El lugar era bastante oscuro, sólo se iluminaba por las luces de colores que daban vueltas por todo el lugar, estaban al lado de una barra y ella era el alma de la fiesta, Dylan estaba sentado en una silla mientras miraba como todos se divertían y gritaban. La música quería reventar y las personas bailaban apretujadas en el espacio. No era el tipo de lugar que a Dylan le gustaba frecuentar, pero se dejaba llevar por su nueva amiga: — ¡Dylan! —escuchó que sus amigos lo llamaban— ¡ven! ¡te toca! —gritaban todos, él se acercó a ellos, Brais le ofreció un gran vaso de cerveza. — ¡Todo! —gritó Yelina para que él pudiera escucharlo. — no amigos yo no puedo tomar —trataba de explicar Dylan, pero sus amigos insistían. — ¡Vamos! ¡Sólo hazlo por mí! —insistió Ihshan ofrecien