuerza, lo único que logré es quedar bocabajo y con él encima de mi. Sus dedos pasaron por mis cabellos y tiró de ellos, levantó mi cabeza susurrando las peores palabras. —Serás mío, lobo albino— Después de eso mis caderas fueron posicionadas hacia arriba, sentí un fuerte agarre en uno de mis glúteos, luego en el otro, estaban siendo separadas. Un líquido resbaló por mi entrada, no supe que era ya que en ningún momento voltee la cabeza para ver, de hecho, estaba totalmente inmóvil. Me aterraba el moverme, además se que no lograría nada por culpa de la falta de sangre. Uno de mis glúteos fue liberado, lo siguiente que sentí fue lo más desgarrador que pude haber sentido en toda mi vida. Grité horrorizado por cómo brutalmente había entrado en mí, hundí mi cabeza en las almohadas de la cama, no deje de jadear y gritar adolorido, estaba siendo desgarrado internamente. Lo peor fue cuando empezó a moverse si tener cuidado en no hacerme daño, cada choque que daba era malditamente desgarrador. Mis lágrimas se hicieron ver; lloré, lloré como nunca antes lo había hecho, estaba siendo tomando de una manera violenta y sin piedad, y en contra de mi voluntad. "Por favor, ya para... duele demasiado" "¡DETENTE!" ... Mi mente comenzó a nublarse, mi visión se volvió borrosa y todo fue nuevamente de color n***o. Ya no podía seguir soportándolo.
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